Los belenes artesanos abren la Navidad en Cuéllar

Cristina Sancho
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La ruta de belenes de la villa propone un recorrido que comienza en el convento de Santa Clara y acaba en la sala Alfonsa de la Torre.

Los belenes artesanos abren la Navidad en Cuéllar

Desde hace siete años el arte del belenismo tiene muchos nombres propios en la villa. Los de todas aquellas personas de la Asociación Cultural Belenistas de Cuélar que desde el pasado mes de septiembre han empleados sus manos y su imaginación en conseguir verdaderas obras de artes en torno a lo más típico de la Navidad: el belén. En su afán por conseguir el máximo realismo posible utilizan todo tipo de materiales, aunque nadie lo diría al ver el resultado final. Para hacer una pequeña cántara de vino emplean una canica o los ambientadores de coche ya vacíos. De un trozo de papel y tela nace una alfombra, la orografía de las montañas se consigue gracias a la espuma proyectada, los cartones de huevos sirven para emular las piedras de los arcos, la base de las botellas de agua se convierte en vasijas de barro, las frutas se realizan con masa de maicena… Cientos de trucos se esconden tras los grandes belenes elaborados por la asociación y que ya se pueden admirar en el convento de Santa Clara y en la iglesia de San Miguel.

Hasta el 7 de enero cuellaranos y visitantes pueden realizar una interesante ruta por los distintos belenes. El recorrido comienza en el convento de Santa Clara con un nacimiento de temática hebrea. «Este tipo de proyecto da pie a fomentar la creatividad al contrario que ocurrió el pasado año, puesto que la escenografía se basaba en Cuéllar, lo que obligó a ajustarse a la realidad», explica la presidenta de la asociación, Sonia Martín. Para la realización de este belén de gran tamaño han trabajado, durante unos tres meses, 15 personas diariamente. Los trabajos comienzan planteando el conjunto y construyendo los edificios más grandes con placa de proyectado y espuma, se diseñan cierto tipo de casas y los miembros del taller han investigado e innovado este año con detalles como botijas y tinajas.

En el nacimiento de Santa Clara se pueden observar numerosas escenas, como el ángel anunciando a María la buena nueva, la anunciación a los pastores, la familia en Nazaret con María trabajando y el niño jugando con los ángeles... También aparecen buscando posada, la huida a Egipto, la cabalgata de los tres reyes magos, un escriba representando al censo, una pequeña escuela, unos lavaderos, unas tenerías, y por supuesto el misterio, de la artesana Montserrat Ribes, que es de mayor tamaño que el resto de figuras porque es el elemento protagonista y central del Belén. «Tiene muchos rincones, se han cuidado mucho las escenas y las piezas tienen movilidad, lo que permite dar vida al nacimiento», cuenta al respecto Martín. 

Después de disfrutar del Belén monumental del Convento de Santa Clara, la ruta continúa hasta la sala de exposiciones Tenerías, en el centro de Cuéllar, donde también se puede visitar un gran belén de temática hebrea realizado con figuras de la asociación y otras cedidas por la parroquia. El belén más grande de todos representa una zona de Jerusalén con las escenas de la Natividad, los reyes y la anunciación. Destacan, por ejemplo, las palmeras, que son elementos que se han conservado de otras ediciones por parte de la parroquia. Además de espuma proyectada, se han utilizado tierras rojas, musgo y elementos naturales. 

En la sala se pueden ver misterios de muy diferentes tipos, no sólo de artistas españoles de Olot y de Montserrat Ribes, sino de otros escultores jóvenes que realizan piezas cargadas de dinamismo y humanidad. También se exponen belenes del mundo: mongoles, incas, de Perú y Colombia con sus características. Este tipo de misterios se clasifican en forma de escalera y sustituyen a la tradicional mula y buey por llamas, y los reyes pueden portar oro, incienso y mirra, pero también alimentos muy valiosos en estas culturas como las mazorcas de maíz. Asimismo se muestra una Natividad entelada de estilo napolitano que pertenece a la parroquia y un belén único y exclusivo de Cuéllar elaborado por la artesana Lola Velasco y que se basa en un arco mudéjar con una puerta y dos señores castellanos como la Virgen y San José junto con el niño. Del mismo modo se da a conocer una colección de belenes en miniatura (un belén de la Guardia Civil, del Palacio Real, otro dentro de una pequeña televisión…), que suelen llamar mucho la atención a los niños. Por último se muestran dos de las tres iglesias, San Andrés y San Martín, realizadas en la edición del pasado año junto con varios misterios.

El recorrido por los belenes de Cuéllar prosigue en la iglesia de San Miguel, donde se mezcla la temática hebrea con la castellana y muestra las piezas de los Hermanos Cerrada. En este espacio se ha querido realizar la zona central de un pueblo con arcos, establos, panaderías, fruterías… En la representación aparecen los reyes adorando y no en camello como suele ser lo habitual. La ruta de belenes concluye en la sala cultural Alfonsa de la Torre donde se muestras varios dioramas en gran formato cedidos por la Asociación Complutense de Belenistas de Alcalá de Henares.

En 2017 por la ruta de belenes pasaron más de 23.000 personas. En la primera semana ya ha recibido la visita de grupos de Madrid y se han cerrado varias excursiones de colegios de localidades de Segovia y Valladolid. «Hacer una ruta de belenes como la que tiene Cuéllar no es fácil con la poca experiencia se tenemos. Hemos aprendido de otras agrupaciones y localidades», concluye Martín con la confianza de que este año la aceptación sea tan buena o mejor que el pasado año, ya que además esta ruta se incluye dentro de la oferta turística de Prodestur y se dio a conocer recientemente en la feria Intur.