Con Podemos «tatuado en la piel», Íñigo Errejón anunció la renuncia a su escaño en el Congreso tras las invitaciones de su partido, no siempre elegantes («de algo tiene que vivir hasta mayo», llegó a decir Pablo Echenique), para que dimitiera después de haber anunciado que concurrirá a las próximas elecciones autonómicas madrileñas en la plataforma liderada por Manuela Carmena. El cofundador de la formación que revolucionó el panorama político en 2014 no ha resistido la presión y, aunque le cueste despegarse de la política nacional antes de tiempo, pone fin a su trayecto en la Cámara Baja cuatro años después de haber desembarcado en las instituciones.

En la comparecencia de urgencia en la que comunicó su futuro político, Errejón argumentó que «a veces lo correcto y lo cómodo no coinciden» y que, tras recibir «varias peticiones» públicas para que entregara su acta, considera que tomar esta decisión era lo mejor para «dejar atrás la fase de las disputas de los partidos y centrarse en lo importante», como es, a su juicio, «levantar una nueva mayoría de madrileños» en los comicios autonómicos del próximo mes de mayo. Así, subrayó que se marcha, aunque sigue siendo militante de Podemos, salvo que el partido decida suspender su afiliación, para no «alargar más» la situación.

En sus palabras, Errejón evitó las críticas directas hacia Pablo Iglesias y su equipo, aunque lamentó que ningún miembro de la dirección le haya llamado para pedirle explícitamente que deje su acta, aunque sí se hayan pronunciando en ese sentido en los medios de comunicación. «Me habría gustado», reconoció. 

  La cúpula morada ha señalado la puerta de salida al confundador desde que anunció el pasado jueves su decisión de concurrir a las elecciones de la mano de Manuela Carmena, pero se ha negado a emprender ninguna medida sancionadora ni de expulsión, al considerar que «no se puede echar a alguien que ya se ha ido». 

  Es decir, la dirección de Podemos ha defendido desde el primer momento que ha sido Errejón el que ha tomado la decisión, a su juicio, de dejar el partido, al querer competir en las urnas con una nueva plataforma y no como candidato morado y, por lo tanto, quien debe asumir la responsabilidad de dejar su escaño y el partido. 

Sobre si otros diputados embarcados en su proyecto para Madrid, como Tania Sánchez, seguirán sus pasos, el confundador de la formación recordó que «el único que ha recibido peticiones» para dejar su acta ha sido él, así que desconoce qué harán los demás.