Una Persona Altamente Sensible (PAS) se define, básicamente, por cuatro rasgos: procesa la información de manera profunda, tiene alta sensibilidad y sufre sobrestimulación con frecuencia, es muy empática y emocional, y goza de gran capacidad para captar detalles y sutilezas.
Así lo afirma en una entrevista el doctor en Teología por la Universidad de Navarra y estudiante de Psicología Rafael Pardo, quien destaca que, a nivel general, un 20 por ciento de la población es PAS, lo que afecta por igual a hombres y mujeres. Según clarifica, no se trata de un trastorno ni de una enfermedad, sino de un grupo de rasgos de personalidad que si no se detectan a tiempo pueden llevar a la persona en muchos casos a no saber manejar la ansiedad, a la depresión, o también a la sobrestimulación, entre otras consecuencias.
Pardo, que acaba de publicar Personas Altamente Sensibles. Claves psicológicas y espirituales (Desclée de Brouwer), dedica un capítulo de su libro a la actriz Audrey Hepburn, «una ilustre PAS» porque, según recalca, la mejor manera de retener conceptos es fijar en la mente ejemplos concretos.
Destaca de la actriz que gozó de estima a nivel social, por lo que no tiene por qué asociarse lo altamente sensible con lo raro, y enumera los siete rasgos que la definirían como una PAS, a partir de la biografía hecha sobre ella por Donald Spoto:
1. Con frecuencia se sentía sobreestimulada.
2. Tenía valores personales de paz y armonía que le mantuvieron lejos de la frivolidad del poder, el éxito o la ambición.
3. Era delicada, respetuosa con los demás y con sensibilidad para los detalles.
4. Conectaba muy bien con otros PAS.
5. Era profundamente empática con el sufrimiento ajeno.
6. Se mostraba receptiva a los valores espirituales.
7. Procesaba la información con profundidad y seriedad.