La región reduce un 7,7% el consumo de agua en explotaciones

SPC
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La Comunidad se encuentra entre las tres primeras con mayor gasto y es la primera en la técnica por aspersión

Castilla y León redujo un 7,7 por ciento en el año 2016 el uso de agua de riego utilizado por las explotaciones agrarias con 2.008.631 hectómetros cúbicos, lo que representa un 13,4 por ciento sobre el total, cuando en el ámbito nacional se mantuvo invariable , con 14,9 millones de hectómetros, según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Asimismo, entre las comunidades que superan el uno por ciento del total de las superficies de regadío, las que más agua de riego utilizaron en 2016 fueron Andalucía (27,3 por ciento del total), Aragón (13,6 por ciento) y Castilla y León (13,4 por ciento). En el lado opuesto figuran La Rioja (1,1 por ciento), Comunidad Foral de Navarra (2,6 por ciento) y Murcia (3,6 por ciento).

Las tres comunidades en las que más se incrementó el uso de agua de riego fueron Castilla-LaMancha (14,5 por ciento), Extremadura (7,7 por ciento) y Cataluña (5,4 por ciento). Por el contrario, las que más redujeron el uso de agua de riego fueron La Rioja (25,6 por ciento), Castilla y León y Andalucía (3,1 por ciento).

Por técnicas de riego, la Comunidad que más volumen de agua de riego por aspersión utilizó fue Castilla y León (1.251.377), seguida de Aragón (894.285). En riego por goteo y gravedad, el mayor volumen usado correspondió a Andalucía, con 2.752.292 y 929.598, respectivamente. En goteo, en Castilla y León sólo fueron 76.327 hectómetros cúbicos y en gravedad 680.927.

Según la encuesta, por técnica de riego el volumen de agua aplicado a los cultivos mediante aspersión aumentó un 2,2 por ciento, mientras que por goteo (riego localizado) se elevó un 2,6 por ciento, pero el riego por gravedad disminuyó un 4,65 por ciento.

Por tipo de cultivo, los herbáceos (cereales, leguminosas, arroz, maíz y cultivos forrajeros) que representaron el 55,7 por ciento del volumen total del agua de riego, utilizaron un 0,9 por ciento menos de agua que el año anterior.

Los cultivos de patatas y hortalizas registraron el mayor aumento, con un 11,4 por ciento más de agua utilizada que en 2015. Por el contrario, el agua utilizada descendió un once por ciento en el olivar y viñedo; un 3,6 por ciento en los cultivos frutales y un 0,3 por ciento en otros tipos de cultivos.

Por su parte, un 23,1 por ciento tuvo origen subterráneo y un 1,9 por ciento procedió de otros recursos hídricos, como agua desalada (marina o salobre) o regenerada (proveniente de las estaciones de depuración de aguas residuales).