El CAT prevé acoger empresas en el verano de 2019

D. Aso
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El concejal de Desarrollo Económico también asegura que cuenta con disponer el próximo otoño de un plan director de usos del centro que determinará el perfil de los inquilinos

En el verano de 2019 se espera que entren los primeros inquilinos del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (Cide) del Círculo de las Artes y la Tecnología (CAT), cuyas obras pendientes deberían iniciarse en otoño, después de que se activara el proceso para la licitación a principios de mes. Así se desprende al menos del nuevo cronograma de ejecución del proyecto para acabar el edificio y los plazos sucesivos que avanza el concejal de Desarrollo Económico, Empleo e Innovación, José Bayón.

Algunos de los negocios que se localizarán allí ya funcionan actualmente en Segovia, tanto en dependencias municipales como en privadas y todos ligados a las nuevas tecnologías, por software o animación. Otros están por llegar y en septiembre de 2017 se anunció que el Cide podría servir de sede de un centro de innovación digital aplicado al sector agroalimentario, una iniciativa privada que aún está por cuajar y contaría con colaboración pública. «Se instalarán empresas innovadoras y alguna puede ser pequeña, pero también las habrá grandes», resume el concejal. «Más que por tamaño, por su carácter innovador o su plan de explotación».

Años atrás llegó a hablarse de medio millar de puestos de trabajo entre todos los proyectos, pero el tiempo dirá hasta qué punto tales vaticinios se acercan más o menos a la realidad. Aquella cifra se aventuró a soltarla en el mandato anterior el entonces concejal de Nuevas Tecnologías, Javier Giráldez; y su sucesor, de momento, se centra en disponer de «un plan director de usos» cuando se reinicien las obras «hacia finales de año».En noviembre, concretamente, según el cronograma del proyecto de ejecución encargado por el Ayuntamiento al estudio de arquitectura Sancho-Madridejos.

El plan de usos determinará «los sectores que pueden entrar» o el perfil de las empresas alojables en este edificio donde se ofrecerán alquileres a bajo precio, competitivos «dentro de lo que permita la valoración administrativa», matiza Bayón, dado que «no se buscará hacer negocio inmobiliario». 

El diseño de ese plan en realidad no va ligado directamente al proyecto de ejecución de las obras del edificio de emprendedores, sino al Plan Estratégico y de Innovación de Segovia 2018-2023, cuya segunda fase (tras la de diagnóstico llega ahora la de elaboración) se prevé adjudicar en próximas semanas con un plazo de ejecución de seis meses. Es el documento que recogerá «las líneas estratégicas a seguir» en el próximo lustro, la identificación de «proyectos clave» y la «prospección y asesoramiento en solicitud de posibles vías de financiación regional, estatal y europea, así como posibles propuestas de colaboración público privada, etc.», según se apunta en su pliego de contratación. 

No obstante, aunque el plazo de ejecución global del plan estratégico sea de seis meses, el Ayuntamiento reseña en el mismo pliego a los potenciales adjudicatarios unos encargos específicos que se describen como«entregables» durante este periodo, no a su conclusión, y el de la definición de usos del CAT se fija para el tercer mes, de ahí la previsión de contar ya con él en noviembre.

Coincidirá así con las fechas en que deben arrancar las obras para acabar el edificio, salvo hipotéticos recursos de las empresas licitadoras que demoren su adjudicación.Tienen un plazo de ejecución de seis meses y 3.041.633,32 euros de presupuesto, IVA excluido (si no serían 3,6 millones), dado que este es deducible por el «beneficio público» que se atribuye al Cide.

Claro que hablar de plazos sobre este proyecto resulta cuando menos atrevido, dada la cantidad de problemas que ha sufrido a partir de 2013 por la quiebra de la primera constructora adjudicataria, Volconsa. El Gobierno bloqueó entonces su ayuda y acabó obligando al Ayuntamiento a devolver tanto la subvención (1.097.431 euros) como el préstamo (9.711.300) que le había concedido por incumplir los plazos. Y en 2016, cuando parecía definirse el futuro uso del edificio, como sede de una extensión del Instituto de Danza Alicia Alonso, esa iniciativa se vio frustrada por incompatibilidades administrativas de esta administración adscrita a la Universidad Carlos III para impartir títulos oficiales fuera de la Comunidad de Madrid. De ahí que al final se prevea que sólo ocupe una parte de la vieja cárcel y con una oferta docente más reducida de la esperada.

NUEVA READAPTACIÓN. Volconsa empezó a construir el Cide el 3 mayo de 2011 con un plazo de ejecución de 15 meses. Debía acabar en agosto de 2012, pero lo que llegó fue su quiebra en junio de 2013. En agosto de ese año se aprobó la rescisión de su contrato y en noviembre se adjudicó a OHL-Segesa el reinicio de las obras, pero el Ayuntamiento se echó atrás dos meses después por el bloqueo de la ayuda estatal. Al final se acometieron con fondos propios entre octubre de 2014 y mayo de 2015, y desde entonces prácticamente no se ha avanzado, salvo obras en el entorno y arreglos puntuales. En ciertos aspectos hasta se ha ido hacia atrás y no sin sobregastos, ya que en abril de 2016 el Ayuntamiento adjudicó a Sancho-Madridejos la redacción del proyecto de adaptación del edificio para el centro de danza, y en noviembre de 2017 tuvo que encargarle otra modificación para «adecuar de nuevo a uso de oficinas el proyecto realizado anteriormente», tal y como recoge la memoria descriptiva del último. Un proyecto que «difiere» del «original» y del «modificado redactado anteriormente» tanto en «materiales, acabados e instalaciones como en organización espacial interna». 

Quedan pendientes huecos de fachada, tabiques y acabados interiores, y debido al «inevitable deterioro» que se puede haber producido en «las obras ya realizadas» por su «prolongada paralización», tocará por ejemplo demoler y volver a ejecutar «gran parte de las tabiquerías de pladur» y «muchos» de los falsos techos. Asimismo, falta buena parte de la instalación eléctrica, fontanería, climatización... A Volconsa se le adjudicó el proyecto del Cide por 9.000.420,97 euros, pero en obra material ya van 8,7 millones, se han pagado 2,4 de intereses por la devolución del préstamo y la subvención, y quedan los tres millones de ahora. 

DIEZ OFICINAS DE TRABAJO. El edificio Cide del CAT contará con una superficie útil de 5.493,90 metros cuadrados repartidos en cinco alturas, incluyendo la planta sótano, destinada a aparcamiento con 41 plazas. En la planta baja se proyecta un living lab, para exposiciones y presentaciones, de 297 m2; una sala de usos múltiples de 254, dos espacios de trabajo de110 y una cafetería de 206, entre otras dependencias. En la planta primera, una pequeña sala de audiovisuales (47 m2), una galería sobre la sala de usos múltiples (45) y cinco oficinas de trabajo (de 73 a 213). En la planta segunda, un espacio de trabajo común de 188 m2 y cinco oficinas más en doble altura, entre las que destaca una que suma 1.234 m2. La planta tercera queda ocupada en su mayor parte por la segunda altura de esas cinco oficinas.

Sumando fondos estatales del proyecto global del CAT, incluidas ayudas a empresas que vinieron a Segovia por este motivo, el presupuesto asciende a 23,5 millones, de ahí que el ‘uso’ actual de este proyecto siga siendo el de diana política de la oposición. Aunque el Cide, muy poco a poco, se acerque a su finalización y apertura.