El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, aseveró ayer que «la Iglesia reconoce abiertamente los abusos de diversa índole y tiene la firme decisión de erradicarlos».

Así lo aseguró durante la sesión de la Asamblea Plenaria de los obispos en la que dio las gracias a las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia por su «valentía al denunciarlos», porque «ayudan a la institución a tomar conciencia de cuanto ha ocurrido y de la necesidad de reaccionar con decisión».

Este discurso se produjo días después de que el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, admitiera que Iglesia y sociedad habían guardado en el pasado «un silencio cómplice» con los casos de pederastia.

Ahora, el presidente de los obispos asegura que «los pecados, que en ocasiones son también delitos, deben ser reconocidos ante Dios y sin pretextos ante los hombres».

«No se deben encubrir los abusos ni darles una respuesta equivocada», enfatizó Blázquez, quien advirtió de que el pecado «hiere a la Iglesia y causa daño a otras personas».

No obstante, Blázquez indicó que «no es legítimo abrigar sospechas sin fundamento» y agradece la dedicación «paciente» de tantos cristianos, consagrados y laicos.

Así, el presidente de la CEE lamentó que «los diversos tipos de abuso realizados por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos provocan en quienes son víctimas, entre los cuales muchos jóvenes, sufrimientos que pueden durar toda la vida y a los que ningún arrepentimiento pone remedio».