Avanza necesitará «de tres a seis meses» para estrenar buses

D. Aso
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Si alguna de las empresas impugna la adjudicación, la formalización del contrato podría demorarse al menos hasta principios de 2019 aunque el recurso fuera desestimado, lo cual dejaría en el aire la renovación de la flota antes de elecciones.

Los plazos que maneja Avanza dejan abierta la opción de ver autobuses urbanos nuevos circulando por Segovia antes de que acabe este mandato, pero no permiten dar nada por hecho a estas alturas. Quedan siete meses hasta las próximas elecciones (26 de mayo de 2019) y el grupo adjudicatario de la siguiente contrata, el mismo de la actual, pero representado por una empresa distinta (Corporación Española de Transporte en lugar de Urbanos de Segovia), calcula que necesitará «de tres a seis meses», contados a partir de la firma del contrato, para encargar los nuevos vehículos a su proveedor (Mercedes), recibirlos, prepararlos y ponerlos en marcha.

El pliego de condiciones que regirá el servicio durante diez años contempla un «periodo transitorio» de siete meses para ir implementando las novedades previstas, desde el nuevo sistema de ayuda a la explotación, que facilitará la localización por GPS de todos los buses, hasta la instalación de más paneles con información en tiempo real en las paradas, la reordenación de líneas o la ampliación de sistemas de pago. Aunque Avanza, en vistas de los tiempos que apunta a El Día, no prevé apurar ese margen para el tema concreto de la renovación de los vehículos. Su plazo más optimista (tres meses) permitiría estrenar buses antes de junio de 2019 incluso si el contrato de adjudicación se firmara en febrero, mientras que el más pesimista dejaría tal posibilidad en el aire en cuanto este trámite se demore más allá de noviembre, tal y como se teme.

De momento, una vez resuelta el 11 de octubre la propuesta de adjudicación a Avanza por parte de la Mesa de Contratación y tras su aprobación en el pleno este viernes 26, se abre un periodo de 15 días en el que las empresas que presentaron las otras dos ofertas del concurso (las UTE Autobuses Urbanos de Lugo-Alcalabus y La Sepulvedana-Globalia, que quedaron en segunda y tercera posición) tienen la opción de recurrir ante el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales (Tarcyl). Si no lo hicieran, el horizonte se despejaría casi por completo porque cabría la posibilidad de firmar el contrato incluso en noviembre, pero se antoja complicado que las dos licitadoras acepten la decisión de la Mesa de Contratación sin agotar la vía administrativa. Y teniendo en cuenta que el Tarcyl tarda entre un mes y un mes y medio en pronunciarse, la firma del contrato se iría como poco hasta diciembre o enero, de modo que ese plazo de tres a seis meses que calcula Avanza ya situaría el estreno de los autobuses entre abril y julio de 2019. Eso suponiendo que hubiera recurso pero no fuera aceptado, ya que si la adjudicación se anulara por cualquier motivo y tocara repetir parte del proceso, la demora sería mucho mayor. 

Por citar un ejemplo muy próximo, Avanza también ganó el concurso del transporte por carretera entre Madrid y Segovia, en ese caso a través de la empresa Llorente Bus, pero la Mesa de Contratación se pronunció en junio de 2017 y los recursos retrasaron el estreno de su servicio 13 meses (hasta agosto de este año).

Volviendo al concurso del transporte urbano, la alcaldesa, Clara Luquero, ya ha apuntado en diversas ocasiones que las empresas que no han ganado «probablemente» recurran. Y el 11 de octubre, preguntada en rueda de prensa si esperaba ver buses nuevos circulando antes de acabar este mandato, transmitió tanto optimismo como ambigüedad en su primera respuesta: «Claro que vamos a verlos lo antes posible», señaló. ¿Pero antes de junio?, se le repreguntó. «Vamos a ver cuándo puede ser, pero yo espero que sí. Lo antes que podamos. Si puede ser en febrero no va a ser en abril, desde luego», matizó entonces.

Claro que la confianza también llevó al equipo de Gobierno a elaborar un presupuesto general para 2017 que elevaba la partida de gastos de transporte urbano en 210.000 euros con respecto al ejercicio anterior, pensando ya entonces en la posibilidad de que el nuevo servicio, más caro que el actual, se pusiera en marcha en el último trimestre de ese año. Y a la vista está que no fue así, dado que incluso 2018 acabará sin novedad, a pesar de que la contrata actual expiraba el 29 de junio de 2016 y está prorrogada desde entonces, con el consecuente deterioro de una flota que tiene 16 de sus 27 vehículos amortizados.