El «gol» que le coló «por toda la escuadra» la directora general de Trabajo, Concepción Pascual, a la ministra del ramo, Magdalena Valerio, el pasado jueves, cuando se aprobó el sindicato de trabajadoras sexuales de Barcelona denominado Organización de Trabajadoras Sexuales (OTRAS) le ha salido caro. Tanto, que Pascual tuvo que presentar ayer su dimisión ante la polémica suscitada, que fue inmediatamente aceptada por su jefa, según anunció el Ministerio de Trabajo en un comunicado de prensa.

La cartera que dirige Valerio precisó que la decisión de Pascual se produce «al asumir voluntariamente todas las responsabilidades del registro de los estatutos de OTRAS», que se efectuó por parte de la Dirección de la que ella era la máxima responsable. 

 La polémica se produjo después de que el pasado 4 de agosto apareciera publicada en el BOE una resolución por la que la Dirección General de Trabajo daba luz verde a la creación del nombrado sindicato, a pesar de que la prostitución está prohibida en España. 

La ministra aseguró al poco desconocer «por completo» la publicación de esta autorización y pidió a la Abogacía que iniciase los trámites para declarar nula de pleno derecho la resolución. 

Ayer, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tildó el caso de «incidente administrativo» y recordó que el Ejecutivo está trabajando en la actualidad en una ley contra la explotación sexual.