"La profesión de docente es la base de cualquier sociedad"

Nacho Sáez
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Ruth Pinedo, profesora de la Universidad de Valladolid, está nominada en los premios 'Mejor Docente de España' de Educa Abanca.

Entre los nominados a los premios Mejor Docente de España’ de Educa Abanca, también figura Ruth Pinedo (Valladolid, 1979). Licenciada y doctora en Psicología y profesora de Psicología del Aprendizaje y del Desarrollo en la Facultad de Educación de la Universidad de Valladolid, da clase desde hace cinco años en el campus María Zambrano, donde asegura haberse encontrado trabajos de investigación «interesantísimos». No haría falta dudarlo si no estuviera tan reciente el caso de los másters, que ha puesto en la diana a la Universidad como institución. Pinedo considera que no se puede valorar a todos los centros por igual, pero reconoce que son necesarios cambios en nuestro sistema universitario. «Aquí investigamos prácticamente a coste cero muchas veces y encima no estamos estables», lamenta esta profesora de futuros docentes.

En un premio a los mejores docentes parece lógico que esté nominado alguien que se dedica precisamente a formar profesores.

Nosotros [los profesores de las facultades de Educación] tenemos mucha responsabilidad porque, de la formación que impartimos, depende la educación de miles de niños y niñas en el futuro.

¿Cuál es la clave para ser un buen profesor?

Hay varias cosas que son importantes, pero creo que un buen profesor es aquel que, lo primero, tiene un clima adecuado en clase, es decir, que fomenta un clima de respeto y comunicación adecuado tanto entre los propios alumnos como de los alumnos contigo. Pero también es importante que el docente fomente un espíritu crítico, que genere debates intensos donde ellos puedan pensar y reflexionar y que eso se valore... Que nos olvidemos sólo de memorizar contenidos porque eso ya no tiene mucho sentido. Lo que necesitamos es comprender y saber buscar. Hablamos mucho del alumno del siglo XXI, pero esas mismas capacidades las debemos tener primero los docentes.

Y esas no las va a poder tener nunca un robot.

Quiero pensar que no. Creo que el futuro es que las nuevas tecnologías hagan las tareas repetitivas y que nosotros nos encarguemos de la parte creativa y reflexiva.

Sin embargo, el profesor se tiene que manejar en un escenario adverso: altas tasas de interinidad, pérdida de respeto de la figura del profesor, agresiones...

En todas las etapas educativas se ha perdido respeto por la labor del docente, pero en esta Facultad de Educación en la que estamos tampoco estamos seleccionando bien a nuestros futuros docentes. Al igual que ocurre en otro países, principalmente en los nórdicos, los que llegan a las facultades de Educación son los alumnos con más vocación. Aquí, en cambio, tenemos un poco de todo. Hay chicos y chicas que tienen clarísimo que es su vocación, pero también otros que llegan aquí porque tienen que hacer un grado universitario, porque quieren acceder a otras profesiones en las que les piden un grado universitario o porque sus familias les piden que estudien algo.

¿Cómo se podría hacer esa criba?

La nota de corte para acceder a la universidad podría ser una opción. O que se valore que esta profesión es muy importante. Es la base de cualquier sociedad. Si tenemos buenos docentes desde Infantil y en todas las etapas educativas, formaremos buenas personas y buenos profesionales en cualquier área. 

Pero sigue sin llegar el pacto nacional por la educación

Nuestros políticos no acaban de dejar a un lado sus intereses particulares por un interés social mayor, como podría ser llegar a pactos para dar una estabilidad mayor a la educación. Aquí en la Universidad también nos pasa, pero en Infantil les cambian el currículum constantemente. Los docentes a veces están más preocupados por ver si cumplen con la normativa que por preparar mejor sus clases o invertir más tiempo en sus alumnos.

Ahora esos políticos han golpeado fuerte a la Universidad.

Llevamos unos cuantos años que ha estado muy parado el tema de estabilización de las plazas. Yo me encuentro en ese proceso y hay una cola de docentes que están igual.

Lo decía más por los másters de Cifuentes, Montón, Pablo Casado... ¿Lo están acusando?

Sí que es cierto que es un gran golpe y que no dice nada bueno de la universidad pública. Pero siempre intento ver el lado positivo y no todas las universidades, igual que todas las instituciones, no son iguales. A la Universidad de Valladolid nos acaban de dar un reconocimiento por nuestra transparencia. Hay que mirar esos datos y coger esas experiencias. Este caso ha sido muy sonado, pero ha sido en una universidad en concreto.

¿Pero es necesario una reforma del sistema universitario español? En uno de los últimos rankings que se han publicado no aparece ninguna universidad española entre las cien mejores del mundo.

Sí, hay muchas cosas que cambiar. También los rankings (risas). Se nos valora mucho la investigación, y la docencia queda en un segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto plano. Así no va a mejorar la calidad universitaria. No sé cuál sería la opción buena, pero hay modelos en otros países que están funcionando mejor. Hace falta más dotación presupuestaria. Aquí investigamos prácticamente a coste cero muchas veces y encima no estamos estables. Sí, hay muchas cosas que cambiar en el sistema universitario español.

La innovación se ha convertido en uno de los principales indicadores del buen funcionamiento de una sociedad, pero parece que se deja en manos de la empresa privada.

No sé. En el ámbito público tenemos experiencias muy buenas en innovación. Yo no puedo hablar de todas las universidades, pero aquí en la de Valladolid mejora cada año la participación en los proyectos de innovación docente que presentamos a la universidad y que la universidad nos concede. Y yo que les veo antes de que pasen la fase de solicitud, creo que cada vez son mejores y que se están haciendo unas cosas interesantísimas. Las instituciones públicas pecamos en general de que no nos sabemos vender. La privada, en ese sentido, lo hace mucho mejor.

En el caso de la educación, esas experiencias innovadoras se dirigen a formar ciudadanos cada vez mejores, algo que parece cada vez más necesario ante el aumento de casos de acoso escolar o de violencia entre menos que se están registrando.

La educación en valores desde la infancia es fundamental. También es verdad que los niños y niñas de ahora están expuestos a modelos que antes no tenían a lo mejor, en parte relacionado con el uso de las nuevas tecnologías y la falta de control sobre su uso. Y eso llega a las aulas y hay casos muy graves. Saber gestionar estos conflictos es fundamental. Nosotros aquí en la universidad nos los encontramos. Antes no surgían tantos.

¿Habría que reforzar la autoridad del profesor?

No es cuestión de autoridad sino de respeto de la figura del docente. Sí que es verdad que a la vez es importante romper la barrera de ‘yo estoy en una posición superior y tú en otra inferior’. Tenemos que estar en una situación de relativa igualdad en cuanto a que debemos dialogar y entender que si te digo algo no te lo estoy imponiendo. Tendría que empezar por las propias familias, que son las que no están respetando la figura del profesor. Los niños en Infantil valoran mucho a su profesor, pero eso va cambiando por lo que les transmite la sociedad, la familia...