El año pasado fue uno de los peores momentos judiciales para el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, quien fue condenado a cuatro años y medio por la Audiencia Nacional por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black. Fallo que fue recurrido por el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y está pendiente de lo que dictamine el Tribunal Supremo. Sin embargo, el 2017 no fue del todo malo para el exdirectivo, ya que el curso judicial que comienza ahora está plagado de requerimientos y juicios contra muchos de los presuntos delitos que cometió al frente de Caja Madrid.

Para empezar, el exbanquero se encuentra en espera del recurso ante el Alto Tribunal y pendiente del juicio por la salida a Bolsa de Bankia, que comenzará en noviembre y en el que el Ministerio fiscal solicita para él cinco años de prisión por estafa a los inversores.

Además, a estos dos procesos se unen las pesquisas que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid sobre el patrimonio del exvicepresidente y cuyo titular, Antonio Serrano-Arnal, espera una acusación definitiva de Hacienda con el objeto de que acote el alcance de los delitos que se le atribuyen y simplifique una causa que amenaza con estancarse.