Abella: "El diablo está en el corazón de algunas personas"

Victoria Domínguez
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El escultor José Antonio Abella, que ideó la polémica escultura del diablo, se siente sobrepasado, desbordado y perplejo por la polémica y lamenta la imagen internacional que se está dando de Segovia y España.

José Antonio Abella, junto a su escultura - Foto: Verónica González

La noticia ha dado la vuelta al mundo: se han echo eco de ella medios de Reino Unido, Alemania, China, Nueva Zelanda o Estados Unidos. El autor de la escultura se siente desbordado, perplejo, lamenta que se dé una idea "intolerante, arcaica y retrógrada de Segovia, porque ni Segovia ni España están representados por estas personas integristas y ultrarreligiosas"

Abella, burgalés afincado en Segovia desde hace treinta años, también escritor, planteó la idea al Ayuntamiento tras conocer una leyenda parecida a la del Acueducto en Lübeck (Alemania) y ha renunciado a los posibles beneficios económicos por 'merchandising' "a condición de que ese dinero se invierta en la restauración del patrimonio segoviano"

Esta semana no ha parado de atender a medios internacionales (BBC, Time, New York Times, Der Spiegel) a los que sorprende, dice, que la oposición a la estatuta venga además "porque es un diablo que sonríe". La polémica está afecando también a su familia: "que personas que están supuestamente defendiendo el bien insulten a mis hijos me resulta profundamente doloroso, no se puede ser buen cristiano e insultar a los demás". "Si existe el demonio, concluye, no está en esta escultura ni en ninguna, está en el corazón de algunas personas".