Agravada en algunas zonas por la acción de las palomas, la lesión que motivó la actuación -en el paño sureste, zona colindante con la huerta del Seminario y próxima al teatro Cervantes- era la erosión del mortero de las juntas, que estaba disgregado, lo que estaba provocando que algunos mampuestos se desprendieran al perder su apoyo y que el agua de lluvia se filtrara al núcleo de la Muralla.