El Colegio de Médicos de Segovia rechaza la venta de productos homeopáticos en farmacias

David Aso
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La organización médica segoviana se alinea con la nacional, mientras otros colegios todavía amparan a la homeopatía · Los farmacéuticos defienden su comercialización por estar calificados como medicamentos

El Colegio Oficial de Médicos (COM) de Segovia se ha alineado con el nacional (la Organización Médica Colegial, OMC) frente a la homeopatía. Lejos de quedarse en la ambigüedad de colegas de otras provincias (los vallisoletanos aún la amparan formalmente con una sección de terapias alternativas), advierte de la falta de evidencia científica de su eficacia y rechaza que sus productos se vendan en farmacias. En todo caso, ya que «de momento parece inevitable», su presidente, Enrique Guilabert, en declaraciones a El Día, considera que «igual que en las cajetillas de tabaco pone 'fumar mata', en los envases de homeopáticos debería poner 'no sirven para nada'».No piensa igual Javier Alcaraz, su homólogo del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Segovia, quien defiende su venta «mientras el Ministerio de Sanidad y la Agencia del Medicamento mantengan estos productos con la calificación de medicamento». Su postura va además con viento a favor porque el Gobierno avanza en esa dirección tras abrir la puerta a la regulación de los homeopáticos, a pesar de que la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, reseñaba el 24 de abril esa «falta de evidencia terapéutica» que apuntan la OMC y el COM de Segovia. En esta provincia la homeopatía tiene menos presencia que en otras, pero la tiene. No es difícil encontrar farmacias que trabajan con ella, aunque cuesta encontrar un médico en activo que se publicite como homeópata. La excepción es José María Carrión, que además se declara «mejor médico gracias a la homeopatía, por haber adquirido nuevos conocimientos» que complementan su formación convencional, «igual que otros médicos, farmacéuticos y veterinarios que también estudiaron homeopatía y no son cantamañanas», y lamenta por ello «las críticas entre compañeros, envidias y rencillas» a cuenta de esto. Porque la homeopatía sigue generando discrepancias entre los propios médicos más de dos siglos después. Da igual que todos se formaran en las mismas facultades, después cada cual ha seguido su camino y, mientras unos limitan su utilidad al efecto placebo y la ven tan inútil como tomar agua de una piscina donde se ha disuelto una aspirina, otros le atribuyen tal eficacia que la aconsejan por encima de la medicina tradicional para ciertas patologías y casos. Los primeros son amplia mayoría, pero nadie acusa abiertamente a nadie de incumplir el código deontológico. Y aunque los segundos están en clara minoría y parecen ir a menos, siguen sin ser pocos: más de 10.000 en España, según la Asamblea Nacional de Homeopatía. El último capítulo en este pulso bicentenario lo ha protagonizado el Gobierno. El Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, integrado por la ministra de Sanidad y los consejeros autonómicos del ramo, aprobó el 24 de abril la transposición de una directiva europea que estaba pendiente desde 2001 y regula los productos homeopáticos. Quienes han visto en esto avances contra la homeopatía valoran que se vaya a obligar a los fabricantes de homeopáticos a pasar sus productos por ciertos controles de calidad y seguridad para registrarlos porque, de lo contrario, saldrán del mercado. Y también han puesto el foco sobre una frase contundente de la ministra Dolors Montserrat acerca de la eficacia no probada de estos productos: «Queremos decirles bien claro a los pacientes que no hay evidencia terapéutica», señaló el mismo 24 de abril. Sin embargo, tales controles serán básicamente de seguridad y calidad, no se exige demostrar su eficacia, y una vez registrados podrán venderse con la etiqueta 'medicina homeopática sin indicación terapéutica', es decir, sin una utilidad precisa; una frase bastante menos contundente que el 'no sirven para nada' que plantea Guilabert. Y aun así se denominarán medicamentos de manera oficial, según justifica Montserrat, porque así lo indica la directiva europea. RIESGOS COLATERALES. "La homeopatía debe considerarse como una pseudoterapia y el principal riesgo que puede derivarse es que los pacientes abandonen terapias médicas efectivas por prácticas que no han demostrado valor curativo o carecen del mismo, lo cual puede ocasionar graves problemas de salud, incluso la muerte», prosigue el presidente del COM de Segovia. Sobre la venta en farmacias, lamenta que «según va a quedar regulada la situación atendiendo a las directivas europeas, los productos homeopáticos se van a denominar medicamentos, a pesar de que Sanidad reconoce que no tienen ningún poder curativo y que la OMC se ha manifestado en contra». «Y dado que de momento parece inevitable la venta de estos productos en las farmacias, al igual que en las cajetillas de tabaco pone 'fumar mata', en los envases de homeopáticos debería poner 'no sirven para nada'». Algo «complicado, teniendo en cuenta que hay 14.000 productos homeopáticos que (en España) generan 60 millones de euros», desliza el presidente del COM de Segovia.Poco o nada que ver con la opinión de su homólogo del COF de Segovia: «Si el Ministerio de Sanidad y la Agencia del Medicamento les cambiaran la calificación podríamos hablar de otra cosa, pero mientras se consideren medicamentos, defendemos que estén en las farmacias», insiste Alcaraz. «Habría que preguntar también a los pacientes qué opinan, porque si alguien los usa, por lo que sea le va bien y deja de encontrarlos…». ¿Considera entonces el presidente del COF que son efectivos? «Existen pacientes determinados a los que determinada sintomatología le remite con determinada cepa, entonces esto no es tan sencillo. No es blanco ni negro, hay muchos grises».En esa línea se mantiene el médico José María Carrión cuando se le plantea la misma cuestión: «Yo no soy quien debe demostrar si la homeopatía funciona, unos pacientes mejoran y otros no, como con otros tratamientos, y yo sí puedo decir que soy mejor médico gracias a ella», reitera. «Y tampoco soy quién para defender a todo el colectivo de homeópatas, habrá mejores y peores, pero puedo decir que los médicos, veterinarios o farmacéuticos que hemos estudiado homeopatía no somos cantamañanas». Él lo hizo de 2000 a 2002 con un título propio en la Universidad de Valladolid, igual que cientos de facultativos durante 14 años, de 1994 a 2008. Después la UVa todavía acogió algunas charlas o jornadas, pero nada a partir de 2012.Las universidades de Barcelona (UB) y Valencia (UV) también anunciaron la cancelación o no renovación de sus másteres de homeopatía en 2016, poniendo sendos clavos en el ataúd de la enseñanza de un método terapéutico que en años anteriores también desapareció de Zaragoza o Córdoba. Pero mientras estos productos conserven la calificación de medicamentos, seguirán en las farmacias con o sin polémica.