El niño rey

JAVIER VILLAHIZÁN (SPC)
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Una difícil y traumática infancia marcó para siempre la genial y enigmática personalidad de Michael Jackson, un artista que hubiese cumplido el próximo miércoles 60 años

El Rey del pop jamás hubiera podido ser otra cosa que  una estrella de la música. Nació en el seno de una familia de artistas, debutó en el escenario con tan solo ocho años en el grupo de sus hermanos, los Jackson Five, y sus exitosas canciones con ellos -I want you back o ABC- se convirtieron en auténticos himnos de cabecera para los jóvenes de la época. A partir de entonces, Michael Jackson (Gary, Indiana, 1958-Los Ángeles, California 2009) ya no sería nunca un niño como los demás, su esfuerzo y sus excelentes dotes como bailarín y vocalista le encumbraron a lo más alto del olimpo de la música. 

Sin embargo, su pequeña alma infantil sería algo que siempre llevaría dentro a lo largo de toda su carrera, hasta el mismo momento de su trágico fallecimiento hace nueve años como consecuencia de una intoxicación a base de analgésicos y otros medicamentos. De no haber sido así, el Rey del pop habría cumplido el próximo miércoles la friolera de 60 años. 

La niñez de Michael, séptimo de los nueve hijos de Joseph y Katherine, en la pequeña localidad de Gary -al sur de Chicago- siempre fue difícil y casi traumática, al sufrir continuos maltratos por parte de su padre, hecho que determinó su inestable y autoexigente personalidad, además de explicar en parte su ambiguo apego a la etapa infantil.