Pasión, fervor y entrega como si fuese la primera vez. Los almonteños sacaron ayer a su Virgen del Rocío durante más de ocho horas por las calles de la aldea para conmemorar el primer centenario de la Santa desde que se aprobara su Coronación Canónica en Roma en 1919.

Los fieles, como si de un Lunes de Pentecostés se tratara, saltaron la reja sobre las 23,46 horas del pasado viernes tras varios amagos previos y adelantándose así a la madrugada del sábado, fecha oficial de la efeméride. 

Después de alcanzar el paso y coger sus andas para protagonizar una salida rápida y limpia, los almonteños llegaron al dintel y asomaron a la calle donde esperaban miles de devotos a la Virgen.

Desde allí, la imagen se dirigió hasta la explanada de la marisma y, para, a partir de ahí, desarrollar un recorrido idéntico al que realiza en romería, cuando visita a todas y cada una de sus hermandades filiales.

En esta ocasión, no están los Simpecados de estas corporaciones, pero estas sí que han engalanado sus casas de confraternización con flores y luces haciendo aún más atractivo si cabe este paseo extraordinario que tuvo uno de sus momentos más especiales al alba, cuando la Virgen alcanzó el Real de El Rocío, donde se erige el monumento que rememora la Coronación.