"Kamikaze y miedosa, soy pura contradicción"

Sergio Arribas
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Esta semana escribe en 'La Pizarra' la directora de la Fundación Caja Rural, Beatriz Serrano.

"Kamikaze y miedosa, soy pura contradicción" - Foto: Rosa Blanco

Oscar Wilde dijo: «un poco de sinceridad es algo peligroso; demasiada sinceridad, es absolutamente fatal». ¿Le gusta la sinceridad? ¿Lo será en esta entrevista?

Peco de sinceridad. Y también soy impulsiva. No tengo remedio.

¿Qué es lo que calla o prefiere callar?

Mi opinión política.

No esta nada mal presentarse como «director o directora». En su caso directora de la Fundación Caja Rural. ¿Qué ha cambiado en usted con el cargo?

Aunque suene tópico, el cargo no me ha cambiado.  Te otorga responsabilidad, pero también libertad para tomar decisiones. Y eso, en cualquier trabajo, está muy chulo. 

Pocas mujeres en cargos directivos…

Nunca me he sentido en una posición de desventaja por el hecho de ser mujer. Es cierto que en este país aún existe desigualdad, aunque creo que la mentalidad está cambiando, poco a poco.

Asistimos a una oleada de movimientos feministas, ¿se apunta?

Sí y no. Soy pro-igualdad, pero en todos los sentidos. Tampoco soy abogada del feminismo extremo.

No se si sabe que Vox quiere, entre otras medidas, eliminar la Ley de Violencia de Género.

No defenderé jamás el ideario de Vox, pero como tampoco el de Podemos. No me gustan los extremos. Esa medida de Vox me parece absolutamente lamentable. No obstante, no proponen eliminar la Ley para dejarnos más desamparadas a las mujeres sino reformarla para que los hombres también estéis en igualdad. Y ese matiz no me parece mal.

Le llega una propuesta para ir en las listas municipales. ¿Se ve?

¡Ni de coña!. Jamás. Odio la política. Soy además muy sensible a las opiniones y cualquier político tiene que encajar muchos palos. 

Ser la ‘cara’ de la Fundación Caja Rural ¿implica guardar mucho las formas?

Guardo las formas lo justo y necesario.

¿Le cuesta decir que no?

Me cuesta mogollón decir que no. Suelo decir que sí y luego me arrepiento (se ríe).

Vayamos al ‘turrón’, a destripar su personalidad. Sea sincera, lo ha prometido. ¿Cuál es su mayor virtud y su mayor defecto?

Me considero una persona optimista, con mucha energía y con capacidad de autocrítica. Y defectos, tengo un millón, soy miedosa, hiperactiva, hipocondriaca, desordenada... ¿sigo? (se ríe).

Algo tenemos en común: el café y los churros de la Barcaza. Y la conversación con Pedro. He oído que le encantan los bares y tascas de toda la vida.

Ya no vivo en Santo Tomás y, sin embargo, sigo aparcando por allí, ‘chateando’ en  la Barcaza, en Gomar… Me encanta el aroma del bar de toda la vida, leer el periódico y charlar con Pedro, con Evelio...

¿Confía en la primera impresión?

Confío. Y suelo tener buen ojo. Hay personas con las que tengo buenas vibraciones de entrada y no me suelo equivocar. 

¿Qué necesita para ser feliz?

Amor, en el amplio sentido de la palabra, salud y deporte.

Su padre es Juan Cruz Serrano, director del Taller Cultural de Fuentepelayo. ¿Hizo pinitos sobre las tablas?

Por culpa de mi padre o gracias a él, desde que era enana estuve metida en el grupo de teatro de Fuentepelayo, con el que actué durante 14 años. También en la rondalla, otros casi 20 años, tocando la bandurria. Y en la coral, cantanto con personas mayores.

Con tantas tablas, ¿no le dio por el artisteo? En plan profesional, me refiero.

La música se me daba muy bien. Es así. Pero como actriz era pésima. Me decían: «no eres vergonzosa». «¡Y qué!» , respondía. No era nada natural en el escenario. Una pena.

Le pido un recuerdo de infancia. Se puede poner moñas.

Las fiestas de agosto en Fuentepelayo, cuando me enfundaba la camiseta de la peña. Por aquel entonces no cambiaba las fiestas del pueblo por unas vacaciones gratis en el Caribe. Ahora ya no. Los cuatro días de fiestas me cuestan otros 17 días para recuperarme.

Me cuentan que, de niña, eso del deporte, nada de nada. Vamos, que se negaba.

Jugaba al baloncesto, aunque nunca fui muy deportista. Me detectaron diabetes en el año 2008 y empecé a hacer deporte. Me venía bien para el control de la glucosa. Y ahora es uno de los pilares de mi vida. Hago deporte seis días de cada siete. A tope.

Comprende mejor a Forrest Gump…

Pues hay días que me parezco a Forrest Gump. Entre andar y correr, hay veces que recorro más de veinte kilómetros. No soy una buena deportista, aunque, al menos, sí soy constante.

Su marca en la San Silvestre segoviana es….

No hago marcas. Soy un paquete total. No compito ni miro el cronómetro. Pero le pongo mucha pasión.

Estoy pensando en marcarme una dieta para bajar unos kilitos, pocos, que me sobran. ¿Me lo aconseja?

¿Dietas? Cerrar el pico se me da bastante mal. Hablo y como demasiado, aunque ésto último lo compenso con mucho deporte.

¿Amante de la disciplina?

Soy una desordenada de libro. Pero, eso sí, tengo ordenado mi desorden. Me muevo bien en el caos. 

Por cierto, ¿es amante de la cocina o una negada, como yo, para los fogones?

Me encanta cocinar. Soy una apasionada del cuchareo, de los guisos, de las legumbres. El cocido es mi manjar preferido.

La universidad simboliza, según ha dicho, los años más divertidos de su vida. En Mahonías. Dígame dos cosas, ¿qué aprendió de la carrera (Publicidad) y qué es aquello que nunca ha olvidado?

Cuando terminé la carrera, supe que no quería dedicarme a la publicidad, que no es poco. Estuve en Madrid haciendo prácticas y no me gustó absolutamente nada la experiencia. Pronto fui muy consciente de que no quería dedicarme a eso.

¿A qué marca le gustaría hacer una campaña?

Me encantaría dirigir la campaña del anuncio de la cura del cáncer.

Como profesora de Relaciones Públicas, ¿partidaria de la mano dura? 

Nada. Soy una blanda. Me costaba mucho suspender. Lo pasaba fatal. Los profesores que suspenden mucho tienen algún trauma infantil o alguna cosa rara.

Si Coca Cola es la ‘chispa’ de la vida. ¿Cual es la chispa de la suya?

Mi pareja. Es la persona mas optimista y alegre que conozco. No me gusta nada la gente gris, que siempre está triste o enfadada.

¿Cual fue su última gamberrada?

Soy bastante gamberra. La última, no le sabría decir. He sido bastante gamberra, aunque sin mala fé. Mi madre me dice que he sido un buen trasto, desde pequeña hasta hace cinco minutos.

¿Qué le produce vergüenza ajena?

La mala educación.

Le doy la oportunidad de hacerlo público: ¿cuál es su mayor secreto?

Soy muy miedosa y es algo que no me gusta exteriorizar. Intento aparentar que soy muy valiente pero soy tremendamente miedosa. 

¿Prudente quizá?

Soy pura contradicción. Por un lado soy una kamikaze, no se me pone nada por delante, y, al mismo tiempo, soy muy miedosa.

El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Lo dijo Winston Churchill. ¿Qué haría para conseguir el éxito?

A veces se nos olvida que nuestro principal objetivo en la vida debe ser intentar siempre ser felices. Pero a veces nos dispersamos. El éxito se consigue cuando eres feliz con lo que haces. Persigo la felicidad todos los días.

Bueno, ha pasado con éxito la entrevista. ¿Un consejo para estas Navidades?

Que si comen muchos polvorones, que corran mucho para quemarlos, al estilo de Forrest Gump. Ah, y feliz año a todos.

Pues feliz año.