Balisa, con 'b' de Belén

Ical
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Este pequeño pueblo de la provincia se prepara para volver a escenificar el sábado 22 de diciembre su Nacimiento Viviente

Balisa, con 'b' de Belén

Los vecinos de Balisa presumen de tener uno de los pueblos con más encanto de Segovia, situado en la zona de la campiña. Una pequeña localidad que ha hecho de la Navidad uno de los momentos más brillantes del año como volverán de demostrarlo el próximo sábado, a las 18.00 horas, en la XII edición de la representación teatral de su Belén Viviente.

Alrededor de 60 personas dedican, estos días, su tiempo libre para preparar con todo cariño e ilusión esta cita anual, en la que van narrando, vestidos para la ocasión y, en diferentes puntos, las escenas claves del Nacimiento del Niño Jesús, junto a sus padres, la Virgen María y San José. Los vecinos de Balisa dan vida los personajes porque, además de la Sagrada Familia, están los pastores, las lavanderas, las hilanderas, el herrero, los pastores, los posaderos, los comerciantes y clientes del mercado, sus majestades de Oriente o el rey Herodes.

La propuesta a los vecinos de Balisa partió de Alfonso Águeda, párroco de Santa María la Real de Nieva y de los pueblos de la comarca hasta hace unos meses. Águeda recuerda que les comentó algunas iniciativas de belenes vivientes como los de la localidad segoviana de Zarzuela del Pinar o en el municipio madrileño de Buitrago de Lozoya pero hizo una invitación a los vecinos de Balisa de ir un paso más allá y “crear diálogos”, aunque al principio lo que hicieron fue crear las escenas acompañándoles de una pieza musical que era interpretada por el coro ‘San Juan de la Hoz’.

Balisa, con 'b' de BelénBalisa, con 'b' de Belén

Con el paso de las ediciones, el Belén Viviente de Balisa se ha convertido en “un clásico en la Navidad segoviana” tal y como se recoge en las crónicas de su blog en internet de este pequeño pueblo segoviano que se convierte, cada mes de diciembre, en “el Nazaret de antaño”, con la ambientación, vestuario e iluminación adecuados para “deleitar a los asistentes” con su representación teatral. Todo un viaje en el tiempo hasta hace algo más de 2.000 años en Galilea.

Alfonso Águeda también señaló que, cada año, la representación es diferente porque existen varios guiones del Belén Viviente de Balisa para que su representación siempre suponga un aliciente para las personas que se acercan a verle, a los que se les entregan un mapa esquemático para irse desplazando de un punto a otro del pueblo, para seguir la historia que narran los Evangelios.

El Belén Viviente va narrando, para grandes y pequeños, los pasajes en los que José de Nazaret y su esposa María son testigos de la lectura del Edicto de empadronamiento del emperador César Augusto; la Anunciación del arcángel San Gabriel a María; la visita de la madre del futuro Mesías a su prima Isabel; su llegada a la ciudad de Belén y la búsqueda de una posada; el nacimiento del Niño o la adoración de los pastores y los Reyes Magos, tras despistar al rey Herodes, en el Portal.

Balisa, con 'b' de BelénBalisa, con 'b' de Belén

 

Curiosas escenas. Estos momentos bíblicos se intercalan con otras escenas en las que despliegan su creatividad para ambientar Balisa como el lugar donde vino al mundo Jesús. Alfonso Águeda recuerda muchas anécdotas vividas por los actores, como las lavanderas que están en el caño y, “mientras charlan con José y María”, están lavando la ropa “con el agua que esta totalmente helada”. Después, van a ver al herrero, que está en potro, “un año nos trajeron un buey”, o dan una vuelta por el mercado, en el que todo está cuidado al detalle.

Los vecinos de Balisa van innovando y recreando en las calles y casas del pueblo para convertirlas en la posada, la carpintería e incluso han llegado a crear un pasaje con una escuela hebraica, donde explicar aspectos de la religión hebrea como el saludo ‘Shalom aleijem’ (la paz esté contigo). Las crónicas también recogen el año en el que hicieron una taberna, ofreciendo vino de Caná, a los asistente al precio de un denario.

El público que asiste al Belén Viviente de Balisa, que celebrará su duodécima edición este 2018, resalta el esfuerzo e implicación de los vecinos para ser actores y actrices por un día con más de diez escenas dialogadas, y el escenario igual que supone este pequeño pueblo que sigue manteniendo el sabor de antaño, con rincones perfectos, como El Botón, una mole granítica casi circular de cuatro metros de altura, donde los pastores reciben la buena nueva. Otro de los puntos fuertes de este evento, y que llama mucho la atención a los niños, es la presencia de animales vivos, en algunas de las escenas.

 

Un dulce agradecimiento. Por espacio de más de una hora, el público se sumerge en esta representación teatral, que este año coincide con el día del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. El Belén Viviente de Balisa siempre tiene un dulce final con la preparación de un chocolate caliente para los asistentes, acompañado de bollos, rosquillas y florones. Estas dulces tentaciones son cien por cien caseras ya que las vecinas de Balisa se encargan las semanas previas de irles preparando.

Hasta el sábado, a las 18.00 horas, los vecinos de este pueblo segoviano, seguirán ultimando la iluminación, escenografía y vestuario para sorprender a las cientos de personas que acuden a Balisa. Los organizadores piden disculpas por si en alguno momento del recorrido, una parte del público no pueda escuchar bien los diálogos.

Balisa fue municipio independiente hasta el año 1969, cuando fue agregado al consistorio de Santa María la Real de Nieva. Está situado a unos 37 kilómetros de la capital, en la zona conocida como la campiña segoviana. En una concesión de los canónigos del Cabildo de Segovia, se menciona en 1204, una aldea llamada ‘San Juan de la Hoz de Valisa’. En la actualidad, Balisa se escribe con ‘b’ pero su nombre originario era con ‘v’ porque procede de la forma antigua de decir valle.