Igual que a un bebé se le hace el avión con la cucharita para que coma, el diario The New York Times se ha propuesto concienciar sobre el cambio climático con una herramienta interactiva que permite comprobar la incidencia del cambio climático sobre cualquier rincón del mundo; incluido Segovia desde Pajarejos (13 habitantes según el padrón oficial vigente) hasta la capital (51.756). Aunque el tema tenga poco de juego, en cierto modo lo plantea como tal para tratar de implicar a aquellos que todavía se piensan que esto va de broma.

«How much hotter is your hometown than when you were born?» A partir de esa pregunta, «cuánto más caliente es tu ciudad natal que cuando naciste», el periódico estadounidense invita al lector a introducir su año y lugar de nacimiento para empezar a navegar por un programa simple en su presentación y complejo por el trabajo que tiene detrás, realizado por un grupo de científicos del clima, economistas y analistas de datos de las universidades de Chicago, Rutgers, California y Berkeley. Se encuentra en la dirección ‘https://www.nytimes.com/interactive/2018/08/30/climate/how-much-hotter-is-your-hometown.html’. ¿Empezamos?

El programa arranca con un primer mensaje que, traducido, viene a decir que «a medida que el mundo se calienta debido al cambio climático inducido por el hombre, la mayoría de nosotros puede esperar ver más días con temperaturas de 32 grados o más». «Vea cómo ha cambiado su ciudad natal hasta ahora y cuánto más caliente puede llegar a ser», añade.

El programa contiene datos desde 1960 y proyecciones hasta 2089 pero, ya que la edad media de la población segoviana está en 45 años, ese puede ser el punto de partida: un ciudadano de la capital nacido en 1973. Introducimos los datos y… «Cuando naciste, el área de Segovia podría esperar alcanzar al menos 32 grados unos cuatro días por año», informa. Eran pocos, ¿no? Seguimos.

Tras dar a la ruedecita del ratón para que la página avance, el programa nos sitúa en la época actual y una sencilla gráfica de evolución comienza a marcar fechas de referencia: la del año de nacimiento introducido y ahora también 2017: «El área de Segovia puede esperar 14 días de 32 grados o más como promedio anual». Son diez días más que en 1973, tiempos en los que los ‘primavernos’ y ‘veroños’ ya se han colado entre las cuatro estaciones comunes, aunque la rebequita para las tardes noches de verano segovianas no sobre aún para muchos. Seguimos.

Otra vuelta de rueda y el programa avanza a 2053. «Cuando tengas 80», cuenta el amable y optimista mensaje, «los modelos muestran que podría haber 28 de esos días muy calientes», de los de 32 grados o más, si bien «el rango probable está entre 22 y 43 días». Ahí ya tiembla ese refrán que dice que ‘en Aldehuela hasta en agosto hiela’… Seguimos.

En la siguiente imagen se muestra el planeta en tonos anaranjados más o menos intensos según cuánto tiempo se prevé que pase cada zona en 2089 a 32 grados o más al cabo del año. Segovia ya rondará por entonces los dos meses (38 días de media, pero con un rango probable entre 26 y 60), y además el Times lanza un aviso a navegantes. «Es probable que el área de Segovia sienta este calor adicional incluso si los países toman medidas para reducir sus gases de efecto invernadero». Simplificando, el problema es de exceso de dióxido de carbono, que se acumula en la atmósfera como una manta térmica que atrapa el calor y eleva la temperatura del planeta. Y «si los países continúan emitiendo a tasas históricamente altas, el futuro podría verse aún más caliente», añade.

El cuadro de datos de este programa nos lleva así de tres días de 32 grados o más en Segovia en 1960 a 14 en la actualidad, 28 en 2050 y 38 en 2089. Cierto que no son muchos en comparación con la vecina Madrid, que ya refleja una media actual de 54 días que pasaría a ser de 73 en 2050 y de 81 en 2089, con un rango probable para entonces de entre 69 y 99 jornadas por año. Pero las consecuencias no serán locales, sino globales: fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes por olas de calor, sequías, lluvias torrenciales o fuertes nevadas; disminución del rendimiento de las cosechas con riesgo evidente para la seguridad alimentaria, aumento exponencial de la emigración de zonas con climas más extremos, extinción de hábitats y especies, mayores índices de mortalidad y enfermedades… 

Las proyecciones de modelos climáticos indican que las temperaturas podrían llegar a subir hasta cinco grados de media y los riesgos van más allá de titulares puntuales como la amenaza de desaparición del chocolate en 2050 por la imposibilidad de cultivar cacao, el aumento de las turbulencias en los aviones o la disminución de los impulsos sexuales. Poca broma, que todo esto sí que no es un juego.