El Parque de Guadarrama contará con 94,8 millones

Juan López/ICAL
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El Parque Nacional de Guadarrama recibirá una inversión económica de 94,8 millones para diez años, duración del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG).

Se dedicarán a actuaciones de conservación de recursos naturales, patrimonio cultural y paisaje, equipamientos y señalización, acciones de desarrollo socioeconómico y otras actuaciones como capacidad de gestión, vigilancia y control o prevención.

Según el documento sobre la estimación económica al que tuvo acceso la agencia Ical, del total de la cantidad que se destinará al Parque Nacional, cuya declaración data de junio de 2013, se invertirán directamente en Castilla y León 38,7 millones, mientras que el resto se deriva al territorio madrileño. Ambos gobiernos autonómicos y el Ejecutivo central serán los responsables de aportar esta partida para el próximo decenio (50,6 millones proceden de las arcas de la Comunidad de Madrid, 11,8 de la Junta y 32,2 de otra financiación, principalmente estatal).

La cifra que plantea el PRUG de la Sierra de Guadarrama, que recibió en septiembre el informe favorable de la Comisión de Coordinación del Parque y que fue respaldado el 5 de noviembre por el Patronato, se divide en varios programas de inversión. Ahora, continúa su trámite y el 18 de diciembre se pedirá el informe del Consejo de la Red de Parques, que preside la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Una vez concluido este trámite, la Junta trasladará el informe del Consejo Consultivo y se aprobará por decreto en el Consejo de Gobierno, un proceso que desarrollará Madrid de forma paralela, tal y como establece la legislación.

Se estima que a principios de 2019 esté aprobado el Plan, tras superar dificultades en forma de alegaciones, pues han sido más de 900 en total, de las que 325 estaban dirigidas a la Junta de Castilla y León. Llama la atención que 247 de estas últimas, el 74 por ciento, están relacionadas con el uso del parapente y vuelo sin motor, una cuestión que se justifica en que se trata de un colectivo con gran movilización. “Es una actividad que venía realizándose en la vertiente segoviana como sobrevuelo. Ahora se les flexibiliza para que sea compatible”, defiende el director general del Medio Natural, José Ángel Arranz, en declaraciones a Ical.

El resto se las reparten el uso del agua, la propiedad, aprovechamientos piscícolas, la ganadería extensiva y el turismo, entre otras. También, el ciclismo, uno de los asuntos que más polémica despertó y que, tras la celebración de reuniones con los colectivos de este deporte, se ha incorporado una regulación flexible con un listado de senderos para realizar la actividad. Al respecto, Arranz sostuvo que se han contabilizado escasas alegaciones sobre actividades tradicionales porque estaban ya reguladas en la propia ley del Parque Nacional, un espacio natural que ocupa 33.960 hectáreas, de las cuales casi el 64 por ciento corresponde a Madrid y algo más del 36 restante a Segovia.

 

Equipamientos y señalización

De los 94,8 millones de euros del PRUG, algo más de 23,3, la principal partida, se dirigen a la acogida, equipamiento, señalización e información. De ellos, 6,3 millones irán directos a la provincia de Segovia. De momento, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN) se comprometió recientemente a dotar a la localidad del Espinar con un centro de interpretación, aunque el Ministerio para la Transición Ecológica fue más allá y estudia la instalación de lugares de recepción en un “marco estratégico” para todo el Parque. Desde la Junta, José Ángel Arranz anunció que además de dotar un antiguo edificio en El Espinar, se busca una ubicación para otro centro de información que oriente al visitante que llegue por Navafría, es decir, por el nordeste de los límites del Parque, ya cerca del puerto de Somosierra.

Además, el documento de estimación económica del PRUG prevé inversiones en materia de conservación de recursos naturales, fauna, flora, patrimonio cultural y paisaje de 18,35 millones para estos diez años en Guadarrama. No en vano, desde un punto de vista cuantitativo, el Parque Nacional esconde más de mil especies vegetales, 83 de ellas endémicas, y una fauna vertebrada representada por 255 taxones, de los que 148 son aves. La mayor parte de ellas son propias de las cumbres montañosas, como el acentor alpino o el común, la collalba gris, el pechiazul o el roquero rojo.

También figuran algunas de las especies de aves más amenazadas de la Península Ibérica, como el buitre negro, el águila imperial y la cigüeña negra. Se suman 14 especies de peces y 36 anfibios y reptiles, además de casi 60 especies de mamíferos, entre las que destacan la cabras montés, la nutria y el desmán de los Pirineos y una amplia variedad de murciélagos.

Otros 1,5 millones se dedicarán a proyectos de investigación; 9,7 al programa de relaciones con el entorno y participación ciudadana (voluntariado, subvenciones a entidades privadas y comunicación e información); 10,5 millones a recursos humanos y materiales para la mejora de la capacidad de gestión; 12,9 para vigilancia y control del Parque Nacional (guardas); 13,8 millones para la prevención de incendios y otros 2,4 para otorgar indemnizaciones por el cese de uso y derechos de actividades incompatibles con el espacio, un punto común en parques nacionales.

Disponibilidad presupuestaria

En todo caso, el presupuesto del PRUG es una estimación que deberá trasladarse año a año a los diferentes de los Presupuestos Generales de las dos comunidades autónomas y las cuentas estatales. “Como es a diez años, intentaremos que el documento encaje cada ejercicio, pero dependerá de la disponibilidad presupuestaria. El objetivo es que en diez años se alcance la cantidad total, y si se supera pues mejor. Los diferentes parlamentos autonómicos son los responsables de aprobarlo y un decenio es un plazo amplio que da garantías”, desliza Arranz.

Al “séptimo u octavo año” de aplicación del Plan habrá que empezar a negociar el siguiente PRUG, “aunque ya con un buen diagnóstico de esta primera experiencia y con determinadas inversiones ya realizadas, a diferencia de un parque que acabe de entrar a forma parte de la Red recientemente”. Guadarrama arrancó en un periodo “de dificultades económicas”, en plena crisis, de ahí que la tramitación del documento se haya extendido en el tiempo desde 2013.