Investigan el asalto a cuatro viviendas cerca del Acueducto

Nacho Sáez
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Los ladrones rompieron los bombines de las puertas de cuatro pisos de un bloque de la calle San Alfonso Rodríguez, en ausencia de los propietarios, que encontraron sus pertenencias revueltas.

La aparente calma que reina en estas noches de verano en Segovia se quebró en la madrugada del martes al miércoles en un bloque de viviendas de la calle San Alfonso Rodríguez. Pasada la una, agentes de la Policía Nacional sobresaltaron a los vecinos que se encontraban en ese momento en el inmueble. Llamaron a sus timbres y les preguntaron si habían visto o escuchado algo extraño durante las horas inmediatamente anteriores. Cuatro pisos de los seis que tiene el edificio habían sido asaltados.

Según la información que ha proporcionado la Subdelegación del Gobierno, los ladrones rompieron los bombines de las puertas para acceder a las mencionadas viviendas y se marcharon sin llamar la atención del vecinario. Cuando llegaron al lugar –a unos cien metros del Acueducto– los policías se encontraron todo revuelto en las casas afectadas. Finalizada la intervención, los propietarios no habían concretado los efectos sustraídos ni su valor, aunque se cree que el objetivo de los cacos en el asalto habrían sido joyas.

Los efectivos policiales tomaron pruebas para tratar de localizar a los responsables del robo y también para determinar el método empleado para cometer el delito. Según expertos, las bandas manejan varias técnicas para acceder a las viviendas. Las georgianas, por ejemplo, están especializadas en ‘bumping’ y ‘llave mágica’. La primera es un sistema rápido, sencillo  «y prácticamente infalible», según remarcan fuentes policiales. Utilizan una llave maestra con un muelle y, mediante golpecitos, consiguen hacer saltar los pistones en treinta segundos. La ‘llave mágica’, mientras, se utiliza para abrir cerraduras de tipo pala instaladas en puertas acorazadas, que son las más difíciles de abrir pero se abren. Es un instrumento de cerrajero que permite sacar la posición de los dientes de la cerradura.

Quizás era el método que estaban utilizando el hombre y la mujer que fueron sorprendidos el pasado mes de octubre por un vecino del barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia cuando aquéllos trataban de entrar en su casa para robar. Este ciudadano observó por la mirilla a una persona que estaba manipulando la cerradura de su puerta y, justo en ese momento, el portero automático comenzó a sonar insistentemente. A través de la cámara pudo ver que se trataba de una mujer. Ante esa situación llamó a la Comisaría de Policía y realizó una descripción del físico y la vestimenta que llevaban esas personas.

Desplazados hasta el lugar, agentes de la Policía Nacional localizaron a dos personas a las que descubrieron diversos utensilios y herramientas de las habitualmente utilizadas para forzar las puertas de las viviendas (un destornillador, un calzo de madera y plásticos flexibles), así como un ‘pinganillo’ o cable inalámbrico que permitía a los presuntos ladrones estar en permanente contacto. Fueron detenidos y puestos a disposición del juzgado que estaba de guardia.

Según informó la Subdelegación del Gobierno, la forma de actuación de estas dos personas se enmarcaba en lo que se conoce como ‘delincuencia itinerante’, «que se caracteriza por la comisión de hechos delictivos fuera del ámbito del lugar donde tienen su domicilio». «Desplazan su actividad delictiva a zonas limítrofes a su lugar de residencia o a lugares más alejados, en función de su grado de organización y de los medios de los que puedan disponer», añaden fuentes policiales. En este caso vivían en Madrid e iban a robar en Segovia.

A este tipo de delincuencia itinerante se asocia a las bandas organizadas croatas, que suelen estar afincadas en el norte de Castellón o el sur de Cataluña. Menos sofisticadas, aprovechan  puertas cerradas sólo con el resbalón, sin dar las vueltas a la llave. Si no, tiran de destornillador. «Son clanes familiares que pernoctan en pisos turísticos aprovechándose de la alegalidad y la falta de control sobre estas viviendas. Los hombres son los que  planifican, los que conducen hasta la ciudad elegida y los que ‘reparten’ por una zona a las mujeres. Y son ellas las que, de forma casi obligada, deben robar. Todas tienen el mismo despacho de abogados para toda España, uno de Reus», exponen fuentes policiales.

Bastante más rudimentario fue el modo de proceder de un vecino de Segovia de 33 años que fue detenido el pasado noviembre por la Policía Nacional. En la madrugada del día 18 de ese mes, se aupó hasta la terraza de un domicilio en la avenida de la Constitución con la ayuda de una escalera de mano. Los residentes de la vivienda escucharon ruidos y rápidamente solicitaron presencia policial en el lugar. Al llegar, los agentes descubrieron al presunto ladrón en la misma terraza a la que había subido.

La Policía Nacional impidió dos robos con fuerza en domicilios de Segovia en menos de 24 horas. Apenas un día después de este relatado en la avenida de la Constitución, la colaboración ciudadana permitió la detención de un hombre de 51 años y vecino del Real Sitio de San Ildefonso, que a golpe de maza y cortafríos pretendía forzar la puerta de una vivienda en la calle San Valentín, en Segovia capital. Los vecinos de ese inmueble, al oír los golpes, solicitaron presencia policial, lo que facilitó que en minutos acudieran al lugar efectivos de la Policía Nacional, que procedieron a la detención del presunto autor del intento de asalto.

MÁS TÉCNICAS. Las bandas organizadas tienen un amplio catálogo de técnicas para acceder a las casas. Entre ellas se encuentra también, por ejemplo, el extractor de bombines. Consiste en insertar un tornillo de acero en la parte delantera y dar vueltas desde atrás, de manera que el tornillo entra y rompe la cerradura. El mecanismo queda a la vista y permite abrir la puerta con una llave común. Otro es el ‘fractura bombines’, una herramienta que se introduce en la cerradura tras quitar el escudo que protege el bombín y lo fractura directamente, aunque es verdad que deja marcas visibles.

Todavía más a las bravas entran algunos ladrones. Recientemente una mujer fue detenida después de presuntamente saltarse la valla de un chalet en Segovia, forzar la contrapuerta de la parte trasera de la vivienda y romper un cristal de la puerta de acceso. La Policía Nacional la sorprendió cuando todavía estaba dentro. Por desgracia, la mayoría de las veces los cacos consiguen huir antes de que los agentes lleguen al lugar del hecho.