La hora de la retirada de cinco emblemas

Nacho Sáez
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El Día de Segovia reúne a los dirigentes que han marcado la historia del deporte segoviano en las últimas décadas y que ahora abandonan la primera línea para hablar sobre pasado, presente y futuro.

La hora de la retirada de cinco emblemas

Lo que empezó siendo un equipo de los amigos del pueblo se ha convertido al cabo de 40 años en un club profesional dotado incluso de oficina –la ha estrenado esta temporada y cuenta con una trabajadora– y señalado como gran aspirante para ingresar en la élite del balonmano español. Testigo de excepción de esa meteórica evolución ha sido Quintín Maestro, presidente del Balonmano Nava desde su fundación y hasta hace apenas unos meses, cuando decidió dar un paso a un lado para disfrutar desde la barrera de lo construido. 

Como él, otros cuatro ‘padres’ del deporte segoviano han dejado sus cargos de responsabilidad durante este 2018: el exdelegado provincial de Atletismo, José María del Prisco; su homólogo de voleibol, Urbano Matarranz; el exjugador, entrenador y responsable de la cantera de la Gimnástica Segoviana José Antonio Minguela; y el técnico más veterano de la Concejalía de Deportes, Jesús Romano. El Día de Segovia los ha querido reunir a todos para hablar de pasado, presente y futuro en el deporte local, un sector de actividad con un notable impacto sobre la economía de la provincia, ya que facilita además el acceso a un estilo de vida saludable a miles de ciudadanos de todas las edades.

«Desde el punto de vista popular el crecimiento ha sido enorme. Tenemos una oferta deportiva extensa y hay casi 8.000 niños y jóvenes disfrutando de ella. En ese sentido hemos avanzado muchísimo», abren fuego Romano y Del Prisco, que ha dejado la Delegación Provincial de Atletismo pero continúa como técnico de Deportes de la Diputación. El abanico de posibilidades para aquéllos que quieren practicar alguna disciplina física es inagotable. Los segovianos tienen a su disposición clubes e instalaciones para jugar al fútbol y al baloncesto o realizar tiro con arco, trial, escalada, skateboard, béisbol… Sin embargo, la inversión en deporte apenas ha representado alrededor del dos por ciento en los presupuestos del Ayuntamiento de Segovia y de la Diputación Provincial en sus últimos ejercicios.

«La ayuda de las instituciones nunca va a ser suficiente, pero me parece más problemático el hecho de que las familias están acostumbradas a pagar cuotas muy bajas para que sus hijos practiquen deporte. 250 euros al año por entrenar dos días a la semana, jugar el fin de semana y recibir una equipación completa es muy poco. En otras ciudades se paga bastante más», introduce en el debate Minguela. «La sociedad siempre ha entendido que el deporte no le tiene que costar, pero sí que paga por el Inglés, las clases de música...», coincide con  él Matarranz. El expresidente del club navero cuenta que los recursos que obtienen de patrocinadores e instituciones permiten que los niños de la cantera no paguen cuotas, incluso a pesar de que tienen que afrontar desplazamientos por toda la Comunidad. 

Precisamente las distancias en Castilla y León a la hora de viajar es otro de los hándicaps para el deporte segoviano que observa este grupo de dirigentes, que en el repaso al capítulo de instalaciones, mientras, se detiene para intercambiar impresiones largo y tendido. La construcción de un módulo de atletismo cubierto constituye el gran anhelo, pero la lista de demandas no se acaba ahí. «Que menos que cada instituto tuviera su propio pabellón. Son cuatro paredes. Eso sí, que no cueste hacerlos diez años como el de El Peñascal», indica el exdelegado provincial de Voleibol. «Sé que es difícil que se pongan de acuerdo administraciones de diferente signo político, pero con una voluntad real por parte de todos ya tendríamos módulo de atletismo cubierto», abunda su homólogo de Atletismo. 

En ese momento interviene Romano, que ha sido técnico de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Segovia durante cerca de cuatro décadas. «Habría que hacer un plan director de instalaciones y a partir de ahí desarrollarlo. Luego hay que tener en cuenta también que no se trata de hacer sólo la inversión, sino que luego hay que llevar el mantenimiento de esas instalaciones y el coste es elevado», remarca.

Nava de la Asunción consiguió salvar todos esos escollos, tras realizar incluso una recogida de firmas, y hoy por fin disfruta de su nuevo polideportivo, que el expresidente de su club de balonmano espera que sea el escenario de muchos éxitos. El ‘modelo Nava’ triunfa gracias al trabajo incansable de sus responsables y a la implicación mostrada por el municipio en su conjunto. «Cualquiera que venga por nuestro pabellón puede comprobar que no tenemos paredes sino un tablón de anuncios. Hasta en la cancha tenemos publicidad», destaca Maestro. 

El ejemplo del Huesca, con equipo de fútbol en Primera División y club en Asobal, representa otro caso de éxito exportable a Segovia, tal y como afirma Matarranz, que sin embargo lamenta el escaso apoyo al deporte de la hostelería segoviana «y de otras empresas que facturan muchos millones de euros». «La mayor parte te dicen que no necesitan publicidad. Y es verdad que da igual lo que hagan los restaurantes, porque Segovia siempre está llena. Pero es una pena», interrumpe Minguela, que no se olvida de algo que le contó el entrenador Miguel Ángel Lotina, cuando coincidió con él en un curso de entrenador y el Numancia empezaba a escalar categorías: «Tuvieron la suerte de aquella eliminatoria contra el Barça en la Copa del Rey, pero Lotina me decía que detrás había un apoyo importantísimo de cinco o seis empresarios de Soria que se habían juntado. Siempre explico esto cuando alguien me viene con eso de por qué Segovia no puede tener un equipo en Segunda y Soria con menos habitantes sí».

FUGA DE TALENTOS. El exresponsable de la cantera de la Segoviana también pone el acento en la «mala» gestión llevada a cabo en los campos de fútbol en Segovia («Los vestuarios del Mariano ‘Chocolate’ son para equipos de tenis y el campo de fútbol 11 anexo al Pedro Delgado está mal hecho») y hace hincapié en las dificultades que tienen para retener a los jugadores que despuntan en edades tempranas ante el interés que enseguida surge por ellos en el Real Valladolid o el propio Numancia.

Pero entonces Del Prisco subraya los buenos resultados que están obteniendo los piragüistas de Palazuelos para recordar que con un trabajo adecuado todo es posible en el deporte. «Que de Palazuelos, con las instalaciones para el piragüismo que tiene, salgan David Llorente y los otros tres chicos que están becados en León [Sergio Llorente, David Burgos y Darío Cuesta] tiene muchísimo mérito y es algo de lo que nos debemos sentir muy orgullosos como segovianos», concluye.

Para seguir en esa línea de progreso que también ejemplifican las porteras de fútbol sala Estela García y Elena González –ambas en equipos de Primera División– o la campeona de Europa de rugby Jimena Parra, una de las asignaturas pendientes reside en profesionalizar las tareas directivas, en opinión de Romano, que pide impulsar la celebración de cursos de gestión de entidades deportivas «y acabar con esas situaciones en las que los directivos tienen que poner dinero». Minguela rememora cómo en su caso le desaconsejó al actual presidente de la Segoviana, Agustín Cuenca, que tomara las riendas del un club que no dejaba de encadenar crisis institucionales. «Le dije que no sabía dónde se metía, pero lo cierto es que al final él y el resto de su junta directiva están haciendo un trabajo fenomenal».

Los dos han celebrado juntos los tres ascensos a Segunda B que ha logrado la Segoviana en toda su historia. Tres hitos que para Minguela son los mejores momentos que ha vivido en toda esta vida vinculado al deporte, junto al debut de su hermano Luis con la camiseta de la selección española de fútbol en un partido contra Polonia en La Coruña el 20 de septiembre de 1989. Quintín Maestro se queda también con el estreno internacional, en este caso de su hija Cristina, con la selección de balonmano y con un campeonato de Castilla y León femenino que logró el Nava. Mientras, para Urbano Matarranz el instante más especial fue la fase de ascenso a la categoría de plata que disputó en su momento el Alcázar. Del Prisco elige «haber podido practicar deporte y buscar objetivos y metas» y Romano, «haber estado en la gestión y ser voluntario en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92». Como a Isaac Sastre, fallecido, el deporte segoviano les va a echar de menos en las funciones que desempeñaban hasta este 2018. Ellos sólo esperan a partir de ahora poder disfrutar desde fuera de numerosos éxitos de los nuestros.