El contrato de limpieza y basuras, a debate en el Pleno

Victoria Domínguez
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El contrato para el nuevo servicio de limpieza y recogida de basuras tiene una duración de diez años y un precio de licitación de 7,4 millones de euros anuales e incluye la renovación de vehículos y contenedores y el contenedor marrón.

El contenedor marrón (destinado sólo a restos orgánicos) se instalará como experiencia piloto en los mercados municipales y en un área que agrupe a un mínimo del 5 % de la población de la capital, con la idea de extenderlo al resto de la ciudad a partir de 2021. Es una de las novedades de un contrato que, dice el PSOE, supondrá una importante mejora en materia social, medioambiental y de innovación. Conllevará la renovación de todos los vehículos (que serán de gas), la maquinaria pequeña y los contenedores.

También se plantean posibles ampliaciones, a partir de 2022 y 2025 en el barrio de la Comunidad, en función de las necesidades que determine un previsible crecimiento, la supresión de cuarenta contenedores que generan impacto visual (están pegados a monumentos) o problemas de operatividad en la recogida (soterrados) y un sistema de registro de ADN canino para sancionar a los propietarios que no recojan los excrementos de sus mascotas.

El contrato, que sale a licitación por 7,4 millones de euros al año, no se adjudicará por criterio exclusivamente económico, sino de calidad/precio y se exigirá a las empresas licitantes un exhaustivo estudio de la ciudad que demuestre el conocimiento de las necesidades y que la oferta presentada es coherente. 

Por otra parte, se ha dado la máxima importancia a la cuestión laboral: subrogación de todos los contratos, mantenimiento mínimo de los 110 puestos de trabajo y garantizar la masa salarial actual, 4,2 millones de euros. 

El pliego saldrá adelante, ya que el concejal de IU ya ha manifestado su intención de no oponerse, aunque aun no ha definido si votará a favor o se abstendrá. Ángel Galindo considera que se ha trabajado bien, aunque por tratarse de un documento extenso y no haber podido revisarlo en profundidad la postura final en el pleno podría ser de abstención.