El cortapega y las web como el rincón del vago se acaban para un alumno nada mas entrar en la Universidad, muy especialmente al hacer un trabajo de fin de máster o una tesis, pues los centros disponen ya de modernos sistemas informáticos y guías de buenas prácticas para combatir con firmeza el plagio. Lo han destacado diversos expertos después de que varios medios acusaran esta semana de copiar a la ya exministra de Sanidad, Carmen Montón, o al propio jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

Según la Real Academia Española (RAE), plagiar es «copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias». Pero el significado práctico del término «en lo sustancial» puede variar, según el sistema informático o el baremo que aplique cada centro.

En el caso de la tesis de Sánchez, realizada en la Universidad Camilo José Cela de Madrid (privada), los software Turnitin, que se emplea en la Universidad de Oxford, y PlagScan, referencia en Europa, detectan un 13 por ciento y un 0,96 por ciento de coincidencias, respectivamente. Y la propia ministra de Educación, Isabel Celaá, recordó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que, por ejemplo, Turnitin solo considera plagio a partir del 25 por ciento de coincidencias.