Mecenazgo para restaurar el tramo medieval del Acueducto

D. A.
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La concejala de Patrimonio Histórico también apuesta por promover estudios y actividades de divulgación del monumento · El Ministerio valora el potencial de este plan ante la posibilidad de que traspasara fronteras si se acierta con la difusión

El Ayuntamiento de Segovia apuesta desde hace tiempo por costear trabajos de restauración en el tramo medieval del Acueducto que aún no se han realizado por falta de fondos, y el plan de mecenazgo que pretende lanzar en favor del bimilenario monumento, bautizado como Restituerunt, se ve como una oportunidad para ello. Por las calles Almira y Cañuelos hay "pilares huecos» después de que la tierra con que se rellenaron fuera «lavada por las filtraciones del agua de lluvia» y la concejala de Patrimonio Histórico, Claudia de Santos, lleva más de cinco años advirtiendo de ello.

La urgencia se entiende que sólo es relativa. La estructura del Acueducto no peligra y, de hecho, en los últimos años se ha dado prioridad a la muralla. Pero el tema sigue pendiente y además cuenta desde el pasado año con una propuesta del Cedex de aplicar un tratamiento de consolidantes e hidrofugantes, también sobre la parte reconstruida en la Edad Media, para detener o ralentizar el proceso natural de degradación (arenización o descamación) que sufre allí la piedra.

De Santos confirmó el interés por incluir obras en el tramo medieval durante su intervención del pasado 1 de octubre en el turno de preguntas que se abrió tras la presentación de un avance del plan de mecenazgo, en el marco de las III Jornadas sobre el Acueducto, aunque no entró en detalles como los citados de los "pilares huecos" o las obras propuestas por el Cedex, que son cuestiones apuntadas tiempo atrás. No profundizó en ello, entre otros motivos, porque Restituerunt todavía debe cobrar fondo y forma.

Tras la presentación que llevó a cabo el subdirector general de Promoción de Industrias Culturales y Mecenazgo del Ministerio de Cultura, Borja Álvarez, preguntada directamente por las obras que podrían financiarse con mecenazgo, la concejala se limitó a responder inicialmente «conservación, prevención». Se ahorró hasta una ‘y’ en medio. Álvarez retomó entonces la palabra para resaltar el valor de la transparencia para desarrollar con éxito este tipo de iniciativas que pretenden captar el apoyo de ciudadanos a título particular: «Hace falta hacer la labor de explicar a qué se va a dirigir el dinero que se está abonando, desde luego es un punto clave, pero esto (Restituerunt) es un proyecto que todavía no se ha aprobado». Acto seguido, De Santos amplió su respuesta sobre los proyectos que pretenden financiarse por esta vía: «Desde la restauración del tramo medieval a estudios varios, y jornadas también».

El origen del plan. Durante la presentación, la concejala relató cómo surgió la idea de impulsar un plan de mecenazgo tras ver la positiva reacción ciudadana que suscitó el anuncio que hizo en mayo de que el Ayuntamiento buscaba financiación externa para restaurar la escultura de la Virgen del Acueducto y crear una réplica. «Empezó a venir gente a la Concejalía y entonces pensamos en cómo dar forma a esa voluntad de colaborar». Trasladaron la idea al Ministerio, que la acogió con interés porque lleva años fomentando este tipo de financiación; basta con ver la denominación del área de Álvarez, ‘Promoción de Industrias Culturales y Mecenazgo’. Y en ese punto está ahora el proyecto, tal y como avanzaba El Día en su edición del pasado 28 de septiembre: a la espera de decidir si se lanza a través de una plataforma privada especializada en crowdfunding o se intenta armar una alternativa partiendo de recursos propios. En ese contexto, se ha planteado la posibilidad de crear una asociación de amigos del Acueducto que también podría servir como gestor directo o indirecto de la iniciativa, pero no hay nada decidido.

Álvarez, por su parte, citó precisamente la opción de crear un carné de ‘amigo’ del Acueducto para entregárselo a quienes hagan aportaciones al futuro plan de mecenazgo. También apuntó ventajas como visitas guiadas gratuitas a centros turísticos o culturales e invitaciones a eventos organizados por el Ayuntamiento, aparte de las deducciones fiscales que conllevan estas donaciones. El tramo fiscal más bonificado llega hasta 150 euros y permite una deducción del 75%; si la aportación es mayor, la deducción de la cuantía restante es del 35%, cinco puntos más de lo habitual después de que el Gobierno, a propuesta del Ayuntamiento, haya declarado el Acueducto Monumento de Inversión Preferente.

Así, si un ciudadano aporta 150 euros, en la declaración de la renta del año siguiente recuperará 112,5. En la práctica el coste real de su compromiso con el Acueducto se habrá quedado de esta forma en 37,5 euros, a la vez que habrá generado otra inversión en el monumento de 112,5 con la que al final habrán cargado las arcas públicas. Por eso cifró Álvarez en 150 euros su sugerencia de aportación para «apadrinar una parte del Acueducto» y, de paso, obtener un reconocimiento simbólico, además de las ventajas antes citadas. Se baraja por ejemplo asociar una parte del monumento a cada donante a través de la web que se creara, una idea más.

El plan de mecenazgo que prepara el Ayuntamiento también puede implicar a empresas de distintos tamaños que obtendrían ventajas específicas, igual que hizo la fundación de la Catedral de Santiago, aunque la presentación del 1 de octubre se centró en la vertiente del micromecenazgo, la que se orienta a ciudadanos a título particular.

«Esto no es un proyecto de restauración, sino un programa para la conservación preventiva ordenada y continuada en el tiempo», añadió Álvarez. «Dentro de esta conservación preventiva también entran las labores informativas y de musealización», prosiguió, y en definitiva, «construir interacción con la ciudadanía como una forma de comprometerse». «No es que los poderes públicos nos queramos escabullir», recalcó, sino favorecer un «círculo virtuoso» de apoyo y compromiso que ya cuenta con numerosos precedentes en España y sobre todo fuera.

Precedentes de éxito. En España está el ejemplo de la Catedral de Santiago, que empezó en 2013 con la necesidad de restaurar el Pórtico de la Gloria y en apenas tres años alcanzó los 700.000 euros. El Museo Sorolla lanzó una campaña en 2015 para comprar un cuadro y obtuvo 26.305 de los 43.000 euros que costaba, y hay precedentes similares impulsados por el museo de la Universidad de Navarra, el Thyssen-Bornemiza o, desde el mes pasado, el del Prado.

En Italia hay incluso una plataforma (Loveitaly) específica para «salvar el patrimonio italiano» aportando a distintos proyectos que van surgiendo. En Francia, el Louvre consiguió 9,4 millones de euros con crowdfunding (1,4) y el apoyo del grupo Louis Vuitton (8) para comprar un libro del rey Francisco I de Francia, y esa ya era la octava campaña que culminaba este museo con éxito. En el Reino Unido, la National Portrait Gallery logró más de cuatro millones de euros por donaciones de más de 10.000 personas de todo el mundo para comprar la obra Autorretrato de Van Dyck. ¿Y el Acueducto no traspasaría fronteras si se acierta con el sistema de lanzamiento? Ahí dejó la cuestión Borja Álvarez, compartida con el Ayuntamiento como impulsor de este plan.

Ya puestos, bien puede preguntarse uno por el impacto que tendría que cada turista pusiera un euro por el Acueducto, que uno de cada diez aportara cinco euros o cualquier otra hipotética suerte de colaboración que pudiera imaginarse en ese sentido, teniendo en cuenta los cientos de miles que pasan y posan a los pies del monumento cada año. Y la respuesta puede empezar a aclararse en cuestión de meses, ya que el objetivo es que el plan sea realidad este año, pero sin descartar que pudiera retrasarse por esas dudas sobre el sistema de lanzamiento hasta los primeros meses de 2019.