"Somos indeseables en internet y mejores en la vida real"

Sergio Arribas
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Esta semana escribe en La Pizarra el escritor, publicista y profesor universitario Alberto Martín

"Somos indeseables en internet y mejores en la vida real"

¿Ha dormido bien? Lo digo porque, al parecer, encuentra en la noche el mejor momento para escribir…

Duermo de cuatro a diez. Esas seis horas las aprovecho muy bien. La noche es mi mejor aliado. Soy ave nocturna. Por el día hago lo que me exigen mis obligaciones laborales. A partir de las once, multiplico mi actividad.

No parece casual que el título de su tercera novela sea ‘El Silencio de Raquel’ .

Lo que más me atrae de la gente y de sus historias es lo que no cuentan. De ahí viene el título. 

Y hablando de silencios, hablamos de ruidos. ¿Qué ruido le es más insoportable?

Las redes sociales. Todo el tema de bulos, fakes news y medias verdades. Me afecta.

Fue finalista en el premio Ateneo Joven de Sevilla con su primera novela ‘Tras la estela de un cuadro’. ¿Le abrió algunas puertas?

Todas. Me llamó una editorial de Sevilla, de las de verdad, y como era la única novela  no histórica en aquel año se interesaron por ella.

¿Qué es un libro en su vida?

Algo que siempre tengo en la mochila. Casi todo lo que leo es ficción. Me gustan las historias que nada tienen que ver con la realidad. Me gusta evadirme.

Un publicista que se abre camino en la literatura. Para ambas tareas ¡la imaginación al poder!

Totalmente. Aunque la publicidad tiene unas normas, que pasan por conocer la marca y el público y la literatura, al menos en mi caso, me sirve para medir mi capacidad de inventar. 

¿Inventivo entonces?

Lo soy, es lo que me divierte. Algunos piensan que mis novelas tienen algunos tintes autobiográficos y no es cierto. Me gusta inventar, ponerme en la piel de personas o situaciones que jamás he vivido.

Creativo. Es como ‘evento’, vale para todo.

Cierto. Y se asocia al talento, aunque la creatividad tiene más de trabajo que de innato. No tengo un talento especial ni un estilo llamativo, pero sí soy muy observador y mis historias salen de fijarme en lo cotidiano. 

¿Cotilla entonces?

No. Porque de lo que observo, me entero de la mitad (se ríe). Puedo mirar dos personas hablando y solo me fijo en los gestos. La observación me sirve para iniciar la historia y el resto es pura ficción. .

El día 22 compartirá ‘evento’ en Segovia con la poetisa Elvira Sastre. Dos jóvenes, si se me permite, sobre el escenario. ¿Es ella un buen ejemplo de que la literatura, la poesía, vive un momento dulce?

Sí. Ella es un gran ejemplo de cómo llegar a la gente joven y romper ese cliché de que aburres si lees poesía. Ha llegado a un público joven y no tan joven y además de una manera en la que cree, es decir, honesta.

El misterio es ingrediente básico de sus novelas. ¿es como el aceite de la ensalada?

Es la excusa para contar otras cosas. Luego me he metido en temas como las redes sociales o el acoso escolar. Es la manera de enganchar a los lectores.

¿Qué le resulta más misterioso?

Todo lo que no vemos de las personas. Creo que somos más indeseables en internet y mejores personas en la vida real.

¿Qué personaje novelesco le hubiese gustado encarnar?

Edmundo Dantés. El mejor libro que he leído ha sido ‘El Conde de Montecristo’. Simboliza la proeza de salir adelante tras sufrir una desgracia y la sutileza de la venganza. Es un villano que tiene justificada su vileza.

Ninguna de sus tres novelas, según ha dicho, tiene tienes autobiográficos. ¿Pudor, timidez o, simplemente, que no le gusta ir a lo fácil?

Las tres. Lo que me pasa no es lo suficientemente divertido para que lo cuente. Si contara demasiadas cosas mías, me desnudaría en exceso.

¿Que fue de su agria polémica con Fernando Sánchez Dragó?

Cada vez que lo leo en El Mundo, más me chirría.  Siempre estaré en desacuerdo con él. Lo siento.

Son muchos los literatos que alcanzan parte de su fama no sólo con sus obras, sino con sus actos e ideas. Ahí está también Arturo Pérez Reverte. ¿Es necesaria la provocación?

No soy provocador, aunque algunos me lo reprochan, sino amante del debate. Si tienes que provocar para que te lean, algo estás haciendo mal. Me encanta provocar debate en redes sociales y, sobre todo, leer opiniones con las que no estoy de acuerdo.

¿Para qué puede servir la literatura?

La defiendo como forma de entretenimiento. Me sirve para pensar en otros mundos que no tienen que ver con el mío.

Bautizó su blog: ‘Con A de aprender’. ¿De qué aprende?

Soy muy curioso y preguntón, pero hasta el límite de no ser pesado. En mis novelas he necesitado a policías, abogados y forenses, pero a un nivel básico para escribir sobre ello. Cuido mucho de no ser pesado ni intrusivo, en meterme en parcelas que no me corresponden.

Profesor de estructuras de sistemas publicitarios y de creación on line ¿Es blandito como profesor?

Soy exigente y creo que soy justo. Necesito que lo que hagamos en clase se corresponda con lo que van a hacer fuera. 

Entre Chaplin y Keaton, personalmente me quedó con Buster ‘cara de piedra’. Las acrobacias eran el mejor complemento a su rostro inexpresivo. ¿Es la vida una acrobacia tras otra?

Totalmente. Es una acrobacia para llegar a final de mes, para que te entiendan, para trabajar en lo que a uno le gusta… somos acróbatas en el día a día. La cuerda que me sujeta está muy firme. No he tenido sensación de caerme nunca.

El Rey reivindica la bandera como un símbolo «de todos» y de la «diversidad» ¿No envidia a los estadounidenses?

Echo de menos que el debate sea sobre cosas más profundas. No reniego de la bandera, pero debatir sobre ello limita el pensamiento y otras visiones de las que aprender.

¿Fan del debate?

Me gusta discutir en el sentido positivo de la palabra. Soy un peleón dialéctivo, pero no me asustan las opiniones contrarias a la mía ni me afectan a nivel personal. Con los ‘algoritmos’ de Facebook solo recibimos opiniones que tienen que ver con la nuestra. Eso me llega a aburrir. 

¿Qué es lo que más teme del auge de la ultraderecha en Europa y España?

Que todas las mentiras que sueltan están calando en la sociedad. A los verdugos les vuelven víctimas. Y creo que en una sociedad que no contrasta los datos y demás, el peligro de verdad es creer que los problemas que cuenta la ultraderecha son los reales de las personas.

«Todos los asesinatos son criminales, pero solo las mujeres mueren por el simple hecho de serlo». Lo ha dicho Almudena Grandes.

Tenemos que ser empáticos y entender el problema que tienen y sumarnos a su causa. Y no dividirnos, que es lo que pretende la ultraderecha en este país.

Solo en Madrid hay 894 centros de estética. ¿Presumido?

En absoluto. No se que es ser presumido. Tengo barba o media barba por no afeitarme.

¿Cual es su mayor gozo?

Mi mayor gozo es que tengo dos trabajos, profesor y publicista, y una afición, escribir, y me lo pasó estupendo haciendo las tres.

Lo que nunca le deja indiferente…

La desinformación. Las mentiras que vemos en las redes sociales. Tengo la necesidad de desarmar a los mentirosos o desinformados, de que debatamos sobre cosas reales y no sobre cifras que se manipulan de forma perversa.

¿Qué pregunta no le he hecho y que ahora tenga que contestar yo?

¿Es de los que piensa que la publicidad miente?

Es esa novia o novio que solo te quiere por interés. Le reto a un debate.