"Me reencarnaría en las pupilas de Frank Sinatra"

Sergio Arribas
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Esta semana escribe en La Pizarra el gestor cultural independiente, director creativo y escritor Juan Carlos Monroy.

¿Dispuesto a hablar de lo divino y de lo humano? ¿Nada que objetar? 

¿Se refiere al título de mi blog?. Le veo ágil. Son opiniones personales y como tal, cada uno tiene la suya. Nada que objetar.

En su carta de presentación reza ‘gestor cultural independiente’. Esa independencia, ¿no le ha provocado algún disgusto?

No. Soy espíritu libre. Solo estoy al servicio de la cultura, que nunca debe estar supeditada a una ideología.

¿Está muy manoseado el término cultura?

Depende de la higiene de las manos.

‘Nada que objetar’ se presenta como ‘Reflexiones en forma de artículos sobre las contrariedades de la vida cotidiana’. ¿Tanta inspiración le ofrece la vida cotidiana?

La vida cotidiana está llena de historias. Duermo con un cuaderno y un bolígrafo en la mesilla. Seguramente hasta esta entrevista sea motivo de inspiración.

Juan José Millas apuntó que «la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas». ¿A usted qué le provoca?

La escritura es un sustituto del psicólogo, un remedio para la mente y también, por supuesto, para el corazón.

¿Qué es lo que nunca toma en serio?

A mí mismo.

Para sus artículos toma de aquí y de allá, ¿Por eso es también artista de collages? 

Desarrollamos nuestra vida cogiendo de aquí y de allá, pegando experiencias, emociones y sensaciones. Mi vida y la de todos es un collage.

¿Se puede ser creativo sin encender la televisión? 

Absolutamente. Ya lo dice el refrán: «apago la tele, abro un libro».

Me dice un pajarito que tiene un televisor en su casa, aunque desde hace dos años no lo enchufa.

Cierto. Solo encendí ‘la tele’ un día, que vino mi padre a visitarme y me pidió que le pusiera ‘Pasapalabra’. Y la tuve que resintonizar. No la enciendo ni por curiosidad. Todo el tiempo que dedicas a la tele, se lo quitas a otras cosas.

¿Su libro de cabecera?

Tengo muchos. De hecho, cada semana tengo uno. Esta semana estoy con «Cuentos de Navidad», de Quim Monzó. Fabuloso.

¿Qué le quita el sueño?

Probablemente lo mismo que me hace despertar cada mañana.

Ha confesado que sus artículos salpicados de humor incrementan las visitas a su ‘blog’.

Correcto. Eso significa que el humor tiene más fans que la reflexión. 

Un amigo siempre me recuerda un consejo que le di para «ligar». Aquello de: «al amor, desde el humor».

El humor es el mayor afrodisíaco en el amor.

De usted es la autoría de la frase: «cuando el amor y el humor se unen nace el hamor»

Hamor, con hache, debería estar recogida por la RAE. Si no hay humor, poco amor puede haber. Hacer reir y reirte. Es bidireccional. Y yo me río y me enfado a partes iguales.

¿Qué le seduce?

La inteligencia es la belleza suprema.

En el amor y en la guerra, ¿todo vale?

Sí. Todo vale. Ni en la  guerra ni en el amor somos  realmente nosotros. Buscamos lograr un objetivo a toda costa, algo que, en el fondo, es superviviencia.

¿Es mejor deleitar con la palabra o con la lengua, no se si entre las sábanas?

Por suerte estamos dotados de un órgano maravilloso, llamado lengua, que podemos usar de varias maneras.

¿Cuantas veces le han equivocado con su hermano Mon Monroy, el cantante de ‘Sonrisa Vertical’ y ahora de ‘El Canto del Bobo’?

Muchísimas. Incluso familiares cercanos nos confunden.

¿Y cuantos lectores han creído que sus artículos eran autobiográficos?

Un alto porcentaje. Una vez escribí sobre la pérdida de un gato. Por la calle me daban el pésame.  Pero es que hay gente que cree que ‘Juego de Tronos’ es la Edad Media.

Dijo Gloria Fuertes: ‘Lo mejor del olvido es el recuerdo’ ¿Se puede vivir sin memoria?

Deberíamos sobrevivir con memoria, respeto y recuerdo. Lamentablemente perdemos memoria por un tema puramente biológico.

En su tierna juventud exploró la ‘estética punk’. No me le imagino.

Si solo fuera la estética punk (se ríe). Empecé siendo heavy, porque me encantaban los Kiss y los Iron Maiden. Y luego punk, con  los Sex Pistol...

No me diga que llevó cresta...

Sí, de tipo mohicano. Llevaba pantalones negros con 16 cremalleras y botas de militar con cordones blancos.

Entonces no le equivocarían con su hermano… cantante de un grupo, vamos a decir, más ‘pijo’.

Entonces no. Pero él me sirvió de inspiración. Me introdujo en el mundo de la música. Yo siempre he ido a rebufo, como buen hermano pequeño.

‘VideoCosmo’. Era el título del espacio cultural de Televisión Segovia del que usted era realizador y productor. ..

¡Y presentador!. Era cuando tenía pelo. Queríamos emular el programa Metrópolis, de La 2. La idea era difundir la labor de los creadores de Segovia. Duraba media horita y eran entrevistas monográficas a grandes artistas.

Locutor de radio en Antena 3 Radio, Cadena Dial y M-80. Seleccionaba contenidos para el magazine radiofónico matinal. Ya tenía madera de comunicador.

Compaginaba los estudios de publicidad con el de presentador en Cadena Dial, que luego pasó a ser M-80 . Tenía el gusanillo de la radio y cuando me marché a Madrid continué con un programa en el Círculo de Bellas Artes: «El pianista del burdel».

Hablando de publicidad. Su equipo fue Premio Ondas en 2000 a la mejor creatividad en soporte radio.

 Me licencié aquí en Segovia y he dedicado 20 años a la profesión y a lo largo de ellos, he recibido algunos premios en reconocimiento a la creatividad.

Su primera novela es ‘Yo maté a Kaulak’  El Comisario Villarejo, ¿no le inspira para su próxima libro?

No suelo dar voz a aquellas personas de ese perfil. Prefiero dedicar energía y tiempo a las personas que construyen.

Su deporte favorito es… 

El ‘andorrer’, mezcla entre andar y correr….

Después de la última sentencia del Supremo sobre las hipotecas, ¿Es para salir corriendo de este país?

Al contrario. Es para entrar en los bancos y pedir explicaciones.

Rebatiña, alcuza, asíntona…Lo tiene que reconocer, ¿rebusca en el diccionario para sorprender a sus lectores?

Sí. Cuando empecé con esto de la escritura, me propuse aprender al menos una palabra al día. Habitualmente utilizamos en nuestra vida cotidiana entre 1.000 y 1.500. Tenemos la suerte de que Cervantes en ‘El Quijote’ utiliza más de 10.000. Me lo tomo como reto personal. También por puro placer, porque, a veces, cuando estoy en familia, me dicen: «joé, tio, habla normal» (se ríe).

¿En qué o quién se reeencarnaría?

¿Vivo o muerto?. Déjeme pensar… Si  Woody Allen elige reencarnarse en las yemas de los dedos de Warren Beaty, yo elegiría las pupilas de Frank Sinatra. Lo que no habrán visto esos ojos no lo  ha visto nadie. ¿O no?.

¿Qué película le gustaría protagonizar?

Me identifico con los personajes secundarios. El principal tiene el destino escrito. Los secundarios tienen más capacidad de modular la realidad. Son más interesantes.

¿A quién le cantaría las 40?

Nunca he sido aficionado a las cartas. Antes de abroncar a alguien me miraría al espejo.

Lo que nunca le deja de asombrar.

Los niños. Todos los valores que buscamos en el ser humano están en los niños.

Por favor, remate la entrevista con una frase, de esas que dejan ‘regusto’ al lector.

Todo está en los libros. Todo lo que te pase al día de hoy, alguien lo ha escrito antes. Ya lo decía la Bruja Avería en La Bola de Cristal: «tú solo no puedes, con amigos sí».