El pasado mes de agosto abrió sus puertas, en la calle Cabritería, Martina’s Coffee. Detrás de esta nueva propuesta están Cristina de Diego y Máximo Aranda. «Venimos de Madrid», explica Cristina, «yo si tengo experiencia en el mundo de la hostelería». El nombre para su coqueto establecimiento es por su hija mayor, Martina. De hecho, en el Martina’s Coffee los niños tienen un papel protagonista, ya que cuenta con una zona diseñada especialmente para ellos, con mesas, sillas y un montón de juegos a su disposición. Cristina de Diego asegura que esta idea está teniendo un gran éxito entre sus clientes, que agradecen que sus hijos tengan un lugar de diversión mientras ellos se toman algo, en las otras zonas de las que dispone. «Tenemos un espacio con sillones y mesas de café y otra con mesas altas», explica la propietaria del Martina’s Coffee.

Este establecimiento, muy conocido en la ciudad por haber albergado otros negocios de hostelería, vive ahora una etapa nueva de la mano de Cristina y Máximo. Juntos se encargan de sacar adelante su negocio, al que califican de «versátil». Abre sus puertas a las nueve de la mañana, para ofrecer sus desayunos, precisamente acompañados de una buena taza de café. Cristina de Diego explica que se puede pedir de muchas maneras: latte, expresso, capuchino, vienés, bombón ...

Para los que se dejan tentar y seducir por el mundo de las infusiones, dispone de una gran variedad: té negro, té verde, roiboos, infusiones digestivas, relajantes e incluso con opciones « para no saltarte la dieta». 

CITAS INFORMALES. En el Martina’s Coffee proponen comidas y cenas informales para grupos de trabajo, amigos o familiares. En su carta hay tres especialidades para acompañar estas citas: tostas, ensaladas y raciones. Las tostas están teniendo una gran acogida con variedades como: la de queso de  cabra con cebolla caramelizada; tosta de queso brie con frambuesas y nueces, tosta de pimientos asados y sardina ahumada, la tosta de guacamole con salmón ahumado o la de gulas y ali-oli. Entre las ensaladas, que «puede ser una excelente opción para compartir entre los comensales», está la César con pollo, de la Casa, la Caprese o con verdel. Y entre las raciones, se puede optar por una de embutido ibéricos; lacón al estilo gallego o al estilo de la casa y cecina de León con aceite y almendras. También nos recomienda probar sus smoothies.

Para Cristina de Diego lo más importante es poder «volcarse en la atención al cliente» para que se sientan «muy cómodos, a gusto, como si estuvieran en su casa». Desde que abrieron al público, hace casi cuatro meses, ya les están encargando la celebración de eventos y cumpleaños. El horario de cierre, a diario, es sobre las doce de la noche. Los fines de semana se alarga un poco más, hasta las primeras horas de la madrugada, para que los clientes puedan disfrutar «de esa primera copa», en un ambiente tranquilo, y a tan sólo 100 metros de la Plaza Mayor de Segovia.