Con la vitola de mejor ugador del pasado Mundial, Luka Modric regresará al once titular del Real Madrid 92 días después, justo cuando se cumplirán tres meses de su última titularidad, el 26 de mayo en la final de la Champions, y tomará el mando del juego del equipo dirigido por Lopetegui en un año en el que debe asumir un salto de rol.

Girona como rival y Montilivi como escenario, asistirán al estreno como titular esta temporada del croata con el club blanco, tras ser el último jugador en incorporarse de sus vacaciones después de ser finalista en el Mundial de Rusia.

Le condicionó en la final de la Supercopa de Europa de Tallin, en la que entró en escena tras arrancar la segunda parte, en el minuto 57, y también en el estreno de LaLiga Santander el pasado domingo, cuando la afición le recibió con ovación cerrada a los 71 minutos del cómodo triunfo ante el Getafe.

El crecimiento hasta alcanzar la madurez en su fútbol y el gran papel desempeñado como el gran referente su selección, fueron aprovechados para flirtear públicamente con el Inter y que sus representantes consiguieran una mejora económica del campeón de Europa.

Cerrada la puerta de su marcha por la directiva madrileña, algo que no hizo con Cristiano, y sin contemplar nunca realmente el jugador la opción de cerrar un ciclo en el Real Madrid, en Gerona se producirá el estreno de un futbolista que será clave en el esquema de Lopetegui.

La forma de entender el fútbol del nuevo técnico merengue extiende el gusto por la posesión que ya se mostraba con Zinedine Zidane al mando y para la verticalidad deseada el papel de Modric será clave. Experto en traspasar líneas enemigas, nutrir a sus compañeros de buenos pases, llega el momento de devolver el gesto de confianza del club sobre el césped en un inicio de temporada que será decisivo en su candidatura al Balón de Oro.