La ruta de la sed

Aurelio Martín
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Los vecinos de Ochando, Lastras del Pozo, Cabezuela, Ortigosa de Pestaño y Lastras de Cuéllar acuden semanalmente a recibir sus botellas de agua mineral.

Los vecinos de Lastras de Cuéllar,  a unos 50 kilómetros de la capital, salen –obligatoriamente– los lunes al sol, mientras no cambie el tiempo, aguardan pacientemente en una fila para esperar su turno y recogen un paquete con seis botellas de litro y medio de agua por el que pagan 30 céntimos. Entre sus poco más de 400 habitantes hay personas de diferentes edades, también mayores, algunas solas, que se las tienen que arreglar como pueden para transportar el embalaje que les permitirá tener agua para beber, porque para limpiar o el lavabo y la ducha pueden seguir utilizando la del grifo. La solidaridad también funciona, si es preciso se le acercan las botellas a casa, bien empleando una carretilla, un carrito de la compra o llevando el coche hasta los antiguos toriles de la Plaza Mayor, punto de reparto.  

En el balcón del Ayuntamiento un cartel resulta de lo más elocuente para definir la situación: «Si quieres que te haga caso, relléname el vaso». A pie de calle, junto a la fila, el discurso popular es más duro: «Esta situación es increíble,  igual que en el medievo, un abandono absoluto», lamenta María José. 

Apoyado en unas muletas, debido a un accidente, Roberto considera lo del agua como «una más que se suma al sin fin de situaciones de que vamos a menos, de que nadie, absolutamente nadie, se preocupa del medio rural y de los pueblos, es un caos, quitan autobuses a la capital, la gente se queda indefensa, tiene que hacer kilómetros para ir a un hospital; aquí hay  hay gente mayor, es una injusticia, llevan pagando impuestos toda la vida, es una vergüenza para nuestros políticos.». Además, Argumenta que en el río, a dos kilómetros,  hay unas fuentes con un agua de calidad extraordinaria de la que beben varios pueblos a más distancia de ellos.

Es cierto, lo confirma el alcalde, Andrés García Sanz, un excomandante de Iberia: «La mejor solución es el agua de ‘Las fuentes ‘, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) nos dijo que sí podíamos captar agua de estos manantiales, que hay sobrante,  ya se abastecen Aguilafuente, Aldea Real, Fuentepelayo, Pinarnegrillo y Zarzuela del Pinar, pero el presupuesto para la conducción, hace dos años, era de 350.000 euros,  lo que lo hace inviable, si no es con ayudas». El presupuesto municipal se sitúa en torno a 400.000 euros.

No es la primera vez que se reparte agua embotellada, en otra  ocasión, en 2015, debido al arsénico, la situación se mantuvo durante un año y medio, hasta que se colocó un filtro. Pero García mantiene que eso fue «pan para hoy y hambre para mañana debido al exces de fertilizantes nitrogenados y a la mala gestión de los purines, al final la naturaleza nos devuelve todo lo que echamos», asegura. 

Antonia, una jubilada de la sanidad, madrileña, que vive en Lastras de Cuéllar durante ocho o nueve meses al año, recuerda que la anterior alcaldesa, María Victoria Avial (PP), dijo que no le correspondía el agua embortellada porque no estaba empadronada. Esta mujer no entiende cómo no hay una solución a este problema y bromea: «No soy amiga de sacar a la Santa a que llueva porque puede hacer caso o no...».  

REDUCCIÓN. La Diputación ha gastado 6.000 euros en agua embotellada, cuando hace cuatro años se pagaron hasta 30.000, cantidad que se ha reducido con las inversiones en diversas infraestructuras. 

El destino del gasto ha ido para que puedan beber los vecinos de Balisa, Ochando, Aguilafuente –debido a un problema puntual– y Lastras del Pozo. Actualmente son seis los que precisan suministro en botellas. 

EnCabezuela, el Ayuntamiento ha gastado 6.000 euros en un mes por el consumo de 30.000 litros de agua embotellada, después de que se hundiera la bomba de captación y se contaminara el agua con nitratos. Los empleados municipales, a quien ayuda la alcaldesa, Ana Agudíez, reparten los miércoles una garrafa de ocho litros por vecino que costea íntegramente el consistorio, que tiene un presupuesto de 500.000 euros.  

Ana Agudíez confía en abordar de forma inmediata un nuevo sondeo, para lo que ha pedido ayuda a otras administraciones, también para la agilización de la burocracia administrativa. Y lanza un SOSpor el medio rural, para que se fije población y no vaya muriendo lentamente.

CONSORCIO PROVINCIAL. La Comisión de Acción Territorial de la Diputación Provincial, en su reunión del 19 de julio, tomó la decisión de constituir un grupo de trabajo, denominado ‘Mesa del agua’, con la participación de ocho  representantes de los diferentes partidos políticos,  para estudiar la situación del problema del abastecimiento, elaborando diferentes propuestas que garanticen el suministro, tanto en cantidad como en calidad. 

Posteriormente, a propuesta del PSOE, el pleno acordó estudiar la creación de un consorcio provincial del agua, de las mismas características del de medio ambiente, que lleva a cabo la gestión de los residuos, bajo tutela de la Diputación. 

El diputado de Acción Territorial, Basilio del Olmo (PP), subraya que esta «institución viene trabajando y seguirá trabajando para garantizar el suministro de agua potable en todos los núcleos de la provincia, tanto en cantidad como en calidad y para esta tarea es importante contar con el apoyo y las iniciativas de todos los grupos políticos». 

A través de diferentes líneas de actuación, la Diputación ha invertido, durante este año, más de 1,3 millones de  euros en un total de 77 municipios,  con el objetivo de garantizar el abastecimiento de agua potable. A esta cantidad hay que añadir las inversiones de la Junta de Castilla y León, en materia de depuración de aguas,  en  municipios como Aldeanueva del Codonal, Valtiendas o Valdesimonte, que ha llevado a invertir más de dos millones de euros en plantas de tratamiento en la provincia.

SOLUCIÓN. Del Olmo considera que la solución pasa porque todas las administraciones trabajen  juntas en la solución del problema de los nitratos en el agua, sin perjudicar a otros sectores, como el ganadero, «que son motores de la economía provincial», a su juicio, a través de plantas de tratamiento.

El portavoz del PSOE, Alberto Serna, afirma que «todos sabemos que parte de la contaminación está debida a los purines, la reapertura de la planta de Guascor, en Turégano, es una buena noticia, pero tiene que haber más plantas de esa tipología para evitar en la medida de lo posible esa incidencia en contaminación que se da en algunas partes de la provincia».

 Después de considerar que el futuro consorcio provincial, lo que llama como «un pequeño Canal de Isabel II», podría ponerse en funcionamiento en el próximo mandato, tras las elecciones de mayo próximo, Serna dibuja ahora un oscuro panorama:  «Tenemos unas infraestructuras en la provincia de Segovia muy obsoletas, necesitamos una inversión suplementaria para que la red, los sondeos o los depósitos estén en las mejores condiciones posibles; ahora hay municipios que están bombeando agua a un coste tres veces mayor de lo que facturan y se pierde mucha agua».

Recientemente, la Diputación ha aprobado un segundo reparto de fondos derivado del ‘Convenio de sequía’, que distribuye 35.000 euros entre siete municipios: Bernuy de Coca, Cabezuela, Cantalejo, Labajos, Lastras del Pozo, Santa María la Real de Nieva y Torrecilla del Pinar. La cantidad es cofinanciada entre la Junta de Castilla y León, que aporta el 50%, to, la Diputación, un 25%, y cada ayuntamiento, que colabora con el 25% restante.

Las actuaciones relacionadas con la reparación o colocación de bombas para la impulsión o distribución del agua son las más demandadas.  En esta ocasión absorben 29.000 euros. El resto se destina a la conservación de depósitos y a reparar averías. 

 Todo ayuntamiento incluido en esta vía de colaboración, aprobada en la Junta de Gobierno a propuesta del diputado Basilio del Olmo, ha tenido que demostrar con carácter previo a su concesión, la existencia de contadores en el municipio, de forma que se garantice el control de los consumos y la existencia de ordenanza y tarifa asociada a la gestión del recurso. 

Tanto del Olmo comoSerna coinciden en que en la Diputación están «muy volcados» en este tipo de infraestructuras, intentando echar una mano a los municipios para que incida en evitar  pérdidas y mejorar la calidad.