El comercio segoviano languidece

Aurelio Martín
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Una mayoría de los establecimientos de la capital han reducido las ventas en el primer semestre del año y se enfrenta a un mercado globalizado en internet. La situación se agrava aún más en la provincia.

Aunque pueda resultar radical la afirmación de algún pequeño empresario de que «el comercio está muriendo», los datos que existen sobre el sector no llaman al optimismo, tanto en la capital como en la provincia, donde la despoblación hace cada vez más mella. 

Cerca de un 60% de los comerciantes segovianos ha visto cómo se reducen sus ventas en el primer semestre del año respecto al mismo periodo del año anterior, según el barómetro de la Asociación de Comerciantes Segovianos (ACS), mientras han echado el cierre decenas de  establecimientos tradicionales y crece el número de franquicias. Solo en la Calle Real, en la ciudad, más de un tercio del total.

En cuanto a la previsión para el resto del año, un 27% de los encuestados considera que mejorarán: los porcentajes estimados de mejora oscilan desde un 5% hasta un 20%. Un 45% de los comerciantes cree que las ventas se mantendrán y un 28% estima que empeorarán. La campaña de Navidad comienza ya.

En la provincia la situación se agrava aún más, de acuerdo con un estudio de la Diputación Provincial 96 municipios carecen de comercios y ocho no tienen ningún tipo de abastecimiento, aparte de que el 40% de los pequeños locales de alimentación cerrarán en los próximos años. El panorama se presenta complejo para un sector económico importante con 8.300 empleos que, anteponiendo el trato personal y la atención especializada, trata de defenderse en un mercado globalizado y con un aliado extraordinario, comointernet.

El diputado delegado del Servicio de Promoción Económica de la Diputación, Jaime Pérez Esteban y los presidentes de la Asociación de Comerciantes ‘Decalles’, de la Calle Real, Javier Figueredo, y del comercio de José Zorrilla, Roberto Manso, han conversado sobre el tema, poniendo de manifiesto que intervienen muchos factores desde la carga y descarga, la burbuja de los alquileres o la ausencia de aparcamientos, a la legislación nacional y europea y el abandono de los pueblos. 

Más políticas contra la despoblación. A diferencia de los comercios de la capital, en el medio rural el problema es estructural,  se reduce la población y está muy envejecida, los comercios pierden viabilidad porque también pierden los clientes, según el diputado,Jaime Pérez (PP), quien subraya que desde la Administración «se están haciendo esfuerzos para conocer los datos y planteando líneas que  puedan ir solventando esta situación, intentando cambiarla hacia índices positivos».

Plantea que, aparte de las líneas de ayudas de las instituciones proviniciales o regionales,  la solución depende de «otras administraciones más altas»,  como la Central. La reflexión del político provincial concluye en que «debería existir una conciencia de lo que viene pasando desde hace 40 años, la migración a las ciudades, aunque sea tarde más vale abordarlo ahora, si se entiende [el problema] se buscarán las medidas necesarias, serán caras, pero se hizo con la Política Agraria Comunitaria (PAC) y ha conseguido mantener vivas a la población y a las empresas del medio rural, pese a que era el 60% del presupuesto de la UE».

A nivel de la Diputación, Pérez habla del desarrollo de unas lineas de apoyo a emprendedores, que lleva siete años en marcha, con la creación de más de 200 puestos de trabajo, de los que la tercera parte son del sector del comercio, promoviendo que se abran nuevas tiendas.  Añade que también trabajan en formación, para mantener a los comerciantes al día,  o con la plataforma de venta online en la web de la Diputación para el sector de la industria agroalimentaria,  uno de los más activos. 

El diputado aclara:«Quizá no se pueda competir con Amazon pero se van a mejorar las ventas, lo que no se puede hacer es mirar hacia otro lado (...) no creo que el comercio esté muerto, está pasando una mala época porque está inmerso en el ámbito internacional, pero hay que hacer un esfuerzo muy grande en formación,  hay líneas de trabajo para que se pueda luchar contra eso, pero hay que moverse ya».

Trato personal frente a la competencia de Internet. Tiene claro cuál es el mensaje que puede convencer a sus clientes para combatir contra los gigantes de la red: «Es más agradable dar un paseo, recorrer dos o tres tiendas, comparar precios, productos,  recibir atención personalizada y,  además, dejas el dinero en tu ciudad que revertirá de alguna forma».  

Después de abogar porque se vuelva a los periodos de rebajas, aunque lo ve difícil, porque las promociones confunden al cliente, en su opinión,  Manso  es consciente de que «la globalización está transformando rápidamente muchas actividades económicas, desde los hoteles a las inmobiliarias o los bancos, todo es online, también el comercio tiende a ello, es inevitable, pero el pequeño no puede competir con el grande». 

Sin embargo opina que, a nivel local, siempre se pueden mejorar las condiciones, como los aparcamientos, con la esperada reapertura del subterráneo de la zona,  o  que haya un autobús transversal que recorra Segovia, pasando por esta calle, «pero no se ha hecho caso», matiza. 

Luego reivindica medidas legislativas:  « Igualar las condiciones, no se entiende que unas comunidades puedan abrir los domingos y otras que estamos al lado no podamos hacerlo, mientras que el impuesto que se va a implantar para empresas como Amazon de un 3% es ridículo, cuando nosotros pagamos un 30% o un 40% de fiscalidad, deberían equipararse…» .

La crítica crece ante las medidas anunciadas por el Gobierno y se pregunta «¿quién lo paga?». Manso entiende que « un comercio que está en el límite no puede hacer frente a un aumento de salario mínimo, al final o trabajas gratis o poniendo dinero, eso supone enviar gente al paro, aparte de que ello implica el aumento de la cotización de los autónomos, los impuestos que suben recaerán siempre sobre los mismos y los precios hay que bajarlos para poder competir; al final es imposible...».

Falta de colaboración hacia un sector que crea empleo. ‘Decalles’ basa parte de su estrategia en procurar que el público salga de casa, pasee y termine visitando los establecimientos. Sin embargo, su  presidente aclara que «lo que nos hace falta es la pequeña ayuda de la Administración para que nos cedan un espacio para montar una actividad para hacerlo y atraer público».   

Figueredo no entiende esa falta de colaboración de las instituciones cuando, a su juicio, se crea empleo y se genera economía, «uno de los motores de Segovia junto con la hostelería». A la vez que aboga por dar alternativas al eje turístico Acueducto-Catedral-Alcázar, a veces colapsado, asegura que «hay una Segovia oculta muy atractiva y muy poco conocida».  «El comercio se está muriendo y las administraciones deben poner más fácil el acceso a las ayudas, hay un alto coste de personal y de alquileres, lo que hace insostenible la actividad, si además le sumas impuestos y tasas municipales, ese es uno de los motivos por el que haya una rotación constante de negocios», afirma el presidente de ‘Decalles’. 

Asimismo está convencido de que pueden «dar veinte vueltas al comercio online, aportamos el trato al cliente, el servicio postventa» y habla de los programas de ‘Decalles’ construyendo  páginas web a los comerciantes o  tiendas online. Figuerero añade:«No vamos a ser un Amazon, no es el fin, pero sí poder dar una alternativa al cliente fidelizado, los primeros que entendieron así el negocio fueron las tiendas de alimentación de barrio que ya llevaban la compra a domicilio». 

Lamenta que haya quien no realiza estudios de mercado antes de abrir y luego se enfrentan a la «burbuja» del precio de los alquileres de algunos locales, entre los 8.000 y los 10.000 euros, lo que termina llevandolos  al cierre. 

Tampoco ve favorables los horarios de carga y descarga o la duración de las obras de la calle SanJuan: «Está siendo mortal», sentencia.