Los días de las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro en los que se celebran en la Plaza Mayor conciertos o verbenas (o ambos indistintamente) está prohibida la introducción de todo tipo de botellas de vidrio en este espacio. Para ejecutar la medida, tres parejas de la Policía Local se despliegan en los principales accesos a la propia Plaza. Una de las parejas de agentes se sitúa en la confluencia con la Calle Real, otra en la calle Infanta Isabel y una tercera en Cronista Lecea. Revisan bolsas y mochilas de cada persona o grupo de amigos que quiere entrar en la Plaza Mayor  y a los que detectan botellas de cristal les cortan el paso y les informan de que no pueden continuar su camino si no se deshacen de ellas.

Pero ¿qué ocurre en los otros cuatro accesos con los que cuenta la Plaza? Ahí el tránsito es libre, tal y como pudo comprobar esta redacción durante la madrugada del viernes 22 al sábado 23, en la que se celebró la verbena protagonizada por la Orquesta Dragón, y en la Noche de San Juan, marcada por la hoguera, el concierto de La Pegatina y la verbena a cargo de la Orquesta Vértigo. Igual que ha sucedido en años anteriores de las fiestas, las calles Escuderos, Marqués del Arco, San Frutos y la plaza del Potro carecen de vigilancia policial, por lo que la introducción de botellas de vidrio se puede realizar sin impedimentos y la medida del Ayuntamiento reduce su eficacia.

El consumo de alcohol en la calle, fuera de los bares, está permitida durante las fiestas. Con las restricciones al cristal lo que se pretende es reforzar la seguridad. Los conciertos y verbenas congregan a centenares de personas y crean un escenario propicio para que se produzcan cortes y sea necesaria la intervención de los servicios sanitarios. El uso de sandalias propia de esta época del año y las peleas que se puedan producir son dos de los aspectos a prevenir.

«Para cubrir todos los accesos tendríamos que poner 14 policías. Ya me gustaría. Serían casi todos los guardias de un turno», justifica el concejal de Seguridad Ciudadana, Ramón Muñoz-Torrero, que subraya no obstante que los agentes que realizan este servicio «están pendientes también cuando pueden del resto de calles y vigilan todo el recinto». También destaca la eficacia de prohibir introducir vidrio, pues asegura que sólo el cinco por ciento de los residuos que se recogen tras cada fiesta son cristales.