Cien años de culto a la música

Nacho Sáez
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La Sociedad Filarmónica de Segovia ha promovido la celebración de cerca de un millar de conciertos desde su fundación en 1918. Antonio Machado estuvo entre sus socios.

Todavía mantiene alrededor de 300 socios y organiza unos 16 conciertos al año. La Sociedad Filarmónica de Segovia sigue muy viva a pesar de que acaba de convertirse en centenario. O de que está a punto de hacerlo, depende de la fecha que se tome como referencia de su fundación. El 20 de octubre de 1918 se celebró en los salones de la Cámara de Comercio una reunión para su constitución, en la que se aprobó un reglamento, pero otros consideran que la fecha fundacional es el 9 de diciembre de ese mismo año porque fue cuando tuvo lugar el primer concierto.

Así lo explica Carlos Arnanz, autor junto a Víctor Mayor de ‘Sociedad Filarmónica de Segovia. Datos históricos y documentos. 1918-1998, ochenta años de música culta para el pueblo’, una publicación que realizó hace dos décadas para repasar la historia de esta organización. «Con el Teatro Juan Bravo lleno, la Orquesta de Benedito (compuesta por 65 profesores), inicia la Obertura de Prometeo, de Beethoven, y con ello funda la Filarmónica», apunta este historiador, conocedor a través de sus investigaciones de cómo Segovia puso fin a una carencia. Se habían constituido sociedades filarmónicas por toda España y nuestra ciudad hasta entonces no tenía la suya. De aquellos días aún se conservan los programas de mano que se imprimieron para las actuaciones, y entre otras agrupaciones, los segovianos tuvieron la oportunidad de disfrutar de la Orquesta Sinfónica de Madrid –bajo la dirección del Maestro Arbós– el 24 de mayo de 1919 o del Cuarteto Rosé de Viena el 23 de marzo del año siguiente.

El deleite con la que Constancio Maldonado –director de la banda de música de la Academia de Artillería entre 1915 y 1931– llamó «música de verdad» se materializó con la celebración de 19 conciertos durante los tres primeros años. Sin embargo, la Sociedad Filarmónica de Segovia desapareció en 1922 «sin darse explicaciones», según subraya Arnanz. Esa fue la primera de las dos veces que se disolvió, y renació un lustro después con personajes ilustres entre sus impulsores. Mariano Quintanilla tuvo una labor destacada y Antonio Machado encabezó la nueva lista de socios. Las Alboradas de Lalo y el Doble Quinteto Español, mientras, protagonizaron el reestreno durante una fiesta de Santa Cecilia en el Juan Bravo.

Esta nueva etapa estuvo marcada por el paso de la Banda Municipal de Madrid, Wanda Landwska, Ruiz Casaux, Regino Sainz de la Maza, Agapito Marazuela, Enrique Aroca, la Orquesta de Cámara de Madrid o la compositora segoviana María de Pablos, aunque se disolvió otra vez en 1936. El desarrollo de la Guerra Civil impuso un compás de espera que se rompió en 1940 en medio de un ambiente de euforia. «El sábado 4 de mayo de 1940 ‘El Adelantado de Segovia’ ofreció amplia información sobre la nueva refundación de la Filarmónica segoviana y se dijo que había 800 personas para inscribirse como socias», cuenta el autor del libro sobre sus ochenta primeros años de historia.

La segunda mitad del siglo XX, con más estabilidad, también dejó hechos importantes. El 25 de junio de 1968 la Sociedad rindió un homenaje a Agapito Marazuela a través de la celebración de un recital folclórico, y el 29 de marzo de 1973 nombró socio de honor a Andrés Segovia en un acto que fue posible gracias a la intervención del periodista segoviano Cirilo Rodríguez. El reglamento que se aprobó en esta tercera época incluyó en uno de sus artículos que «para el logro de sus fines, la Sociedad mantendrá dentro de sus recursos una agrupación musical con el título de Orquesta de Cámara de la Sociedad Filarmónica de Segovia».

«Han actuado para nuestra sociedad los mejores concertistas españoles de cada época», destaca actualmente en su página web, donde también se invita a los amantes de la música sinfónica a hacerse socios. María del Carmen Gruber encabeza la Junta de Gobierno, que cuenta con otros 11 integrantes, sobre los que recae la responsabilidad de que no se apague la actividad de la organización. La cuota anual que pagan los socios es de 120 euros y otorga el derecho a asistir a los 15 o 16 conciertos que celebran cada curso. María Zambrano recordaba cómo con 15 años asistía al concierto mensual de la Sociedad Filarmónica de Segovia, que ya ha celebrado cerca de un millar y que mantiene la ambición de seguir acercando al público la música sinfónica igual que hizo en sus comienzos.