Brexit: vidas en el aire

Nacho Sáez
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La salida del Reino Unido de la UE sumerge en la incertidumbre a los 213 segovianos que residen allí. Los británicos que viven en Segovia alertan de que los efectos aún están por descubrir.

Brexit: vidas en el aire

En el peor escenario del Brexit, el Reino Unido perderá el diez por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB), según el Banco de Inglaterra, y la primera ministra británica, Theresa May, ha alertado de que se arriesgan a caer en una crisis con consecuencias más negativas que la de 2008, en caso de divorcio duro.  El próximo martes comenzarán los debates en el Parlamento, que deberá ratificar el acuerdo alcanzado con la Unión Europea (UE) o devolver el documento a Bruselas si no recibe los apoyos necesarios.

May todavía no ha resuelto la papeleta, pero de momento ha conseguido el respaldo de su gabinete ante un reto político que tiene sumidos en la incertidumbre a millones de personas, no sólo en el Reino Unido sino en todo el mundo. 213 segovianos viven en suelo británico en la actualidad, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadístico (INE). Estudiantes y trabajadores que aún no saben cuáles serán sus derechos y obligaciones una vez que se materialice el Brexit, algo que podría suceder una vez transcurra el periodo transitorio de dos años que contempla el acuerdo entre el Reino Unido y la UE o de manera inmediata, en el caso de un divorcio por las bravas.

María Ángeles Berdugo y Víctor Yagüe trabajan en Londres, donde están siendo testigos de los efectos y consecuencias de la votación por la que los británicos decidieron en junio de 2016 abandonar el mercado común. En aquel momento, Berdugo vivía en Belfast y vio cómo su empresa le posponía una subida de sueldo por la incertidumbre, aunque el episodio tuvo un final feliz. Ahora ha encontrado un nuevo trabajo en Londres «sin que me haya encontrado reticencias» por el hecho de ser europea. Yagüe, mientras, está muy atento al desenlace del Brexit y apunta que «todos revisaremos las condiciones en las que estamos en el Reino Unido cuando llegue el momento».

Brexit: vidas en el aireBrexit: vidas en el aireLa evolución de la libra o la variación de los precios son dos factores que preocupan a los segovianos que viven en suelo británico y a los británicos que residen en Segovia. Max Travers es profesor de Inglés en la academia Eurolingua y no está dispuesto «de ninguna manera» a regresar a su país. «Mi madre es irlandesa, así que si me ponen trabas a la hora de trabajar, trataré de obtener la tarjeta de residencia como familiar de ciudadano UE», indica. Matthew Jamieson y Florence Wynne, que trabajan en la academia Abracadabra English, votaron en contra de la salida de la UE y advierten que «va a provocar una gran pérdida de oportunidades, sobre todo entre los más jóvenes».

Como escocés, Matthew estaría a favor de que su país celebrara un nuevo referéndum de independencia, después de que sus compatriotas decidiesen permanecer en Reino Unido en 2014. «El Gobierno británico ha ignorado a Escocia y ha tratado a nuestro Gobierno con desprecio. Mucha gente quiere un nuevo referéndum», concluye este profesor, que tampoco se plantea tener que abandonar España por culpa de un Brexit que no comparte.

María Ángeles Berdugo, segoviana residente en Londres: «Este verano me contrató una empresa en Londres y no encontré reticencias»

El Brexit se puede analizar desde múltiples vértices. No significa lo mismo dependiendo del lugar del Reino Unido en el que vivas. María Ángeles Berdugo conoce bien la perspectiva que tienen del asunto en Inglaterra, donde trabaja como arquitecta, y en Irlanda del Norte, donde ha residido durante cuatro años. Allí vivió el referéndum con la certeza de que triunfaría el ‘no’. Incluso se fue a la cama antes de que se conocieran los resultados. Al día siguiente, llegó el choque con la realidad. «En mi trabajo era como un funeral», cuenta esta segoviana. «Era una empresa que construía pisos de alquiler social, escuelas públicas y demás, y veían que los fondos que recibían podían ser recortados, Además, en Irlanda, con todo lo que han tenido que superar en el pasado, que ahora les pusieran una frontera les intranquilizaba».

Un episodio que ella vivió en primera persona ilustra el impacto que causó el Brexit inicialmente: «Justo al día siguiente de la votación tenía que firmar un nuevo contrato con mi empresa y me dijeron que no me podían ofrecer más porque tenían mucha incertidumbre. Al final se resolvió todo positivamente, pero al principio fue así». En Inglaterra, en cambio, la visión es opuesta. Allí está rodeada de europeos de varias nacionalidades que se encuentran «expectantes pero tranquilos».

Brexit: vidas en el aireBrexit: vidas en el aire«Creemos que los que hemos venido antes del Brexit no vamos a tener problemas para quedarnos», destaca esta segoviana, que también observa una actitud despreocupada entre los ingleses: «Hay que esperar a ver cómo se materializan los acuerdos para la salida del Reino Unido de la Unión Europeo, pero ellos no están preocupados».

La incertidumbre tampoco parece que se haya trasladado al mercado laboral. María fue contratada este pasado verano por la empresa en la que trabaja ahora en Londres «y en ningún momento me encontré reticencias por el hecho de que fuera europea». Ella, en cambio, no tiene tan claro que vaya a continuar en el Reino Unido mucho tiempo. «No lo pienso. Me gustaría volver a España, pero veremos a ver qué pasa», zanja. En Reino Unido es habitual pagar parte de los sueldos en planes de pensiones, que parece que podrán ser rescatados por los europeos que decidan volver a sus países.

Víctor Yagüe, segoviano residente en Londres: «Todos revisaremos las condiciones en las que estamos cuando llegue el momento»

Ante las ofertas de trabajo de empresas de varios países que tuvo encima de la mesa este pasado verano, Víctor Yagüe se decantó por la que le presentó British Airways para convertirse en analista suyo en Londres. El conocimiento del entorno que ya poseía –durante todo el año anterior había cursado un máster en la Universidad de Cranfield– y las condiciones laborales conseguidas pesaron más que la incertidumbre que, reconoce, provoca el Brexit. «Antes de aceptar sí que me lo pensé mucho por este tema, pero también valoré que, al haber llegado ahora, tengo garantizados los derechos ‘post-Brexit’, mientras que cuando pase todo el periodo transitorio va a ser mucho más difícil», reconoce.

 Superadas esas dudas iniciales, que podrían haber dado con sus huesos en Catar o Irlanda, donde también se habían interesado por él, este joven ingeniero aeroespacial está siendo testigo de los debates que genera entre los británicos el acuerdo alcanzado con la Unión Europea para materializar la salida del mercado común. «Es el tema estrella. Sale en cualquier conversación, pero se comenta sin preocupación. Están sobre todo expectantes a ver qué pasa, porque hasta dentro de dos años va a seguir todo más o menos igual», explica, aunque no oculta que él va a estar muy atento a los acontecimientos: «Si la libra se depreciase respecto al euro o el coste de la vida aumentase mucho, me pensaría continuar. Cuando llegue el momento, todos revisaremos las condiciones en las que estamos. Ahora tenemos los mismos derechos que en España y tengo confianza en que todo se va a resolver sin mayores problemas para la gente».

Brexit: vidas en el aireBrexit: vidas en el aireSu sector está llamado a ser uno de los que más note los posibles terremotos del Brexit y, por eso, ha adoptado una actitud «proactiva» para intentar resolver todos los interrogantes que le surgen. «Al contratarme, en mi empresa no me dijeron absolutamente nada. Están tranquilos porque es una compañía gigante en la que la movilidad se da por sentada», indica.

Matthew Jamieson y Florence Wynne, británicos que viven en Segovia: «El Brexit va a provocar una gran pérdida de oportunidades, sobre todo entre los jóvenes»

Matthew Jamieson y Florence Wynne no tienen problema en desvelar qué votaron en el referéndum del Brexit. «No», coinciden ambos, uno escocés y la otra ingles, los dos profesores de la academia segoviana Abracadabra English. Están en contra del divorcio de la Unión Europea acordado por los británicos, a pesar de que los efectos todavía están por descubrir. «Aún no hemos recorrido ni siquiera la mitad del camino», recuerda Matthew, que llegó a España hace cuatro años. Es decir, antes de que se votara el Brexit.

«Quiero quedarme porque luego a lo mejor es mucho más difícil volver», indica el propio Matthew. Su compañera Florence se plantea buscar en el futuro una oportunidad laboral en Francia y Alemania y cree que el haber trabajado en España en esta etapa ‘pre-Brexit’ puede allanarle el camino a su objetivo. Dejó su ciudad, Shrewsbury, el pasado mes de septiembre «porque siempre me ha gustado viajar y quería probar la experiencia de vivir en otro país y conocer otra cultura».

Hizo las maletas con la tristeza aún presente del Brexit. «Fue sorprendente y triste que saliera el resultado que salió», coincide con Matthew, que remarca que, en su opinión, «hay una percepción falsa entre los británicos de que los europeos se aprovechan de nuestros servicios públicos y obligan a nuestro Gobierno a llevar a cabo políticas económicas de austeridad». A tenor de esta corriente, a él como escocés no le parecería mal que su país celebrara un segundo referéndum por la independencia, tras el de 2014.

El proyecto común de la Unión Europea, consideran estos dos profesores, es positivo y merece un voto de confianza, aunque apuntan que necesita reformas. Ellos tendrán que asistir como espectadores a su evolución, pero sí que estarán involucrados en el marco que se establezca para las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. «¿Si estamos preocupados? Sí y no. Ya estamos aquí y no creemos que España nos vaya a echar, pero puede complicarse la vida. Por ejemplo, la de nuestros jefes, que a lo mejor lo tienen más difícil para traer más gente como nosotros a trabajar. El Brexit va a provocar una gran pérdida de oportunidades, sobre todo entre los jóvenes», concluyen Matthew y Florence.

Max Travers, británico residente en Segovia: «No me planteo volver pero me asusta la incertidumbre que rodea el proceso»

Su madre es irlandesa así que hará valer su condición de familiar de ciudadano de la Unión Europea (UE) para obtener la tarjeta de residencia en España, en caso de que el Brexit traiga aparejadas restricciones a la libre circulación de trabajadores del Reino Unido en el resto de Europa. No obstante, Max Travers confía en un «divorcio suave» que minimice los efectos de la salida de su país de la UE.

Él es profesor de Inglés en la academia Eurolingua de Segovia. Llegó a España «hace unos meses» sin preocuparse de si el Brexit le iba a causar problemas añadidos a los que le toca afrontar a cualquier persona que decide emigrar.  «En el momento que no sea ciudadano de la UE ya veré cómo me afecta», afirma antes de desvelar que votó en el referéndum y que escogió la papeleta del ‘no’.

El desenlace no le ha gustado: «Me parece muy mal. El resultado en 2016 fue bastante reñido y la votación fue precipitada ya que había mucha falta de información y, por tanto, había mucha incertidumbre. Creo que debería haber una segunda votación y seguro que la mayoría estaría a favor de permanecer». El acuerdo alcanzado entre el Reino Unido y la UE parece descartar la posibilidad de una segunda votación, pero Travers, a sus 22 años, no se plantea «de ninguna manera» regresar a su país por otra razón que no sea su propia decisión personal. «Mi madre es irlandesa, así que si me ponen trabas a la hora de trabajar, trataré de obtener la tarjeta de residencia como familiar de ciudadano UE», remarca. Antes, no obstante quiere esperar a comprobar en los próximos meses y años cuáles son las consecuencias definitivas del divorcio.

Los expertos decían que una ruptura sin acuerdo podía provocar un desabastecimiento del Reino Unido incluso en productos de primera necesidad, pero descartada esa posibilidad todavía hay otras amenazas. «Me asusta más la incertidumbre que rodea el Brexit y la manera en la que se llevará a cabo que los mismos efectos que va a conllevar», remacha Travers.