El segundo encierro de las fiestas de Cuéllar ha sido completo, con las seis reses encerradas en los chiqueros de la plaza de toros. El recorrido por el campo ha sido muy tranquilo, incluso pasando con algo de retraso sobre el horario habitual por la carretera de Cantalejo. El resto de traslado se ha realizado prácticamente andando, y la bajada se lanzaba en el Embudo, con la manada agrupada, bien arropada por los caballistas.
En las calles cuatro toros han tomado la delantera, uno de ellos ha pinchado a un joven cuellarano que ha sufrido una fuerte contusión. También otro mozo ha tenido que ser atendido por un golpe en la misma calle de Las Parras. El tercero contusionado tenía lugar en los Paseos de San Francisco.
Buen sabor de boca en esta jornada, el único pero el excesivo número de bueyes en los primeros metros del encierro.