Clemente reclama unidad para un mayor progreso social

SPC
-

La presidenta de las Cortes reconoce la ilusión, generosidad y clara vocación de servicio público de los 476 procuradores de las nueve legislaturas

Las Cortes de Castilla y León regresaron ayer 35 años después al Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas (Valladolid), a los pies del río Duero, donde el 21 de mayo de 1983 arrancó la vida del parlamento autonómico para celebrar un acto que congregó a buena parte de los 476 procuradores de las nueve legislaturas de las Cortes, y que sirvió como homenaje a estos dentro de los actos de conmemoración del 35 aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. La presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, aprovechó su intervención para llamar a todos los que representan a los ciudadanos a trabajar juntos desde las diferentes sensibilidades que en cada momento la sociedad demanda para garantizar un mayor bienestar social y progreso, y defendió también que en estos 35 años se ha hecho un «buen uso» de la autonomía y de la capacidad de autogobierno.

Clemente evocó momentos de la construcción de la Comunidad y de la utilidad de la Constitución y del Estatuto de Autonomía para garantizar un Estado social y democrático de Derecho, se detuvo en algunas de las 390 leyes aprobadas en estos 35 años y subrayó que han contribuido a mejorar la vida cotidiana de los castellanos y leoneses.  «Vuestro compromiso y capacidad para alcanzar grandes acuerdos nos ha permitido reforzar la dimensión social de la Comunidad y desde el ejercicio de la autonomía desarrollar políticas que han permitido situar a Castilla y León en posiciones muy destacadas en la valoración de los servicios sociales», apuntó la presidenta, según informa Ical.

Durante el acto celebrado en Tordesillas tuvieron una importancia capital los cinco expresidentes de las Cortes autonómicas desde su constitución en el año 1983, Dionisio Llamazares, Carlos Sánchez-Reyes, Manuel Estella,  José Manuel Fernández Santiago y Josefa García Cirac, que coincidieron a la hora de resaltar el desarrollo que ha vivido la Comunidad desde entonces y la importancia del Estatuto de Autonomía para dar «estabilidad» a un territorio «consolidado» y que ahora estimaron que está en disposición de afrontar los grandes retos del futuro «con energía e imaginación».

Los expresidentes, intervinieron por orden de legislatura, por lo que Dionisio Llamazares fue el primero en encarar el atril del Real Monasterio de Santa Clara, donde no ocultó los «nubarrones, chubascos e incluso alguna que otra tormenta» que estuvieron presentes en esa primera legislatura, lo que generó «algunos titubeos» porque se tenía la certeza de cuál era el objetivo final pero no cómo acercarse a él. Por eso reconoció que los integrantes de las Cortes en ese momento fueron «osados» ya que había «demasiadas ambigüedades» en la Constitución, en la que no faltaba «alguna que otra contradicción». Después de este tiempo, Llamazares consideró que Castilla y León como Comunidad «ha remado en la buena dirección», a pesar de que para ello tuviera que haber “aciertos y errores” a través de las reformas del Estatuto y del reglamento de las Cortes.

La segunda legislatura estuvo presidida por Carlos Sánchez Reyes, quien calificó este periodo como el de la «consolidación» de Castilla y León como Comunidad, un objetivo con el que accedió al cargo en julio de 1987 y que se felicitó por creer que se había conseguido ya que, una vez resueltas las «dificultades iniciales», las Cortes consiguieron cerrar su etapa constituyente y considerar a Castilla y León como «una realidad rotunda e incuestionable». Al final de la legislatura, Sánchez Reyes ratificó la «consolidación» de Castilla y León como Comunidad y estimó que el sentimiento de pertenencia de sus gentes era «muy superior al existente cuatro años antes» aunque aún «inferior» al que se ha alcanzado con el tiempo.

Manuel Estella, que estuvo durante 12 años al frente del Parlamento autonómico (1991-2003), resaltó durante ese largo periodo el «cambio experimentado» y la aprobación de «un buen número de leyes básicas», así como la adquisición de 33 competencias nuevas para su gestión desde la Comunidad.También recordó la creación de la figura del Procurador del Común, instituciones básicas para el Estado y la Comunidad como el Consejo Consultivo y el Consejo de Cuentas y se acometió la reforma «más importantes» del Estatuto de las tres que se han llevado a cabo.

Por su parte, el presidente entre 2003 y 2011, José Antonio Fernández Santiago, ratificó que, a su juicio, la aprobación de la Constitución y del Estatuto constituyeron «el acontecimiento político más importante de los últimos años» para buscar «la unidad sin uniformismo para España», así como la diversidad «sin imposiciones y la solidaridad sin ningún privilegio». El Estatuto de Autonomía, dijo, ha sido capaz de instar el periodo de concordia y estabilidad «más largo» y ha presidido la etapa de transformación «más importante de la Comunidad» a nivel social, económico y político.

Por último, la presidenta de la anterior legislatura, y actual consejera de Cultura, Josefa García Cirac, recordó que el periodo en el que ella fue presidenta del Parlamento autonómico estuvo marcada por la crisis económica, por lo que la «prioridad absoluta» fueron los castellanos y leoneses desempleados, que vivían situaciones «difíciles», por lo que fueron ellos los destinatarios de un importante número de iniciativas parlamentarias por las necesidades, a las que los ciudadanos respondieron «con ejemplaridad, disciplina, trabajo y buenas dosis de generosidad y solidaridad».