Pérez Veros desaparece del mercado

D. Aso
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Aldekoa deja de embotellar su vino «por falta de relevo generacional», lamenta Jesús Pérez Veros, uno de los dos hermanos que fueron pioneros al promover la primera bodega segoviana que entraba en la DO Ribera del Duero.

Produjeron uva para otros durante tres décadas, hasta que en 2006 decidieron montar en Aldehorno su propia bodega, Aldekoa, y se erigieron en la primera de Segovia que entraba en la DO Ribera del Duero. Desde entonces no había faltado en el mercado el vino que lleva los apellidos de los hermanos Jesús y Pablo Pérez Veros, pero si hoy alguien se topa con la posibilidad de comprar alguna de las más de 100.000 botellas anuales que llegaron a sacar será de milagro. De hecho, quien conserve alguna en casa, que sepa que ha pasado a ser casi de colección.

Ya en la pasada vendimia vendieron toda la uva, pero coincidiendo con un año en el que su precio se disparó por la escasa producción que sacudió el sector. Entonces advertía Jesús a El Día que la «presión» de los compradores había sido «muy fuerte»; y algo de existencias de añadas pasadas había en el mercado. Sin embargo, también deslizó que era «probable» que lo de 2017 no se quedara en algo puntual. «Mi hermano y yo vamos cumpliendo años y no vemos relevo», apuntaba Jesús, que tiene 64, y ahora la decisión está tomada: «No vamos a elaborar más, así que volveremos a vender toda la uva de este año». ¿Y no hay vuelta atrás entonces? «Definitivo en esta vida sólo hay una cosa, pero no tenemos expectativas de volver a embotellar, es lo que hay», incide.

Pérez Veros, por tanto, sólo volvería al mercado en el caso hipotético de que encontraran a alguien dispuesto a asumir la bodega y dar continuidad a la marca, extremo que por ahora no se ha producido. «Ojalá viniera gente con ganas de seguir adelante con esto», destaca, con opciones como el alquiler sobre la mesa. «Hasta ahora hemos hablado con muchos grupos interesados en elaborar aquí, pero quieren hacerlo con su marca», añade. ¿Y estudiarían en serio alguna de esas alternativas? ¿O quizá una venta en lugar del alquiler? «Barajamos cualquier posibilidad pero hombre, preferiríamos que alguien siguiera con la marca».

Jesús Pérez recalca que detrás de esta decisión no hay una pérdida de tirón comercial de Aldekoa: «Al revés, el mercado nos sigue demandando vino y todavía nos está tocando decir que ya no hacemos». Las existencias de añadas anteriores aún pudieron permitir que se mantuvieran en el mercado en los meses posteriores a la decisión puntual de no elaborar en 2017, pero a estas alturas «ya no hay nada de nada». «Si le quedara algo a un distribuidor, sería residual», intuye Jesús.

LA MITAD DEL RIBERA SEGOVIANO. La desaparición de Pérez Veros del mercado supone para la provincia una pérdida notable por su peso específico dentro de la Ribera del Duero segoviana, dado que, dentro del joven imperio en que se ha convertido esta DO, Segovia sólo tenía dos bodegas con producción comercial, ambas de carácter familiar y relativamente pequeñas. Por un lado Aldekoa, sociedad cooperativa formada por los dos hermanos citados y sus respectivas mujeres, con 30 hectáreas de viñedo (aparte de otros cultivos) y una producción que empezó en 2006 con 50.000 botellas, pero llegó a rondar las 130.000 en 2016. Y por otro, la bodega Severino Sanz, que empezó cuatro años más tarde y sigue firme, con 28 hectáreas y unos volúmenes de producción en la línea de Aldekoa. 

Segovia pierde así la mitad de su modesta producción de Ribera del Duero. Ya era corta en cantidad y ahora mucho más, pero no en calidad. Y Félix Sanz, uno de los tres hijos de Severino Sanz que administran esta bodega, tiene claro que su futuro está dentro de un mercado cada día más competitivo: «Nosotros a seguir trabajando, que cuesta mucho vender el vino».