Solo son dos tardes al año de forma que los cuellaranos acompañen en la procesión a la imagen barroca del Niño de la Bola pese a las bajas temperaturas. En este 2019 esta talla ha podido procesionar las tardes del 1 y el 6 de enero, acompañada de fieles devotos que con las jotas tradicionales y la música de los hermanos Ramos han seguido con una tradición de hace siglos. Se cumplen 340 años de la fundación de la Cofradía del Niño Jesús de la Bola, y se ha podido disfrutar de una exposición con documentos y piezas históricas de esta celebración que pervive en la villa de Cuéllar. Esta advocación cada vez tiene más seguidores, y más de un centenar son cofrades y acompañan en procesión a la imagen barroca.
En este 2019 el mayordomo ha sido Jesús Escribano, relevando a Ramón Olmos, que lo fue el año anterior. Para el historiador Juan Carlos Llorente se trata de "devoción al dulce nombre de Jesús, popular de la Bola en la villa", y que se ha mantenido de forma "constante e inusitada para dar manifestación de fe hacia la imagen barroca".
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Una tradición singular que no se repetirá ya hasta enero de 2020, pero quiénes quieran conocer la talla pueden acercarse a la iglesia de San Esteban, templo donde se venera durante el año en curso.