"Ojalá los profesores fuéramos influencers para los alumnos"

Nacho Sáez
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Sergio Calleja, profesor de los Maristas, está nominado en los premios 'Mejor Docente de España' de Educa Abanca.

Sergio Calleja (Aranda de Duero, Burgos, 1978), que imparte Literatura y Filosofía en los Maristas, opta al premio ‘Mejor Docente de España’, que concede Educa Abanca, en la categoría de Secundaria y Bachillerato.

¿Cómo se toma esta nominación?

Es una alegría, un orgullo y también mucha responsabilidad. Que tus alumnos te pongan ahí arriba hace que quieras continuar en la misma línea y eso es una responsabilidad a la hora de preparar las clases, ver lo que les interesa…

Como profesor de Filosofía que es también estará de enhorabuena, después de que el Congreso haya acordado que esta asignatura vuelva a ser obligatoria.

Sí, sí. El pasado jueves 18 fue un día importante para la educación. También digo que los profesores de Filosofía tenemos ahora una responsabilidad importante porque, es verdad que es la asignatura que enseña a los alumnos a pensar, pero mal impartida o impartida con poco gusto puede convertir la Filosofía en algo infumable para los chicos..

Ya se podrían poner de acuerdo los políticos más veces en el ámbito de la educación.

Desde luego, ojalá. Es urgente un pacto nacional de educación. Los intentos el año pasado fueron un fracaso y es urgente, sí. Pero este paso es muy importante.

España sigue teniendo uno de los índices de abandono escolar más altos de la Unión Europea. ¿Por qué?

La educación en España está cambiando mucho y el profesorado está haciendo muchos esfuerzos, aunque echamos de menos un respaldo oficial. Yo creo que el fallo es que nuestro sistema educativo sigue siendo muy memorístico. Esa educación que un día sirvió, hoy no sirve. Si un chico está horas en clase y siente que sólo le están llenando la cabeza de cosas para que lo memorice y lo expulse, es muy difícil que sienta que eso le va a servir para algo en su vida, porque en dos meses o un año se le va a olvidar.

¿Para los profesores es más difícil captar la atención de los alumnos ahora que tienen tantas distracciones con las nuevas tecnologías?

Siempre digo que no todo está en Google. Vivimos en la era del conocimiento y los chavales tienen acceso a mucho conocimiento de forma inmediata en el ordenador o en el móvil. Si yo en clase lo único que hago es volcar conocimiento, es muy difícil que el chico esté atento porque sabe que lo tiene en Google. Yo tengo que conseguir que se dé cuenta de que lo que está aprendiendo en mi clase no está en Google, es decir, que viva una experiencia de aprendizaje. En Google no va a a poder trabajar con otros, discutir, criticar o contrastar. La clase tiene que ser un lugar de debate. Si mi clase la puede encontrar en Google, he perdido el tiempo.

¿Es insustituible el profesor?

Sí. No porque sea el que sabe sino porque el profesor es el que acompaña al alumno, el que genera que haya sinergias en el aula, el que despierta la capacidad crítica, el que motiva… Yo compruebo cada día que a los chicos no les gusta estudiar pero sí aprender. Si consigo que un chico se emocione con algo, tendrá mil fuentes a su disposición en esta era de la información para profundizar sobre ese algo. Hay que tener la suficiente creatividad para despertar en ellos el gusto por el saber.

¿Falta un mayor reconocimiento de su figura? ¿Ha perdido el respeto?

Yo no lo noto. Sé que se dice, pero en este colegio al menos no noto que no se respete al profesor, así que no iría hacia un discurso de dignificar la figura del profesor o de que hay que dotarle de autoridad legalmente. Sí que creo que al profesor hay que cuidarle más. Por ejemplo, con una menor ratio de alumnos en las aulas. Treinta alumnos por aula seis horas al día es complicado. A un médico no le obligas a que mire a la vez a 15 pacientes. Con todos los cambios que estamos viviendo, un profesor se tiene que formar en metodologías o neurociencia, pero es difícil sacar ratos. En mi caso, yo me siento muy privilegiado porque nuestro colegio está haciendo una apuesta por la formación bestial.

Tampoco ayudan las altas tasas de interinidad que hay entre el profesorado.

Yo esa realidad no la vivo, pero creo que un colegio sin un ideario propio y sin un equipo de profesores que lo comparta, no digo que no funcione pero es difícil. Yo no podría hacer lo que hago sin el respaldo de mis compañeros..

Los Maristas cumplen 100 años en Segovia ahora.

A mí lo que el centenario me está enseñando es a ser consciente de la importancia de cambiar. No tiene sentido anquilosarte en el pasado. Oyes a gente que dice: ‘La mano dura de antes era mucho mejor’ o ‘yo me tuve que aprender todos los ríos de España’. No sé si era mejor o peor pero igual que cambian el resto de cosas –los talleres mecánicos o los hospitales no son el mismo que hace 50 años–, tampoco el sistema educativo puede ser igual.

Sin embargo, en alguna de las entrevistas que le han hecho, a raíz de esta nominación, ha dicho que no se da a los jóvenes el poder para pensar. ¿Cómo se hace?

Creyendo en ellos. Creo que hay una corriente en la sociedad que asocia una imagen negativa a los adolescentes. De pasotas, de estar todo el día enganchados a las nuevas tecnologías, sin valores… Yo no lo creo. Para mí, el adolescente de hoy es ‘chapeau’. Y para mí, el primer paso es empezar a mirarlo con cariño. Yo entro al aula pensando que tengo enfrente 30 chavales inteligentes que saben pensar, que saben idiomas –que yo no sabía–, que tienen acceso al conocimiento en un clic…  Hay que dejarles espacio para que rían, lloren, se expresen, digan lo que opinen y se peleen con el otro porque deben aprender a discutir. No concibo una clase en la que los alumnos no hablan.

Hay también desafíos como el del acoso escolar. ¿Cómo lo afronta?

Para mí, la figura del profesor es fundamental; no la del experto o del orientador. Un profesor no sólo es el que va al aula y da la materia. También es el que está en los pasillos, en los patios, el que habla con los chicos y les enseña cómo estar...

Y están siendo frecuentes los casos de violencia de menores. ¿Está haciendo algo mal la sociedad?

No lo sé, pero creo que hay un mensaje oculto por ahí de que todo vale. Como educadores tenemos que estar muy firmes y enseñar a nuestros chavales que no todo vale. No puedes decir cualquier cosa en una red social. Hay que pensar, discernir y luego ya elegir, pero no todo vale y ahora parece que sí.

¿Cómo se imagina la figura del profesor cuando se jubile?

Un robot (risas). No sé cómo va a ser, pero me gustaría que fuese un referente, un ‘influencer’. El otro día escribí de ello. Los ‘influencers’ de los chicos son los ‘youtubers’ y lo que hay que conseguir es que sean los profesores. Me gustaría que el profesor del futuro fuera un referente, no tanto por todo lo que sabe, sino por todo lo que aporta a la vida del alumno para que sea mejor o más feliz.

¿Y las aulas deben ser un lugar en el que sólo se enseñe conocimiento que luego pueda ser aplicado al mercado laboral?

No, porque la empresa en la que tú trabajes ya te va a formar en lo que quiera que hagas. Lo que se necesita es ciudadanos que sepan trabajar en equipo, que sepan pensar, que opten por que no todo vale, que sepan superar la frustración… Los chicos ven la frustración como el fin del mundo, pero en el aula se tienen que caer y volver a levantarse. Yo como profesor voy a acompañarles y a quererles. Yo no estoy para suspenderles, sino para que triunfen a nivel personal.