El Muro de Berlín, la torre del reloj de la Estación Central de Chicago, una pagoda en Seúl o una columna de Palmira, en Siria. Son algunas de las esculturas, 'Memorias Urbanas', de Juan Garaizábal, creador ecléctico que trabaja, dice, "con la ausencia, y esa ausencia en cada sitio trata de buscar aquellos elementos que han sido decisivos, realmente extraordinarios"

Estructuras escultóricas y lumínicas recuperan esos elementos desaparecidos, elaborados en acero, ladrillo, madera o hormigón blanco, materiales con los que el artista trabaja técnicas de forjado, carpintería, electricidad y albañilería. Siempre con una idea clara: le interesa, sobre todo, la línea que deja hueco a la imaginación, porque considera que "en escultura pública es fundamental el tratar de proyectar el máximo contenido utilizando el mínimo de material, de medios, porque el espacio público es de todos".

Las esculturas de Garaizábal, doce conjuntos, podrán verse en esta huerta jardín a orillas del Eresma, hasta el 30 de septiembre. Una más recrea en acero inoxidable, en pleno centro de la ciudad, la puerta de San Martín, desaparecida en el siglo XIX.