Los vecinos de Santibáñez de Ayllón, uno de los siete barrios de la villa de Ayllón, en el límite con Soria y próximo a la carretera a Guadalajara, a 101,5 kilómetros de la capital, se encuentran en el «abandono total». A la lista de las carencias básicas que sufre este núcleo del nordeste de Segovia con una densidad de población de las más bajas de la provincia –6,6 habitantes por kilómetro cuadrado–, con unos 14 habitantes, aunque la cifra se incrementa hasta los 300 en las fiestas, hay que sumar lo vivido en la madrugada de este domingo, 9 de diciembre, cuando el fuego arrasó cinco viviendas, por fortuna deshabitadas, sin que hubiera que registrar heridos, tanpoco entre quien con su falta de experiencia, movidos por la entrega y servicio a los demás, subieron a los tejados a combatir las llamas, con riesgo de haber caído abajo, sobre los escombros aún calientes.
Días después del susto, el presidente de la asociación de vecinos de Santibáñez de Ayllón, José Luis Díaz, que le tocó salir corriendo con su familia porque su vivienda es la más próxima a las incendiadas, reflexiona sobre la situación. Su conclusión es similar a la del alcalde, César Buquerín (PP), «se habla mucho de despoblación pero se hace poco». El nuevo presidente de la corporación municipal tras ganar una moción de censura contra la alcaldesa socialista María Jesús Sanz, el 17 de octubre pasado, añade que para atraer población, lo primero es facilitar servicios y, «a partir de ahí, aspirar a que la gente se quede en los pueblos», matiza Buquerín.
Como aspecto positivo a considerar de este suceso Buquerín confía en que exista la posibilidad de que «nos escuchen a nivel de Castilla yLeón y nos den una solución». Con casas de madera y adobe, pegadas unas a otras, algunas ejemplo de la arquitectura popular, el fuego se propagó rápidamente, hasta el punto de que, cuando el primer vecino que detectó el incendio dio la voz de alarma, una de las casas que han quedado arrasadas ya estaba completamente incendiada y las llamas sobresalían más de cuatro metros por encima del tejado.
Llamas en la soledad Díaz relata que, mientras tanto, los vecinos que iban saliendo de las casas se ofrecían para hacer lo que fuera necesario «pero sin posibilidad real de realizar ninguna labor efectiva ya que, evidentemente, la mayoría ni siquiera habíamos visto un incendio como el que se estaba produciendo en esos momentos». Gracias al puente festivo, en el barrio habría entre 50 y 60 personas, una cifra más alta de la habitual, por lo que algunos percibieron pronto la situación y se pudieron evitar males mayores.
Los únicos bomberos profesionales que acudieron al lugar fueron los del Ayuntamiento de Segovia, aunque la distancia les separa dos horas de reloj, reconoce Buquerín. Luego hubo bomberos voluntarios o materiales de ayuntamientos y comunidades como Ayllón, Riaza y Sepúlveda. José Luis Díaz pone nombres propios a muchos vecinos héroes de la madrugada, como Óscar, que llevó su máquina hasta la zona, que apenas cabía por las estrechas calles donde se estaba produciendo el incendio, pese a tener un brazo en cabestrillo, elevando con la pala a Ángel, Pedro, Alberto y Óscar de ‘La plazitolilla’ hasta el tejado de la tercera casa que se quemó, para atajar el incendio y evitar que se extendiera por las casas que encontraban en esa dirección.
FUGAS. Cuando se pudo conseguir una manguera suficientemente larga, aunque con abundantes fugas de agua, otros dos vecinos, José yDiego, se encaramaron al tejado de un casa pegada a las que ya estaban ardiendo, permaneciendo, durante más de cuatro horas, junto con Oscar de ‘La plazitolilla’, atajando el fuego para que no se extendiera a las casas que había pegadas en dirección oeste.
Llamas en la soledad Los vecinos que estaban en los tejados permanecieron algunas horas hasta que fueron relevados por los bomberos de Segovia, que permanecieron hasta la última hora de este lunes. Díaz subraya a este periódico que «cualquiera os podría hablar de la angustia añadida a la del incendio que era temblar ante la posibilidad de que alguno de los vecinos que estaban en los tejados desapareciera engullido al desplomarse alguna cubierta». «Si yo fuera el responsable de intentar resolver el problema de los incendios en la Junta de Castilla y León no creo que pudiera dormir tranquilo después de haber visto como se ha desarrollado el incendio de Santibáñez», mantiene José Luis Díaz.
El presidente de la asociación de vecinos, con motivo del incendio de una chopera al lado de un puente, cerca de la plaza, que amenazó con haberse extendido a las casas, en 2015, apagado a cubos, se dirigió a la anterior corporación, para tratar de buscar mejoras en las medidas contra icendios. Preguntó si existe un protocolo de actuación o si los vecinos saben dónde están las bocas de agua y la manguera. No quedó satisfecho con la respuesta pues, a su juicio, en conclusión, lo único que le comunicaron es que se había puesto una boca más de riego y que el camión de bomberos no era del Ayuntamiento.
Durante una rueda de prensa, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Vázquez, secretario autonómico del PP, ha asegurado en una rueda de prensa, esta semana, que, con los medios que existen, a través de convenios, «la cuestión de protección civil y bomberos está perfectamente cubierta» en la provincia. El problema, en su opinión, fue que el camión de los bomberos no cabía por las calles, mientras atribuye el origen a una chimenea mal apagada.
Llamas en la soledad Vázquez sostiene que un informe concluye que los parques comarcales no son viables económicamente porque, además de construirlos, tienen un sobrecoste en cuanto a dotación y mantenimiento. Actualmente hay un convenio suscrito con el Ayuntamiento de Segovia, que, dependiendo de los años, supone unos 360.000 euros anuales, de acuerdo con Vázquez, que cubre toda la provincia, así como acuerdos con las comunidades de villa y tierra de Coca y Sepúlveda y los ayuntamientos de Riaza, Cuéllar y Cantalejo. Como novedad, ha aportado que se pueden firmar otros convenios con parques profesionales colindantes con la provincia, como Peñafiel, Iscar o Aranda de Duero.
En Santibáñez de Ayllón, donde el vecino permanente más joven ronda los cincuentay el resto son casi octogenarios, se padecen otras carencias, a las que hay que sumar el inminente cierre del único bar, donde ahora deja el suministro diario el panadero. Para comprar los productos de primera necesidad es preciso acudir a Ayllón, hasta el punto de que el Ayuntamiento pone a disposición de los vecinos un transporte gratuito, cada jueves,
Como en los otros barrios de la villa la telefonía móvil carece de cobertura. La asociación de vecinos ha buscado una solución, recibe Internet a través de satélite, que lo costea, advirtiendo que nadie se baje películas que ralentice la velocidad. y las llamadas las realizan a través del servicio de mensajería wasap. Al consultorio médico se puede acudir una vez a la semana, pero en invierno también existe el riesgo de aparezca la nieve y complique la situación.
Llamas en la soledad IMPUESTOS. El alcalde de Ayllón, César Buquerín, ha insistido estos días en que es preciso acercar los servicios a los ciudadanos del medio rural porque, de lo contrario, los pueblos se irán quedando vacíos. Tras el incendio, así se lo ha transmitido a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León y ha puesto de manifiesto la necesidad de bomberos profesionales.
Buquerín mantiene que un pequeño pueblo y sus barrios tienen los mimos derechos que las grandes ciudades, «porque también pagan sus impuestos, como el resto de los ciudadanos; no tenemos la culpa de vivir en los pueblos, pero Hacienda está en todos los sitios»
Entretando, como dice José Luis Díaz, «parece mentira que en pleno siglo XXI, en un país que dicen que es la cuarta o quinta potencia europea se dé como bueno, salvo que se estén tomando decisiones por quien sea competente, que el tiempo mínimo de llegada de bomberos profesionales al lugar del incendio sea de dos horas».
parques comarcales. Recientemente, los procuradores del PSOE por Segovia han reiterado la necesidad de modificar los protocolos de emergencia y la puesta en marcha de parques de bomberos, tras un grave accidente de tráfico ocurrido en Cuéllar donde, a su juicio, la Junta de Castilla y León debía haber movilizado a bomberos de poblaciones cercanas como Peñafiel o Iscar. Los parlamentarios José Luis Aceves y Ana Agudíez han registrado una iniciativa parlamentaria el las Cortes regionales, para conocer el motivo por el que ante un siniestro como el ocurrido en Cuéllar, la Junta no moviliza a los bomberos profesionales más cercanos en Iscar o Peñafiel, aunque sean de otra provincia. También reclaman «la urgente necesidad de la puesta en marcha de parques de bomberos profesionales en la provincia, basadas en la colaboración entre la Diputación provincial y la Junta de Castilla yLeón, para asegurar que los ciudadanos de la provincia, independientemente del lugar de residencia tengan un servicio público adecuado a las necesidades en el menor tiempo posible. «La Diputación no puede olvidar sus competencias en la provincia», afirman.