La alcaldesa inaugura este miércoles la escultura del diablo

D. A.
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El Ayuntamiento avanza que Luquero, "acompañada por la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, entre otros componentes de su equipo de Gobierno, descubrirá la escultura" en un acto oficial este miércoles a las 17.00 horas

José Antonio Abella, junto a su escultura - Foto: Verónica González

El Ayuntamiento de Segovia procederá de inmediato a la instalación de la escultura del diablillo en la calle San Juan, apenas seis días después de que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Segovia rechazara la suspensión cautelar de su colocación que habían solicitado un grupo de vecinos. De hecho, ha convocado un acto para las 17.00 horas de este miércoles, momento en el que "la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, acompañada por la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, entre otros componentes de su equipo de Gobierno, descubrirá” la obra realizada por José Antonio Abella, tal y como avanzan fuentes oficiales del Consistorio.

La polémica con la escultura nació por la legítima movilización de quienes sienten que la escultura "ofende a los católicos", creció alimentada por falsos rumores ya desmentidos y tuvo eco mundial tras publicarse, erróneamente, que un juez había parado su instalación. 

La suspensión cautelar de su colocación había sido solicitada por vecinos que han consituido una asociación católica, San Miguel y San Frutos, que es la que ha liderado la oposición a esta obra. Sin embargo, los peticionarios fueron condenados en costas "hasta un límite máximo de 500 euros", aparte de desestimarse la suspensión cautelar, aunque la batalla judicial no ha terminado.

De hecho, de momento el juez se ha pronunciado exclusivamente sobre la citada petición de suspensión cautelar, pero aún debe analizar el fondo del asunto, la denuncia contra el acuerdo de la Junta de Gobierno Local por el que se aceptó la donación de la escultura por parte de su creador, José Antonio Abella.

La escultura del diablillo está concebida para que forme parte de la ciudad como un detalle más que enriquezca su imagen, según el equipo de Gobierno, "igual que lo son la Sirenita de Copenhague, el Manneken Pis de Bruselas y el simpático Teufes  (demonio) de Lübeck". En el caso de Segovia, se trata de recordar la leyenda que dice que el demonio construyó el acueducto en una sola noche (noche que, como bien saben todos los segovianos, amaneció sin que al demonio le hubiese dado tiempo a poner su última piedra).
La escultura es un diablillo que estará sentado sobre el muro de la calle San Juan, en la parte alta de esta vía, y que usando unas tenazas sujeta un sillar de granito. Realizada en bronce tiene una altura total de 1,70 m. El sillar sobre el que asienta es de 60x60x40 centímetros y la impresión que da es que el diablillo sujeta con sus tenazas ese sillar. En la leyenda del demonio del Acueducto, el diablo no se presenta como un protagonista siniestro, sino como un simpático personaje que resulta engañado por las circunstancias y el ingenio de los habitantes de la ciudad. Su representación escultórica se aleja de las visiones aterradoras de la iconografía medieval. Es un diablo sonriente y rechoncho, hasta la burla, muy alejado de un siniestro demonio con el que asustar a los niños, según consideran Luquero y De Santos.

Además, José Antonio Abella ha añadido un elemento de actualidad, un teléfono móvil con el que el propio diablo se está haciendo un selfie frente a su obra, el Acueducto. Una invitación a que los turistas fotografíen junto al diablillo y un guiño que permite al escultor, al visitante y al segoviano dejar constancia de su cariño hacia la ciudad de Segovia.