El soplado de vidrio será patrimonio cultural

Aurelio Martín
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Entrevista con la directora del Museo Tecnológico del Vidrio

El soplado de vidrio será patrimonio cultural - Foto: Rosa Blanco

La Fundación del Centro nacional del Vidrio (FCNV), que ocupa la antigua Real Fábrica de Cristales de La Granja, uno de los edificios industriales del siglo XVIII más importantes de Europa –encargado por Carlos IV al aparejador real José Díaz Gamones–,   trabaja conjuntamente con el Ministerio de Cultura y el Instituto del Patrimonio Cultural de España para reconocer la técnica del soplado como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en nuestro país, el año próximo, según revela en esta entrevista la directora del Museo Tecnológico del Vidrio de esta instalación, Paloma Pastor. A medio plazo, junto a otros países se buscará la declaración de Patrimonio Mundial por la UNESCO, en un momento en que se va perdiendo el oficio. Un plan director, que se presentará este mes de diciembre, marcará las pautas de futuro de este centro, mientras que se abordan unas importantes obras en las dos cúpulas, por 1,5 millones de euros. 

¿Qué momento vive en la actualidad el Centro Nacional del Vidrio (CNV), concebido inicialmente con tres áreas de actividad: Museo Tecnológico del Vidrio, Área Técnica y de Producción y la Escuela Superior del Vidrio?, ¿qué ha cambiado de esta concepción inicial?, ¿se le puede considerar como el mayor referente del vidrio en Europa?  

Estamos en un momento clave, se está desarrollando un plan director de la Real Fábrica de Cristales desde el mes de abril, que se presentará durante este mismo mes de diciembre, que sentará las bases para el futuro de esta institución.  Estos últimos meses, por parte del Instituto del Patrimonio Cultural de España, del Ministerio de Cultura y de la FCNV hemos trabajado intensamente con la empresa adjudicataria del proyecto para la redacción de este documento. Actualmente estamos en la tercera y última fase que abarca un estudio de patologías, tanto del edificio, como medioambiental; de la gestión cultural y de su entorno, así como de la conservación y del mantenimiento,  entre otros,  con el fin de establecer los criterios de actuación a seguir en función de las propuestas realizadas y su cronograma.  Las tres bases fundamentales –museística, producción y formación–  siempre van a estar ahí.  Hay pocos centros en este momento con esta autenticidad, no solo se ha registrado la recuperación de un edificio industrial muy importante, sino que se le ha dotado de un contenido,  salvaguardando las técnicas. 

Aunque el plan está por presentar ¿por dónde deberían ir alguno de los cambios? 

Engranar bien las tres actividades, que son distintas, pero se realimentan una a la otra, eso es clave. El museo no puede vivir sin una formación y sin un horno, y viceversa. 

Nos encontramos en un edificio declarado BIC, hace 20 años, exponente de la arquitectura industrial europea del siglo XVIII ¿qué obras de conservación se desarrollan en la actualidad? ¿cual es su estado general?. 

Tenemos el inconveniente de que las extremas temperaturas e inclemencias del tiempo en La Granja nos obligan a la restauración continua del edificio. Hace unos dos años se restauraron las cubiertas salvo las dos cúpulas porque requerían de una mayor intervención al haber aparecido unas grietas al exterior del tambor de una de ellas. Por este motivo, el Ministerio de Cultura inició un expediente para el estudio patológico de las dos bóvedas, dando como resultado la redacción de un proyecto de rehabilitación que subsanara las deficiencias encontradas. Las restauraciones de las bóvedas empezaron el pasado mes de octubre, iniciándose las reformas en la primera cúpula del museo. 

¿Cuanto durarán las obras? 

Se tiene previsto que duren unos nueve meses. Estas actuaciones no perjudican la visita normal del museo, se tomaron medidas de seguridad para que afectaran lo menos posible. La restauración se organiza en tres fases, una primera, en la primera cúpula; una segunda, en la segunda cúpula del museo, y una tercera y última fase, que se centrará en la nave central, que tendrá una mayor prestancia, se revalorizará.  La inversión ronda 1,5 millones de euros.  Las actuaciones constan principalmente en subsanar las lesiones de humedades de filtración y el deterioro de los sistemas de cubrición al exterior, así como el arreglo de morteros en mal estado en el interior, saneamiento de paredes y suelo, y una nueva instalación eléctrica. El edificio y especialmente la construcción de las bóvedas han resultado para los arquitectos del Ministerio de Cultura, de gran interés, por su rareza e importancia en la arquitectura industrial del siglo XVIII en España. Aún quedarían por restaurar pequeños lugares en actuaciones que vendrán marcadas por el plan director, que también establecerá el cronograma de las intervenciones.

¿Contemplan alguna intervención en la antigua escombrera de la Real Fábrica, para el análisis de los materiales que se empleaban en la época?

Hace varios años se llevó a cabo una excavación, un trabajo muy interesante que sacó a relucir el tipo de material, los refractarios que se utilizaban en los hornos. Posiblemente se aconseje la intervención arqueológica de ciertos lugares. 

¿Se mantienen las exposiciones?,  ¿con qué muestras se cuenta en la actualidad y cuáles tiene en cartera para los próximos meses?

Procuramos siempre que el museo tenga algo nuevo que mostrar y dar a conocer al público, por este motivo organizamos anualmente exposiciones temáticas que en definitiva tratan de complementar las colecciones estables del museo abordando campos muy diversos: el diseño, la historia, el arte, la escultura contemporánea o la joyería. En estos momentos se pueden ver tres exposiciones temporales, una del escultor Pedro García, ‘Pliegues’, hasta mediados de febrero,  que presenta las últimas obras de este conocido escultor que utiliza láminas de vidrio que luego funde incluyendo partículas orgánicas e inorgánicas en su interior; la exposición de vidrio contemporáneo, dedicada a 18 artistas portugueses, organizada conjuntamente con el Museo del Vidrio de Marinha Grande de Portugal, y la muestra de Fratelli Toso, 1902-1980,  hasta finales de febrero, donde se pueden ver las mejores obras de esta familia muranesa, conocida sobre todo por la elaboración de murrinas o diferentes secciones de hilos de vidrios de gran variedad de colores y  diseños, una técnica que requiere gran  habilidad y pericia. 

Fuera del Museo hemos organizado también otras exposiciones temporales, además de la muestra ‘Reflejos en la Historia’ que pudo verse en el Museo de Segovia. En el Museo de Vidrio de Marinha Grande  hemos organizado una exposición con los fondos del museo de La Granja dedicada al vidrio contemporáneo español. Tenemos obra expuesta también en el Palacio de Quintanar de Segovia, me refiero tanto a las arañas clásicas, como a los últimos modelos de lámparas, de la colección RFC+, todas ellas que forman parte de la exposición ‘Empresas que sueñan: Ejemplos de pasión’. Además de exposiciones temporales, también organizamos otras actividades durante el año, como conciertos, conferencias, visitas guiadas, talleres didácticos para niños, o visitas experienciales para adultos. Para el próximo año ya estamos trabajando en distintas exposiciones temporales, vamos a traer al museo a escultores españoles y a extranjeros y también colecciones de vidrio de diseño.  Lo más inmediato es la inauguración de la exposición de belenes, el 21 de diciembre, a las 19, 00 horas, que como todos los años, se acompaña con un concierto de canciones navideñas, ‘Villancicos de La Granja’, y hacemos entrega de los premios ganadores del concurso infantil de belenes. Es un momento muy entrañable y participa prácticamente toda la Granja. 

Ustedes trabajan por proteger la técnica del soplado, un oficio en extinción, ¿cuál es la idea de este proyecto?, ¿actualmente hay crisis de maestros vidrieros?, ¿existe peligro para la continuidad de esta actividad? 

La Real Fábrica de Cristales ha sido y sigue siendo centro garante y transmisor del trabajo del vidrio en España. Los artesanos sopladores, talladores y decoradores que actualmente tenemos en producción han aprendido y se han formado en esta misma institución, y esto es para nosotros un gran orgullo, y este es desde luego el camino a seguir.  La técnica del vidrio soplado presenta en distintas zonas de la geografía española un conjunto de valores históricos, inmateriales, tecnológicos y artísticos que la hacen merecedora de reconocimiento como manifestación representativa del Patrimonio Cultural en España. Uno de los objetivos de esta Fundación del CNV es revalorizar, promocionar y salvaguardar el patrimonio industrial del vidrio en España. Cada vez existen lamentablemente menos fábricas artesanales en el Estado español, como por ejemplo, Gordiola, en Mallorca, y pequeños hornos en Barcelona y en otras regiones. Por esa razón uno de los objetivos es salvaguardar, cuidar y mantener estas técnicas artesanales cara al futuro, todas ellas requieren de muchos años de aprendizaje y por ello debemos cuidar para que no desaparezcan.  Estamos trabajando conjuntamente con el Ministerio de Cultura y el Instituto del Patrimonio Cultural de España en este expediente para reconocer la técnica del soplado como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial en nuestro país, el año próximo. La crisis de maestros no solo ocurre en España, también en otros países, por lo que trabajamos en las listas internacionales [Patrimonio Mundial Inmaterial] de la UNESCO, junto con Finlandia, Alemania y República Checa, entre otros.  Actualmente, las personas que trabajan en la producción son antiguos alumnos que aprendieron el oficio en esta institución, lo que nos llena de orgullo y muestra que esto tiene futuro y tiene que seguir adelante. 

¿Ven ustedes interés entre los jóvenes por continuar esta profesión? ¿dónde tienen oportunidad de formarse?

La escuela del vidrio se está adaptando al momento actual, ofrece la posibilidad de impartir cursos más técnicos de carácter monográfico y de niveles diferentes enfocados a artistas, artesanos, diseñadores y amantes del vidrio. Se estás estudiando también la posibilidad de incorporar proyectos formativos reglados como la FP y otros cursos de grado medio, en ello se esta trabajando actualmente.  Hay interés entre los jóvenes, aunque La Granja no tiene la población de Madrid... Hablamos de una técnica costosa, aún así hay hornos de menor consumo. Por ejemplo, en centros de interpretación, como Nuevo Baztán,  nos reclaman para dar a conocer la técnica y, afortunadamente, tenemos la oportunidad de mover un horno más pequeño. 

¿Qué destacaría de los fondos propios, la esencia de la antigua Real Fábrica? 

Hay una parte importante del museo que es la tecnología del vidrio que, con el horno, es uno de los reclamos para el visitante. Por supuesto que contamos con una de las colecciones más importantes de cristal de La Granja con fondos del Ministerio de cultura, adscritos al Museo Nacional de Artes Decorativas; del Museo del Prado, de patrimonio Nacional y fondos propios. Además hay colecciones más antiguas, como la de vidrio europeo, del siglo XVI al XIX.  Hay que recordar que la Real Fábrica de Cristales de La Granja nace en el siglo XVIII con la nueva dinastía de los Borbones dentro de los proyectos reformistas que el Estado español implanta con miras a crear un tejido industrial que hiciera frente al comercio europeo de estos productos sunturarios, no sólo de cristales y vidrios, sino también de tejidos, sedas, naipes, porcelana o tapices. 

Al no haber en España expertos con suficiente destreza para fabricar los conocidos y deseados vidrios bohemios, ingleses o venecianos, adaptados al nuevo gusto imperante en Europa, resultó forzoso pese a las dificultades y a su costoso mantenimiento, traer especialistas de otros países europeos de Bohemia, Alemania, Francia, Inglaterra, Irlanda o Noruega.

Conservar, salvaguardar y dar a conocer este importante legado, que ha podido mantenerse durante siglos, a pesar de las circunstancias históricas, es unos de los principales fines de la Fundación.

¿Cuál es la impresión, en general, del público cuando conoce la antigua real fábrica y las técnicas’, ¿el vidrio de La Granja sigue siendo un referente internacional?, ¿lo seguirá siendo?

No es porque yo lo diga, pero es siempre muy positiva, y salen encantados de venir a ver tanto el edificio, magnífico ejemplo de arquitectura industrial del siglo XVIII y verdadera seña de identidad para Segovia, así como también las colecciones permanentes de cristal de La Granja, el vidrio europeo, vidrieras Mahumejean, vidrio contemporáneo, o las exposiciones temporales  de países y técnicas muy diferentes; pero  sobre todo es el taller de soplado artesanal el centro de atención de nuestros visitantes. En estos momentos el público que nos visita también puede ver la técnica de tallar cristales,  prácticamente desconocida.  Valoramos mucho que, quien acude a la antigua Realfábrica, aprecia lo que hay detrás de cada una de las piezas: un buen oficio y muchos años de aprendizaje.  En cuanto al vidrio de La Granja, seguimos trabajando para abrir nuevos mercados, no sólo en España – estamos iniciando una nueva línea de colaboración con el Corte Inglés para el año que viene–-, sino también fuera de España, con el mercado americano (San Francisco), el europeo (Milán) e incluso asiático (India).  En un año pueden pasar por este museo unas 50.000 personas. 

 ¿En este sentido muestran interés por comprar en su punto de venta, por ejemplo, ahora para las fechas en las que entramos?

¿Qué mejor regalo para estas navidades que un cristal de La Granja, realizado artesanalmente?, la gente sabe distinguir muy bien un cristal elaborado de forma artesana, desde un principio al fin, de otras producciones industriales, donde en cada minuto se fabrican cientos de piezas. Tras la visita al museo el público valora más el buen oficio, la destreza y los años de aprendizaje que están detrás de cada una de estas piezas.

Cara a estas fechas navideñas hemos sacado en la tienda del museo una promoción especial en algunas piezas que durará hasta después de Reyes (7 de enero). Para el público más joven hemos lanzado también nuevas productos de vidrio de color, que lo llamamos vidrio rústico, es decir, un vidrio algo más asequible para todos los bolsillos y con diseños diferentes, que está teniendo mucho éxito entre quien nos visita.