La empresa adjudicataria del concurso tendrá que renovar la flota de vehículos (habrá 23 pesados de gas natural y 22 ligeros, de los que once serán eléctricos) y mantener la actual plantilla de trabajadores, que supera el centenar de personas. No variará la frecuencia de recogida (que es diaria en la mayor parte de la ciudad) y retomará el proyecto de controlar las heces caninas mediante el ADN.