Las mujeres son minoría en el 91% de los pueblos de Segovia

D. A.
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La cifra de municipios donde las mujeres son mayoría ha bajado de 44 a 19 en 20 años en la provincia segoviana, una de las doce únicas del país donde hay más hombres

Las mujeres son minoría en el 91% de los pueblos de Segovia

Sobran motivos para ser pesimista por el mal endémico de despoblación que sufre Segovia. Los últimos datos oficiales del Padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística, actualizados a 1 de enero de 2018, reflejan que la provincia acumula nueve años consecutivos de sangría demográfica en los que se han perdido 11.512 habitantes; como ya publicaba El Día en su edición del pasado 5 de enero, son más de los que supondría la desaparición de Palazuelos de Eresma y el Real Sitio de San Ildefonso. Tres de cada cuatro pueblos pierden habitantes un año sí y otro también; y el que se supone que debería ser el menos aquejado por la sangría demográfica, la capital, no lleva nueve años seguidos perdiendo población, sino diez, tiempo en el que ha pasado de 56.858 a 51.683 habitantes (-5.175) y se sitúa en sus cifras más bajas desde principios de los 80. 

Sobran motivos para ser pesimista porque para detectar más no hace falta rascar mucho en la estadística. Si se mira la proporción de habitantes por sexo, por ejemplo, resulta que Segovia está entre las únicas 12 provincias o ciudades autónomas del país donde hay más hombres que mujeres, frente a las 40 donde sucede al contrario. Un mal síntoma, sobre todo, por cómo se concentra el problema en el medio rural. En 1998 aún había 44 pueblos (sobre un total de 209) con mayoría femenina y 20 años después, según los datos del 1 de enero de 2018, esa cifra se ha reducido a 19 (el 9,09%). 

Coincide además que esa mayoría de mujeres frente a hombres es muy pequeña en 18 de esas 19 localidades, prácticamente anecdótica porque en realidad es la capital la que, valga la redundancia, capitaliza la prevalencia femenina. Tiene 3.269 mujeres más que hombres (27.476 frente a 24.207, con 51.683 habitantes en total), lo cual permite reducir a sólo 616 la mayoría masculina en el conjunto de la provincia (76.979 frente a 76.363).

En cuanto a los otros 18 municipios con más mujeres que hombres, todos tienen menos de 500 habitantes salvo Cantalejo y el Real Sitio de San Ildefonso, mientras que son los pueblos más pequeños de la provincia y alejados de la capital los que se llevan las desproporciones más desfavorables, alimentando la hipótesis de que tener minoría de mujeres es un síntoma y la vez consecuencia de la despoblación. A Perosillo sólo le quedan 15 habitantes y 12 de ellos son hombres. No mejoran demasiado la proporción en Alconada, con una mujer cada dos hombres (9 y 18 en total). En Aldeanueva de la Serrezuela hay 34 hombres y 14 mujeres; en Arahuetes, 23 y 9; en Navares de las Cuevas, 16 y 9; y la mayoría masculina más llamativa, la de Ribota con 31 a 8.

Cierto es, por otro lado, que el fenómeno de la inmigración vivido durante los años de bonanza económica puso en cuestión tal hipótesis porque la provincia ganó población con un aumento de su mayoría masculina, hasta el punto de que en 2008 llegó a tener 83.252 hombres frente a 80.647 mujeres. Pero, durante los años posteriores de crisis económica, simplificando la estadística, bien puede decirse que muchos de los que se han ido son los mismos que vinieron, y los porcentajes se han equilibrado hasta rondar el nivel de hace 20 años. En 1998 ellas eran el 49,97% de la población segoviana y ahora, el 49,79%, pero con la capital absorbiendo más mayoría femenina que entonces, en detrimento del medio rural.

En el mundo hay unos 50 millones de hombres más que mujeres y si la naturaleza fuera el único factor que influyera, el equilibrio sería mayor, ya que la mayor esperanza de vida de la mujer se ve neutralizado por el hecho de que nazcan más niños que niñas. Su distribución es además muy desigual, y ahí es donde destaca que los países estables y con un nivel alto de desarrollo suelen tener más mujeres que hombres. Concretamente, hay mayoría femenina en 13 de los 15 países con mejores índices de desarrollo humano (el que mide la salud, la educación y la prosperidad), así como en 29 de los 31 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), con las excepciones de Noruega e Islandia.

Llevando el asunto al ámbito local, los expertos apuntan en una línea parecida al señalar que, igual que los países más prósperos coinciden en registrar esa prevalencia femenina, la pérdida de mujeres en el medio rural puede deberse a su progresiva incorporación al mercado laboral, lo cual les lleva a mudarse donde ven más opciones de trabajar. Cierto que Segovia capital también pierde en paralelo población que se marcha a Madrid u otros territorios por falta de oportunidades laborales, pero no deja de ser cabeza de ratón en una provincia que necesita un agraciado accidente para salir de su espiral de despoblación. Una moda duradera que redescubra la calidad de vida potencial del medio rural, inmigración, nuevos proyectos laborales... Imprevistos favorables ajenos a unas estadísticas que hoy sólo dan motivos para el pesimismo.