Cuatro de cada diez segovianos viven en calles ruidosas

Nacho Sáez
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El Ayuntamiento actualiza el Mapa Estratégico del Ruido, que se centra en la contaminación acústica provocada por el tráfico.

«Hay determinados espacios, sobre todo vinculados al casco histórico, que tienen severos problemas de ruido». El defensor del Ciudadano, Rodrigo González Martín, denunciaba hace unos días en declaraciones a La 8 de Segovia una problemática que ha generado trastornos en la salud de vecinos que están expuestos a elevados decibelios y que tienen grandes dificultades para conciliar el sueño. La voz de alerta de González Martín coincidía con el periodo de exposición pública del plan de acción que tiene sobre la mesa la Concejalía de Urbanismo para tratar de reducir la contaminación acústica. Unas líneas de actuación que han sido propuestos a partir de la actualización del Mapa Estratégico del Ruido de Segovia.

Esta revisión del documento que llevaba vigente desde 2012 fue aprobada por la Corporación municipal en el pleno del pasado mes de octubre, y entre otras conclusiones señala que se ha reducido el porcentaje de población que está expuesto a un mayor número de decibelios. Eso sí, esta radiografía de la contaminación acústica que soporta la ciudad no evalúa el ruido que está relacionado con los hogares o el ocio nocturno, sino que se centra en el tráfico rodado, ferroviario y en las zonas industriales. La empresa Audiotec Ingeniería Acústica ha repetido al frente del trabajo, que se llevó a cabo entre enero y abril, al menos la parte que se refiere al proceso de toma de mediciones. Repartidas en tres ejes horarios (de 7.00 a 19.00 horas; de 19.00 a 23.00 y de 23.00 a 07.00), las muestras recogidas permiten concluir que «la mayor parte de la zona urbana de Segovia es del tipo 2, es decir, que son áreas levemente ruidosas», según subraya la concejala de Obras, Servicios e Infraestructuras, Paloma Maroto.

Los problemas más importantes de contaminación acústica provocada por el tráfico se concentran, como es lógico, en las vías principales. En los mapas que custodia Urbanismo, el rosa, el rojo y el naranja indican los puntos que soportan una mayor presión. En este sentido destacan –ver mapas de la parte superior de estas páginas– la avenida Padre Claret, la avenida Juan Carlos I, la calle Coronel Rexach, la avenida de la Constitución, el paseo Conde de Sepúlveda y el de Ezequiel González. En estos dos últimos, el número de decibelios se sitúa durante todo el día entre 70 y 75, lo que le valdría la consideración de ‘área tolerablemente ruidosa’, si está más cerca de 70, o de ‘área ruidosa’, si lo está de 75.

Otro enclave delicado es el que comprende la avenida Vía Roma, una de las más transitadas de la ciudad, y la calle San Gabriel, que ha visto multiplicarse el tráfico que recibe como consecuencia de los cortes provocados por el desdoblamiento de la circunvalación. También esta vía se encuentra entre las ruidosas e incluso de noche supera los 65 decibelios, de acuerdo a los gráficos incluidos en el Mapa Estratégico del Ruido. Unida esta circunstancia al hecho de que una parte importante de las casas están pegadas a la carretera, la indignación está extendida entre los vecinos de esta calle, decididos a crear una plataforma de afectados por el riesgo para la salud y la inseguridad asociadas a la circulación de miles de vehículos cada día a escasos metros de sus viviendas.

No obstante, la comparación entre el estudio realizado en 2012 y la actualización ejecutada ahora muestra que apenas existen variaciones en el ruido provocado por el tráfico. Entonces se situaba entre 70 y 75 decibelios y las obras de conversión en autovía de la SG-20 no eran más que una promesa recurrente en épocas preelectorales. Los coches no entraban en la ciudad para evitar perder tiempo por los cortes de la circunvalación, como sucede ahora desde que las máquinas mantienen cerrada, por ejemplo, la conexión con la Carretera de La Granja y Nueva Segovia.

«No preocupa ninguna zona especialmente», resalta la edil de Obras, Servicios e Infraestructuras de vuelta al análisis del Mapa Estratégico del Ruido. Las zonas industriales y ferroviarias también son objeto del mismo, pero apenas hay puntos calientes en este ámbito. La estación del AVE se beneficia de su distancia respecto a la parte urbana de la ciudad, y sólo un pequeño tramo discurre cerca del Polígono Industrial de Hontoria, aunque la contaminación está acotada. Tampoco tiene especial incidencia la estación de trenes convencional, cuya actividad es cada vez más marginal debido a la progresiva reducción de servicios que ha sufrido.

Esa escasez de focos de ruido generados por el tráfico permite a la empresa autora del estudio concluir que seis de cada diez segovianos viven en ‘áreas de silencio’. Las zonas que requieren una protección muy alta, por albergar centros sanitarios o educativos, deben tener –según el estudio– el nivel de ruido a asociado a las ‘áreas de silencio’. El 14 por ciento de la población soporta entre 55 y 60 decibelios –si es por la noche se considera ‘área levemente ruidosa’–, el 13 por ciento entre 60 y 65, el 8 por ciento entre 65 y 70 –dependiendo de la hora del día puede ser ‘área ruidosa– y el 1% entre 70 y 75.

MEDIDAS. Hay que volver a recordar que estas mediciones no han tenido en cuenta ni el ruido doméstico ni el que está relacionado con el ocio nocturno, respecto a los que el Gobierno municipal no tiene entre sus proyectos encargar un análisis. En estos momentos está inmerso en la aprobación del plan de acción que la propia empresa autora del Mapa Estratégico del Ruido ha elaborado para reducir esta contaminación. Hasta el próximo 30 de noviembre está abierto el periodo de exposición pública y en el pleno de diciembre será aprobado, si no hay imprevistos.

Entre las medidas de actuación que propone el mencionado plan de acción se incluye diseñar la red viaria con criterios acústicos, promocionar los medios de transporte alternativos, integrar la variable acústica en los instrumentos de planeamiento urbanístico o el control de actividades industriales, comerciales y servicios. «Es un documento abierto para que el próximo Gobierno municipal lo pueda desarrollar como considere oportuno», indica la concejala de Obras, Servicios e Infraestructuras, que pone el acento en que se ha conseguido (entre 2012 y 2018) reducir los porcentajes de población expuesta a los diferentes niveles de ruido que establece el Mapa Estratégico actualizado ahora.

La señalización de nuevas zonas 30 en la ciudad, reducir las pendientes al mínimo en el diseño de nuevas vías y el empleo de vehículos híbridos o eléctricos en el transporte público son tres de las medidas que se plantean en el plan de acción, que está abierto a las sugerencias de los ciudadanos.