En medio de un respetuoso silencio sólo roto por aplausos y vivas llegaba la Virgen a los pies del Acueducto para que los segovianos le tributaran la tradicional despedida tras la novena. Las autoridades, los miembros de la cofradía y los alumnos de la Academia de Artillería acompañaron la carroza. El obispo, monseñor César Franco, solicitó que la patrona abrigue a los segovianos «en estos días de incertidumbre» y el grupo de danzas Emperador Teodosio bailó cuatro jotas.