Ángel Velasco Marugán ‘Lin’ acaba de poner fin a su segunda temporada en el equipo de fútbol sala del Partido Comunista y enseguida ha puesto rumbo a España. A pesar del inicio del Mundial. Poder estar con la familia y los amigos en Segovia ha pesado más que la oportunidad de disfrutar en primera persona de la cita histórica que va a vivir Rusia durante este próximo mes. «Cuando vuelva para empezar la temporada ya se habrá acabado, pero no pasa nada. Así lo veo con mi gente en España», señala. En Rusia, él vive en Moscú, donde durante los últimos meses ha podido comprobar cómo se preparaban para la Copa del Mundo. «Se han hecho muchas obras. Moscú es complicada en el día a día, por lo que recomendaría a la gente que venga que tuviera un poco de paciencia. Hay mucho tráfico, pero también está bien organizada», explica.

El jugador segoviano define Rusia como «un país de contrastes» («En el centro de Moscú se ve mucho lujo y se habla inglés, pero ya a diez o quince kilómetros a la redonda está muy presente el pasado de la URSS»), aunque considera que no hay motivos para temer por la seguridad: «Yo en dos años no he tenido ningún problema. Las peleas de ultras las hay en todos los lados –también en España– y aquí hay mucha policía. Además, yo le tengo mucho respeto a las autoridades rusas. Aquí te meten en un calabozo y no sabes cuándo vas a salir».

De los estadios en los que se va a disputar la competición conoce Luzhniki, porque al comenzar cada año la pretemporada acuden a realizarse las pruebas físicas a un centro médico que se encuentra justo al lado. Allí se disputará la final. Lin espera que con presencia de España para así «poder vacilar a mis compañeros». Comparte vestuario con dos brasileños y una decena de rusos.