Tres espectáculos al año, límite para los bares de Segovia

Sergio Arribas
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Los establecimientos sin licencia como sala de fiestas o café-teatro solo podrán programar tres eventos al año. Urbanismo trata de frenar el aluvión de peticiones al amparo de la ley regional, que los autoriza «con carácter esporádico u ocasional».

Un cliente de la Cervecería Excalibur observa el cartel anunciador de su ciclo de monólogos, que ha sido desautorizado por el Ayuntamiento. - Foto: Rosa Blanco

Han pasado unos días desde la noticia y el tremendo disgusto inicial ha dado paso a la resignación. Joaquín ha cerrado, este martes, por descanso, el establecimiento del que es propietario, Cervecería Excalibur, en el barrio de Nueva Segovia. Comparte comida con varios cómicos, amigos, que se han desplazado desde Madrid «para darme el pésame», según comenta. Su desgracia no obedece a la pérdida de un familiar o allegado sino al sorpresivo e irremediable final del ciclo de monólogos que, desde hace ocho años, el hostelero organizaba en Cervecería Excalibur.

Joaquín es reacio a hablar, huye de la polémica y prefiere remitir a las opiniones vertidas estos días en las redes sociales, donde   más de un centenar de internautas indignados han proclamado públicamente su solidaridad con el hostelero. Todo obedece a la decisión del Ayuntamiento de no concederle el permiso para desarrollar el ciclo de monólogos de humor que habían convertido a este bar de barrio en un referente de la ‘stand up comedy española’. 

Desde hace ocho años, Joaquín acostumbraba a pedir el permiso municipal en dos ocasiones, para los dos ciclos de actuaciones, de febrero a marzo y de octubre a noviembre, meses en los que «Segovia está muerta, porque apenas hay actividades». Cervecería Excalibur suponía una atractiva propuesta de entretenimiento con la presencia de cómicos consagrados y un sinfín de artistas emergentes del ‘talk comedy’. «Sin saber porque sí o porque no, nos dicen que ya no nos lo dan», comenta el propietario. «Nos dicen que tenemos una licencia de bar que no nos permite organizar espectáculos. Esto es un tío sentado en un taburete contando chistes. No es un tipo dando botes, con música a todo trapo, de batería y guitarras eléctricas. Sinceramente, no lo entiendo», comenta Joaquín. «Me llevé un disgusto muy grande —dice— cuando vino la concejala a suspendérmelo, aunque la reacción de la gente me ha hecho feliz y me ha quitado el mal rollo».

La concejala a la que alude el propietario es Paloma Maroto, concejala de Obras, Infraestructuras y Servicios, que enmarca la decisión en el propósito del Ayuntamiento de «ajustarnos más a la normativa» y romper una dinámica de cierta flexibilidad en la concesión de permisos, otorgados «a demanda», lo que había provocado un aluvión de peticiones ante Urbanismo.

NORMATIVA REGIONAL. La normativa a la que ahora pretende ajustarse más el consistorio es la Ley 7/2006 de espectáculos públicos y actividades recreativas de Castilla y León. En líneas generales, un establecimiento solo puede programar eventos autorizados por la licencia de actividad del local. No obstante, la ley, en su artículo 13, establece que los Ayuntamientos pueden conceder permisos «con carácter esporádico u ocasional» para espectáculos públicos o actividades recreativas distintas de las consignadas en las licencias. 

Amparándose en esta excepcionalidad, en el año 2018 hasta 15 empresarios de hostelería de la capital segoviana pidieron autorización para celebrar eventos en sus locales —carentes de licencia específica para la actividad— desde conciertos de música hasta espectáculos cómicos o de magia. De los 15, «4 ó 5 lo pedían de forma habitual, el resto dos o tres veces al año», comenta la edil.  En el mismo artículo, se aclara que el permiso podrá denegarse cuando «se pudieran menoscabar derechos de terceros», esto es, cuando exista riesgo de ruidos o molestias a los vecinos.

«Se supone que tiene que ser algo esporádico, ocasional. Antes un bar lo pedía una o dos veces al año para celebrar un aniversario o una fiesta especial. El problema es que ya ha empezado a ser habitual y algún establecimiento ya lo solicitaba, por ejemplo, para celebrar cinco espectáculos en un  mes», comenta Maroto.

A la vista de que, según admite, «el tema se nos estaba yendo un poco de las manos» y de que «cada vez hay más protestas vecinales”, el Ayuntamiento ha optado por conceder «un máximo de tres permisos al año a un mismo establecimiento para que sea efectivamente esporádico u ocasional», explica la concejala. «El que quiera más  tendrá que obtener la licencia para una categoría de local que sí permita los espectáculos», añade Maroto, quien aconseja a los propietarios de los bares que estaban programando «todos los meses y muchos fines de semana» a que «busquen una solución». «Pueden venir a hablar con los técnicos municipales, para ver las posibilidades del local y ajustarse a la normativa».

Maroto recuerda que el tipo de espectáculos y las categorías de los establecimientos están marcados por la Junta de Castilla y León. En el caso de Cervecería Excalibur podría celebrar actuaciones todo el año si obtuviese licencia como ‘Café cantante’ o ‘Café teatro’, aunque para ello estaría obligado a disponer, como mínimo, de un escenario para el desarrollo de las actuaciones y de una serie de camerinos para los artistas invitados. La concejala admite que la celebración de monólogos no supone un espectáculo que quede expresamente recogido en un apartado o categoría de la ley. «Se podía poner una categoría de salas que no fuesen musicales y que permitiera a los locales actividades más tranquilas, como los monólogos, que no suponen ruido. Todas las actuaciones en directo de cara al público las incluye en un mismo apartado. Podemos estar o no de acuerdo, pero es la clasificación que ha hecho la Junta», señala la concejala.

La responsable municipal mantiene que el Ayuntamiento no puede arriesgarse a dar «carta blanca» y autorizar de forma habitual espectáculos que no estén amparados por la licencia del local donde se celebren. «Dependiendo de la licencia, se exigen unos requisitos, un aforo, unas medidas de seguridad, unas salidas de emergencia… no podemos arriesgarnos, nos la podemos jugar», apunta Maroto, que «entiendo que cada uno mire por su negocio, nosotros no queremos perjudicar a nadie. Estamos intentando recuperar la legalidad».

La concejala ofreció al propiedario de Cervecería Excalibur la posibilidad de concederle tres permisos para tres actuaciones, un número muy alejado al que estaba acostumbrado. Eran 16 cómicos al año. «Me comentó que tenía miedo que pudiera pasar cualquier cosa y que ellos, como ayuntamiento, iban a ser los responsables. No entiendo que antes me autorizaran las 16 y ahora solo me permitan 3, con las mismas condiciones», comenta Joaquín, que recalca que el ciclo de monólogos nunca despertó quejas de los vecinos, que le han llegado a parar estos días por la calle para preguntarle por el fin inesperado de la actividad.

Joaquín explica que el ciclo de monologuistas no suponía unos ingresos extra al establecimiento. «Es más, todos los viernes palmaba dinero», señala  en referencia a que el propietario asumía los gastos de alojamiento, comida y desplazamiento de los artistas. «Era algo sentimental, había conseguido pertenecer al mundo de la comedia, donde tengo grandes amigos. Los viernes, de diez a doce, hacíamos un espectáculo, un tío sentado en un taburete que contaba su vida. ¿qué daño puede hacer eso?», se pregunta.

PATRONAL. El anuncio de imponer límites a los bares para la celebración de espectáculos ha suscitado «perplejidad» en el seno de la Agrupación de Industriales Hosteleros de Segovia (AIHS). El colectivo ya ha solicitado una entrevista con la concejala Paloma Maroto en el propósito de alcanzar un acuerdo «sensato» que permita el cumplimiento de la ley regional sin perjudicar al sector, según explicó el gerente de la AIHS, Javier García Crespo. «La ley habla de la celebración de espectáculos con carácter espontáneo u ocasional, previo permiso del Ayuntamiento. El problema es que a unos establecimientos se les concede para todos los fines de semana y a otros solo una vez al año y no sabemos el porqué. No hay criterio, sino arbitrariedad», añade el técnico de la agrupación.

Que ahora el Ayuntamiento limite los permisos a tres como máximo al año no supone, a su juicio, una solución. «Eso no lo pone en ninguna normativa. ¿Por qué tres y no cinco?. Se lo sacan un poco de la manga. Creo que lo sensato es dialogar y alcanzar un acuerdo, quizá con un máximo de actuaciones, pero que no perjudique al sector, porque hasta ahora se han dado permisos de forma aleatoria».

La denegación de permisos a Cervecería Excalibur para continuar con su ciclo de monologuistas (16 actuaciones al año) suscitó perplejidad e indignación en la AIHS. En su perfil de Facebook, la agrupación mostró su enfado por la decisión. «Es una pena que al sector más productivo de la ciudad se le penalice continuamente. Pediremos explicaciones», se podía leer. «Tenemos que hablar. Lógicamente no es lo mismo un cómico que cuenta chistes, que un mago, que un concierto de rock. Creo que deberíamos alcanzar un acuerdo que tenga en cuenta este tipo de aspectos”, apunta García Crespo. 

Como posible solución, los representantes de la AIHS volverán a poner sobre la mesa el proyecto ‘Cultura de Bar’, que permitiría, bajo la coordinación, control y seguimiento de una empresa externa, programar durante los meses de invierno espectáculos en los bares de la ciudad. «Sería como el festival ‘Vete al Fresco’ pero para los meses de invierno, en el interior de los bares. Lo hemos intentado hacer dos años seguidos. Solo hemos recibido buenas palabras».