Jaque mate a los mayores

Sergio Arribas
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Tiene 11 años, le gusta el baloncesto, toca la guitarra y de mayor quiere ser astrofísico. Por primera vez en sus 35 ediciones, un niño, David Herranz, gana el Torneo UNED de Navidad de ajedrez

David Herranz, campeón provincial infantil y del torneo absoluto UNED de Navidad. - Foto: Rosa Blanco

David se apuntó tarde, en abril, solo dos meses antes de acabar el curso. Eran las clases ‘extraescolares’ de ajedrez que impartía en el colegio público Domingo de Soto el profesor Rafael Higueras. Al segundo día, el maestro, impactado por la destreza y agilidad mental de su nuevo alumno, ya se lo advirtió al grupo: «este niño os va a ganar a todos». David tenía entonces 7 años y cumplió con creces el vaticinio de su descubridor. «Este profesor nos comentó que tenía talento para el ajedrez y me dejé llevar por lo que nos dijo», comenta el padre de David, Carlos Herranz Elliot, quien hoy —cuatro años después de aquel episodio— confiesa que no domina el juego del ajedrez. «Tan solo se mover las piezas y poco más», asegura.

Carlos prefiere que sea su hijo el que hable de la proeza, que apenas ha tenido tiempo de saborear. Con apenas 11 años, David ha vencido a Goliat o, lo que es lo mismo, ha logrado, a esta temprana edad, alzarse con el triunfo en el Torneo absoluto UNED de Ajedrez de Segovia. Es el primer niño, en sus 35 ediciones, que gana el prestigioso torneo tras derrotar a rivales adultos y con gran veteranía en los tableros. David, actual campeón provincial sub’14, solo perdió una de las seis partidas, contra el actual campeón provincial absoluto, Alberto Bernardo. Ganó el torneo en solitario, con cinco puntos, un triunfo que le ha catapultado en la lista de ELO internacional de ajedrez, al sumar 157 puntos en el ránking. Curiosamente, David no logró el entorchado en el torneo de edades, donde competía con jugadores de su edad, una categoría en la que acabó tercero. 

El torneo ‘absoluto’ se juega a partida de «lentas» —90 minutos por jugador más 30 segundos de incremento por cada movimiento—, mientras que el infantil se desarrolla «a ritmo rápido» —a 15 ó 20 minutos por jugador—. «El ajedrecista valora más el ajedrez lento, el que te obliga a parar a pensar. A David se le dan mejor las rápidas porque los niños son más ágiles que los adultos en el cálculo mental, sobre el valor de las piezas que se ‘comen’ y abandonan el tablero en una rápida sucesión de jugadas», comenta Carlos.

David Herranz, campeón provincial infantil y del torneo absoluto UNED de Navidad.David Herranz, campeón provincial infantil y del torneo absoluto UNED de Navidad. - Foto: Rosa BlancoEl ajedrez es uno de los pocos deportes donde los niños pueden competir con adultos en igualdad de condiciones. De esta manera, se denomina ‘prodigio del ajedrez’ a los niños que juegan tan bien que son capaces de derrotar a una edad muy temprana a ‘Maestros’ e incluso ‘Grandes Maestros’. 

Aunque David comenzó a jugar a los 7 años, no fue hasta los 9 cuando empezó a aprender y después a competir gracias al profesor Emilio Velázquez «que me enseñó a amar este juego», afirma el campeón, nacido en Calpe (Alicante), aunque residente —junto con su padres y dos de sus tres hermanos— en Segovia, de donde procede parte de su familia paterna, concretamente de Santo Domingo de Pirón. 

En la actualidad, el niño recibe clases semanales de Andrés Cabañas Jiménez, «que me enseñó aperturas, finales, y muchas cosas más» y, vía on line, del maestro argentino Roberto Gabriel Álvarez. «Cuando no están ellos hago ejercicios o repaso las clases», comenta David, que explica que parte de su entrenamiento, al menos media hora cada día, lo realiza gracias a aplicaciones APP de ajedrez para móviles, que le permiten disputar partidas con jugadores de todo el mundo y de todas las edades. El niño es consciente de que la competición exige disciplina en los entrenamientos. Cada día dedica una hora a jugar y media hora más para practicar ejercicios «para dar jaque mate» y de cálculo mental.

David, de gesto risueño y sereno en el hablar, confiesa que sintió «un pelín de vergüenza» cuando ganó el torneo y le llovieron las felicitaciones. No era la primera vez que ganaba una competición. En sus vitrinas, numerosos campeonatos infantiles. No en vano, este año 2018 acabó cuarto en el torneo autonómico de la Comunidad de Madrid en la categoría sub’12.

No esconde algunos de sus trucos sobre el tablero. «Estudio mucho. Por eso conozco las jugadas que tengo que hacer al principio. A partir de diez jugadas empiezo a pensar y a diseñar una estrategia», explica el joven campeón, a quien se le desliza un lenguaje propio de cualquier profesional de este deporte. «Últimamente había tenido una mala racha. En los últimos torneos siempre ganaba todas las partidas menos la última y al final siempre quedaba segundo», dice.

En esta misma línea, David confiesa que apenas ha tenido tiempo de saborear la victoria del Torneo absoluto de Navidad de la UNED. En estos días, disputa, también en el mismo recinto, el campeonato provincial sub’16. «Ahora tengo que estar concentrado. Cuando pase Reyes, haré un descanso y me relajaré», afirma David, que prefiere jugar con las ‘blancas’ antes que con las ‘negras’ por aquello de la ventaja en la salida, y no tiene dudas sobre su pieza preferida. «La dama es la que más vale y la mejor. Pero me encantan los caballos, que ‘saltan’ sobre el tablero, te meses en un sitio difícil y me digo ¡¿y ahora qué?! Eso lo hago muchas veces (sonríe)».

Cuando a David se le pregunta por sus ‘ídolos’ en este deporte, no elige al actual campeón mundial de ajedrez, el noruego Magnus Carlsen. «Es que no es un jugador de ataque. Va muy a la defensiva. Y cuando su rival demuestra alguna debilidad, es cuando actúa y gana. A mi me gusta mucho más Garri Kaspárov, que iba siempre al ataque, que se dejaba una dama y luego daba jaque mate. Me encanta. A mi me gusta jugar así, con riesgo, siempre a ganar», dice. 

Con este argumento, se entiende mejor que David solo haya firmado tablas en una sola oportunidad. «Fue ayer —por el miércoles— y le obligaron, por un jaque perpetuo, son tablas por repetición y tu rival te las puede exigir [para no perder]», comenta, por su parte, su padre Carlos, que confiesa que sus progenitores no pretenden que en el futuro sea ajedrecista profesional. «Esto es algo que forma parte de su educación. El ajedrez —recalca— es bueno para que ejercite su mente. Para estimular su parte artística, toca la guitarra clásica y la eléctrica y para la parte física, pues juega al baloncesto. Nos hemos acomodado a sus gustos. Solo le hemos pedido que haga cosas». 

En este sentido, Carlos resume el propósito de sus padres: «es un niño que tiene aficiones como cualquier otro. Hay una lucha entre los videojuegos, como el Fortnite, que le encanta, y el resto de cosas. Para él, como cualquier otro niño, lo primero sería el videojuego y sus padres luchamos para que todo lo demás ocupe su mente y le gane al videojuego».

David, que forma parte de dos clubes de ajedrez, el de la UNED en Segovia y el Club Ajedrez Diagonal de Madrid, tiene claro su futuro. «Ahora hago muchas cosas. No estudio mucho y saco buenas notas [cursa sexto de primaria] y de mayor quiero ser astrofísico. Me encanta el espacio».

En los tableros, su reto pasa por «ser campeón en Castilla y León y luego centrarme en mis estudios». Para este propósito, el joven jugador se ha federado en la región para disputar en 2019 los torneos de la Comunidad. A la espera de qué ocurrirá en el campeonato provincial sub’16 que disputa estos días, David tiene una cita el próximo sábado, cuando recoja el ‘cheque’ de 100 euros con que está dotado el primer premio del Torneo UNED de Navidad. «Lo ahorraré. No me compraré otro libro de ajedrez. Es que ya tengo muchos».