En los apenas cinco meses que lleva en pie el Gobierno de Pedro Sánchez, acumula ya varias rectificaciones y negaciones sobre asuntos que daba por cerrados, pero que luego no lo estaban tanto. Algunas se produjeron dentro del propio Ejecutivo: la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la legalización del sindicato de trabajadoras sexuales, por ejemplo, provocó la dimisión de la directora general de Trabajo; el propio presidente tuvo que salir a desautorizar a su ministra de Defensa, Margarita Robles, cuando esta dio por roto el contrato para vender armas a Arabia Saudí; y aún resuenan las excusas de la portavoz, Carmen Calvo, para no aclarar el cambio de opinión del líder socialista desde la oposición al Gobierno con respecto al delito de rebelión en la causa del procés. Precisamente, Calvo fue corregida por El Vaticano, en un gesto inusual de la Santa Sede, después de que la vicepresidenta anunciase un acuerdo con la Iglesia para no enterrar a Franco en La Almudena.
Los Presupuestos Generales del Estado se convirtieron ayer en un nuevo pacto fantasma del Ejecutivo, que aseguró estar ultimando una alianza con el PNV para lograr su apoyo a las cuentas en el Congreso. Un acuerdo que los nacionalistas vascos negaron, al tiempo que se mostraron convencidos de que el proyecto de Moncloa no superará el trámite por el no de los independentistas catalanes.
«Ya hemos cerrado el pacto con Podemos, y ahora estamos haciéndolo acuerdo con el PNV. Yo espero que, a partir de ahí, todos aquellos que no se hayan autoexcluido reflexionen e intenten hablar durante un rato de aquello que afecta a la vida cotidiana de los ciudadanos», remarcó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al ser cuestionadas por las negociaciones para que los Presupuestos reciban la luz verde de la Cámara Baja.
De hecho, aunque no aclaró todas las aspiraciones de los jetzales para dar su sí en el Hemiciclo, apuntó que no se tocará el Cupo Vasco ya que, a juicio de Moncloa, «no requiere de modificaciones» actualmente. En este sentido, subrayó que el Gobierno tiene previsto «mejorar» los acuerdos alcanzados por el PNV con el PP en el pasado.